COMERCIO-AMERICA: ALCA encarrilado pese a retórica en su contra

La ola de retórica que lidera Brasil sobre la necesidad de que América del Sur negocie como bloque el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) podría llevar a Washington a algunas concesiones, pero 80 por ciento del proyecto ya fue concertado por los países en forma individual.

Desde marzo, cuando comenzó el último ciclo de negociaciones del ALCA, las referencias a ese proyecto son una constante en las declaraciones del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y los acuerdos que promueve con sus vecinos de América del Sur.

La estrategia de Brasil es aumentar la presión sobre Estados Unidos, pues llegó el momento de cerrar los acuerdos en puntos sensibles sobre los que hay discrepancias, como la apertura del sector agrícola y los calendarios y niveles de desgravación arancelaria, dijo a IPS Germán de la Reza, experto en temas de integración.

Los negociadores de 34 países, todos los de América salvo Cuba, pulen los últimos y cruciales detalles para alcanzar la liberalización comercial en el continente, que según los planes trazados debería entrar en vigencia a fines de 2005, a más tardar.

Para la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio (RMALC), que agrupa a 16 organizaciones civiles mexicanas e integra el movimiento continental contra el ALCA, las propuestas de Brasil apuntan a cambiar la ruta trazada de ese proyecto, que nació por iniciativa de Washington hace más de una década.

Sin embargo, un funcionario de gobierno que participa en las negociaciones y prefirió no identificarse indicó a IPS que el gobierno brasileño habla de la necesidad que el ALCA se negocie en bloque, pero sus representantes siguen actuando de manera individual.

No hay cambios en eso, afirmó la fuente consultada en México. Desde marzo, la ciudad de Puebla, vecina a la capital mexicana, es la sede del último tramo de diálogos sobre el ALCA.

De hecho, realizar las negociaciones país por país es uno de los acuerdos alcanzados entre los gobiernos del continente, según indica el documento oficial del ALCA ”Métodos y modalidades de negociación”, de fecha 18 de octubre de 2002.

Los calendarios, que hasta ahora se han cumplido sin contratiempos mayores, indican que el 15 de julio terminará el plazo para que cada país presente sus propuestas mejoradas sobre acceso a mercados, el área que abarca las cuestiones más sensibles y difíciles de concertar.

Luego se abrirá una etapa sin fecha prevista de término, en la que los países concertarán el acuerdo definitivo de acceso a mercados.

Eso ”la hace una de las más difíciles y cruciales” etapas, pero será la última, pues 80 por ciento del ALCA está ya concertado, explicó De la Reza.

Los últimos puntos de la negociación incluyen, además de la apertura del sector agrícola y los calendarios y niveles de desgravación arancelaria, servicios, inversiones y compras del sector público.

Brasil y sus socios de América del Sur pugnan para que Estados Unidos baje sus subsidios al sector agrícola, que se ubican en 23 por ciento.

Pero Washington pide trasladar esa discusión a la Organización Mundial de Comercio, con el argumento de que no puede ceder mientras Europa mantenga subvenciones agrícolas de 40 por ciento, y Japón las suyas de 60 por ciento.

Ese es el tema más complicado, pero en el resto habrá acuerdos, aunque eso signifique que las negociaciones se extiendan más allá de los calendarios previstos, pronosticó De la Reza.

El plazo para concluir la negociación es 2005, pero habrá flexibilidad si no se llega a consensos, aseguró el director general para Europa y ALCA de la Secretaría de Economía de México, José Luna.

Aunque los plazos se extiendan, no parece que el espíritu general del acuerdo vaya a alterarse, para empezar porque no lo han impugnado, en los hechos, Brasil ni ningún otro país.

De forma paralela a la negociación del ALCA, Brasil ha tomado la bandera de consolidar el Mercado Común del Sur, que integra desde 1991 junto con Argentina, Paraguay y Uruguay, y asociarlo con la Comunidad Andina de Naciones, a la que pertenecen Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela, apuntó De la Reza.

Pero eso no está en contra del ALCA, afirmó el experto, que es maestro de posgrado sobre integración en varias universidades mexicanas.

Organizaciones no gubernamentales que integran la campaña continental contra el ALCA afirman que es un plan diseñado por Washington para ampliar y reforzar su dominio sobre los pueblos y países del resto de América, y una expresión acabada de neocolonialismo.

Héctor Cueva, del RMALC, señaló que muchos de esos grupos esperan que Brasil lidere la lucha contra ese proyecto.

Los opositores denuncian que el proyecto no tiene en cuenta a la sociedad civil, ni a los países menos favorecidos y sus empresas, que sufrirían por la liberalización comercial, debido a su imposibilidad de competir con las grandes firmas.

Sin embargo, ambos temas sí están considerados en el proyecto del ALCA, e incluso existen sendas iniciativas al respecto, aunque no está claro si tendrán resultados importantes.

Por acuerdo de los gobiernos, el plazo para recibir propuestas de participación de la sociedad civil en el ALCA permaneció abierto de junio de 2002 a junio de este año.

En ese plazo se recibieron 37 propuestas, 28 de ellas procedentes de Estados Unidos, el país que según el movimiento contra el proyecto está menos interesado en que la sociedad civil participe.

En cuanto a las pequeñas economías, está en negociación la redacción de lo que se llamará Programa de Cooperación Hemisférica, documento que definirá apoyos a los países con mayores dificultades para integrarse y competir en el ALCA.

Pero fuentes cercanas a los negociadores indicaron que los gobiernos del continente no han puesto mucho interés en ese documento. Lo que resulte del Programa de Cooperación Hemisférica ”será pura retórica”, dijeron a IPS.

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