COMERCIO: Acero destemplado entre EEUU y la Unión Europea

La condena de la OMC a las barreras impuestas por Estados Unidos a la importación de acero favorece a la Unión Europea y a otros siete países, pero puede enrarecer el clima del sistema mundial de comercio en un momento clave para las negociaciones multilaterales.

Un grupo especial (panel) de la OMC (Organización Mundial del Comercio) dictaminó que las medidas de salvaguardia aplicadas por Estados Unidos desde marzo de 2002 a las compras externas de determinados productos de acero son incompatibles con las normas que regulan el intercambio internacional.

Las conclusiones de ese tribunal, integrado por tres expertos, acogieron los argumentos de la Unión Europea (UE) y de Japón, Corea del Sur, China, Suiza, Noruega, Nueva Zelanda y Brasil, que en ese orden cronológico presentaron sus reclamos hace un año a la OMC.

Mientras el gobierno de Estados Unidos anunciaba su decisión de apelar el fallo, la UE celebraba en Bruselas el dictamen del panel.

La portavoz de la UE, Arantxa González, estimó que la resolución de la OMC constituye ”una victoria total”, pues el bloque comunitario obtuvo todas las satisfacciones que reclamaba.

Además, otras fuentes adelantaron que el bloque europeo se encuentra dispuesto a imponer, en represalia, derechos sobre las importaciones de bienes estadounidenses por un monto de 2.200 millones de dólares.

La perspectiva de una represalia europea reactualiza el riesgo de un nuevo endurecimiento en las relaciones de las dos mayores potencias comerciales del mundo.

Washington y las autoridades de la UE atravesaron momentos similares durante los litigios en la OMC por las hormonas en las carnes vacunas de Estados Unidos, por exenciones otorgadas a compañías exportadoras de ese país y el más reciente por los organismos genéticamente modificados.

Negociadores comerciales sostuvieron que una relación trasatlántica del Norte fluida es uno de los requisitos para que la OMC pueda llevar adelanta la llamada Ronda de Doha, en la que se encuentra empeñada desde noviembre de 2001 y hasta ahora con progresos escasos.

Un entendimiento entre Estados Unidos y la UE contribuirá a sacar del estancamiento esas negociaciones, que serán sometidas a examen en la conferencia ministerial de la OMC a realizarse en septiembre en el sudoriental balneario mexicano de Cancún, vaticinaron.

El motivo del nuevo diferendo fue la decisión adoptada por el gobierno estadounidense de George W. Bush de establecer por tres años medidas de salvaguardia sobre las importaciones de 10 variedades de productos de acero, con aranceles que llegan hasta 30 por ciento.

Esas medidas constituyen uno de los ”remedios comerciales” contemplados por los acuerdos que integran el ordenamiento del sistema multilateral. Los otros son las resoluciones antidumping (comercio desleal), las subvenciones y las medidas compensatorias.

El régimen legal de la OMC define a ese remedio comercial como las medidas de urgencia para limitar temporalmente las importaciones, destinadas a ”salvaguardar” las industrias nacionales.

Esa intención movió a Bush a implantar las barreras, pues entendió que se había registrado una evolución imprevista de las circunstancias en la industria del acero, con un aumento de las importaciones en Estados Unidos que amenazaban con causar daños graves a los productores nacionales del sector.

Entre los fenómenos que conformaron el cuadro en esa época figuraban las crisis financieras de 1997 en Asia sudoriental y la posterior en Rusia, la fortaleza ininterrumpida del mercado estadounidense y la apreciación del dólar, alegó Washington en su momento.

Pero los países reclamantes adujeron que ninguno de los acontecimientos citados por Estados Unidos constituía una evolución imprevista de las circunstancias para justificar la aplicación de salvaguardias.

En este punto, el grupo especial dictaminó que la explicación dada por Washington ”no es razonada y adecuada”. Tampoco se apoya en datos pertinentes y no demuestra que esa evolución imprevista de las circunstancias diera lugar a un aumento de las importaciones, insistió.

El panel de la OMC reconoció, sin embargo que Estados Unidos había aportado explicaciones adecuadas sobre el aumento de importaciones de algunos de esos 10 productos examinados.

En sus conclusiones y recomendaciones, como se denominan los fallos en la jerga del tribunal de la OMC, el grupo especial dictaminó que Estados Unidos actuó de forma incompatible con las reglas del sistema multilateral de comercio.

Las decisiones de Washington han anulado o menoscabado las ventajas que el acuerdo sobre salvaguardias otorga a los ocho países reclamantes.

En consecuencia, la OMC deberá pedir a Estados Unidos que adapte sus disposiciones, relacionadas con las importaciones de acero, a las normas del régimen comercial.

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