La agricultura, despreciada por décadas como subalterna de la industria y con precios en caída, es ahora centro de la disputa en las negociaciones internacionales sobre comercio, en las que se enfrentan países en desarrollo e industrializados.
Sin avances importantes en ese sector no habrá ningún acuerdo en la nueva ronda de liberalización comercial iniciada en 2001 en Doha, advirtió el Grupo de Cairns, que reúne a 17 países productores agropecuarios en lucha contra los subsidios y el proteccionismo agrícola, entre ellos Brasil y otros ocho de América Latina.
La agricultura es víctima del ”deterioro de los términos de intercambio”, expresión muy usada hace algunas décadas por economistas que buscaban explicar el subdesarrollo en el entonces llamado Tercer Mundo.
El sector representa hoy cerca de cinco por ciento del producto bruto mundial, la mitad que en los años 70 y 80, según cálculos de Theotonio dos Santos, profesor de economía internacional de la Universidad Federal Fluminense, de Niterói, ciudad vecina a Río de Janeiro.
En el pasado, el deterioro de la agricultura se relacionó con el poder de la industria, pero el peso de ésta en la economía también se ha reducido, y es hoy un tercio del de hace tres décadas, observó Dos Santos, quien destacó el actual predominio del sector financiero, los servicios y la tecnología.
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Pero la agricultura es vital para los países en desarrollo, y la falta de equidad en su comercio internacional se ha hecho evidente. Pero también se ha demostrado qué difícil es lograr la abolición de barreras y subsidios agrícolas de los países ricos.
Sin embargo, en medio del pesimismo que antecede a la V Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC) que se realizará del 10 al 14 de septiembre en la sudoriental ciudad mexicana de Cancún, ha surgido una esperanza.
La Unión Europea (UE) anunció en junio una reforma de su Política Agrícola Común (PAC), ”tímida” pero que abrió la posibilidad de desbloquear las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC, iniciada en 2001 por la anterior Conferencia Ministerial, para que concluya en 2005, opinaron expertos y autoridades brasileñas.
Ahora es necesario que la UE ”traduzca su reforma en una propuesta concreta” de reducción de subsidios y barreras, dijo a IPS Antonio Donizetti, responsable de Comercio Internacional de la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil, representativa de los empresarios rurales.
Será necesaria la abolición o sustancial reducción ”no sólo de los subsidios clásicos a la exportación, sino también del apoyo interno a la producción” que tiene efectos en el comercio mundial, como es el caso del algodón en Estados Unidos, acotó.
La ausencia de avances en Cancún ”sería una tragedia”, en especial para los países agroexportadores, al mantener los desequilibrios comerciales y poner en riesgo tanto la Ronda de Doha como el sistema multilateral de comercio, evaluó Donizetti.
Los países dañados por los subsidios agrícolas europeos, estadounidenses y japoneses tienen un arma: el 31 de diciembre perderá vigencia la Cláusula de Paz acordada en las negociaciones anteriores de la Ronda Uruguay, que impide plantear quejas en la OMC contra subsidios a los niveles practicados en 1992.
Sin la perspectiva de un acuerdo más favorable, todos los subsidios serán cuestionables a partir del 1 de enero, y puede desatarse una ”guerra generalizada”, que amenace los fundamentos y la capacidad de respuesta de la OMC, opinó Donizetti.
La prórroga de esa cláusula sólo será aceptable ante ofertas efectivas de apertura de los mercados agrícolas, sentenció.
Los países industrializados conceden a sus agricultores cerca de 1.000 millones de dólares diarios de subsidios.
La UE presentará una propuesta concreta ”a última hora” en Cancún, previó el presidente del Instituto de Estudios de Comercio y Negociaciones Internacionales (ICONE), Marcos Sawaya Jank, profesor de la Univesidad de Sao Paulo.
La reforma de la PAC, que dejará de subsidiar la producción y pasará a estimular el cuidado del ambiente, la calidad de vida y la de los alimentos logrados, permitirá a la UE cumplir las demandas de reducción del apoyo interno, y pondrá a Estados Unidos ”a la defensiva” en la materia.
Pero quedan problemas en relación con el bloque europeo, entre ellos el de la exportación subsidiada, y especialmente la cuestión del acceso al mercado, advirtió Jank.
A Brasil sólo le interesa un acuerdo con avances en los tres ”pilares”: las subvenciones a la producción y a la exportación, y la reducción de barreras, opinó.
Del lunes al miércoles, ministros de de comercio 25 países intentaron en Montreal allanar el camino hacia Cancún. Allí la UE anunció su disposición a reducir 60 por ciento sus subvenciones agrícolas internas, distorsionantes del comercio, pero eso es ”insuficiente” según Estados Unidos y el Grupo de Cairns, que incluye al anfitrión Canadá.
En la cuestión de los aranceles, los grandes exportadores defienden la llamada ”fórmula suiza”, que fija un máximo de 25 por ciento para gravar importaciones agrícolas.
Eso interesa a Brasil y a otros países cuyas exportaciones son frenadas por aranceles ”prohibitivos”, que llegan a ser dos, tres o más veces el precio del producto, observó Jank.
La UE defiende una reducción menor de aranceles, de 36 por ciento promedio, y esa posición es apoyada por decenas de países, incluyendo a los más pobres, que se verían perjudicados por una aproximación importante al libre comercio agrícola, ya que cuentan en la actualidad con preferencias para exportar a países ricos.
La tendencia para Brasil y sus aliados es de ”mejoras en la cuestión de los subsidios” y mayores dificultades en el acceso a mercados, ya que además de algunos aranceles altos para sus productos más competitivos, afrontarán crecientes barreras no arancelarias, como las ambientales, sanitarias y referentes al bienestar animal, nuevas prioridades de la PAC, previó Jank.
El ministro de Agricultura brasileño, Roberto Rodrigues, expresó el miércoles, a su regreso de Montreal, confianza en que habrá avances en Cancún y en la Ronda de Doha, aunque no sean del ”tamaño deseado” y pese a que quizá se deba postergar el fin de las negociaciones.