Italia pretende fortalecer las barreras de la Unión Europea (UE) a la inmigración, pero durante su presidencia semestral del bloque deberá concentrar energías en minimizar el daño de las denuncias de corrupción contra el primer ministro Silvio Berlusconi.
Berlusconi asumió este miércoles la presidencia rotativa del Consejo Europeo, formado por los jefes de Estado o de gobierno de los 15 países de la UE y por el también italiano Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, brazo ejecutivo del bloque.
El gobernante fue recibido este miércoles en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo con carteles levantados por legisladores verdes que rezaban ”todos iguales ante la ley”, en alusión a la ley de inmunidad que impedirá a los tribunales italianos juzgarlo por corrupción.
En la sesión en que presentó su programa para el semestre a los europarlamentarios, Berlusconi dijo que el diputado socialdemócrata alemán Martin Schulz, que había criticado la ley de inmunidad italiana, podría encarnar en un filme a un guardia de campo de concentración nazi. Y se negó a retractarse.
A pesar de los cuestionamientos de que es objeto su jefe de gobierno, Italia continuará alentando en Europa propuestas radicales en cuestiones tan delicadas como la inmigración.
La UE debería crear una agencia especializada para salvaguardar las costas de España, Grecia e Italia de los inmigrantes indocumentados, dijo el ministro de Relaciones Exteriores italiano Franco Frattini al diario alemán Welt am Sonntag.
Además, agregó, el bloque europeo debería ayudar a los países de donde proceden esos inmigrantes, como Libia, a mejorar sus controles fronterizos. Pero Trípoli rechazó la semana pasada un acuerdo bilateral propuesto por Roma en ese sentido.
Por su parte, el representante permanente de Italia en la UE, Umberto Vattani, afirmó que el bloque ”no debe permitir el tráfico de seres humanos”, con el fin de ”seguir las reglas de la dignidad”.
Italia ha recibido en los últimos años gran cantidad de inmigrantes procedentes de Africa septentrional. El gobierno derechista promueve fortalecer los controles fronterizos.
Pero las acusaciones de soborno contra Berlusconi en Italia ponen en entredicho las propuestas del país a la UE.
En la medida en que el bloque procura una imagen de mayor democracia y transparencia, crece la preocupación porque el presidente de turno sea un gobernante sospechoso de haber usado el parlamento para solucionar sus dificultades legales.
Las reacciones de los eurodiputados este miércoles ponen en evidencia las resistencias que despierta Berlusconi.
Magistrados de Milán estaban procesando al gobernante hasta el mes pasado por supuesto soborno de jueces dirigido a facilitar en 1985 la compra de la empresa estatal de alimentos SME. Pero la ley de inmunidad puso fin al juicio.
Los jueces podrán seguir instruyendo el caso, pero no condenar a Berlusconi mientras esté en el poder. En el mismo proceso, el abogado personal del primer ministro Cesare Previti fue condenado a 11 años de prisión.
Berlusconi también afrontó cargos por falsificación de la contabilidad de su grupo económico, Fininvest, antes de que el parlamento despenalizara ese delito.
También lo benefició la ley que ofrece a los acusados el derecho a transferir un caso a otro tribunal si tienen la ”sospecha legítima” de que el que los procesó está sesgado.
El primer ministro fue absuelto de la mayoría de los cargos, y en el que está aún pendiente pidió el cambio de tribunal. Pero si pierde las elecciones previstas en 2006 —o si por alguna razón se ve obligado a abandonar el poder antes—, Berlusconi podría ir a prisión si es hallado culpable.
Está en marcha la recolección de 500.000 firmas para la convocatoria de un referéndum por la derogación de la ley de inmunidad. La campaña socavará, con seguridad, la posición del gobierno.
Vattani sostuvo el lunes, en una conferencia ante el Centro de Estudios Políticos Europeos, un instituto académico independiente, que 2003 debería ser el año del retorno de la acción política del bloque.
”La UE ha tenido éxito en la integración económica, pero la integración política se ha olvidado. Con la nueva Constitución y la ampliación de la UE, es esencial que definamos el carácter político de la Unión”, dijo el representante italiano.
El Consejo Europeo aprobó en junio en Tesalónica, Grecia, el borrador de constitución de la UE, así como la ampliación de sus 15 actuales miembros a 25 el año próximo.
Además, Italia pretende afrontar el lento crecimiento económico de la UE en los últimos meses. ”Queremos que los nuevos miembros sientan que se unen a un bloque poderoso. El gobierno italiano está llevando adelante un plan de crecimiento para asegurarnos de que comience la actividad”, sostuvo Vattani.
El funcionario reconoció las divisiones que originó la invasión a Iraq encabezada por Estados Unidos, e insistió en que Italia trabajará para reparar los puentes rotos. En ocasión de la guerra, ”los estados miembro pusieron su propio interés delante del interés común de la UE”, sostuvo.
”Los países pueden tener su propia posición individual, pero debemos asumir un enfoque común. Los intereses comunes son más importantes que los individuales”, afirmó Vattani.
