Es probable que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se propongan liberar rehenes para ganar apoyo internacional, y vencer así la resistencia a un diálogo de paz del presidente Alvaro Uribe, opinaron analistas.
Así interpretan muchos un confuso episodio en que las FARC, según versiones periodísticas y diplomáticas cuya veracidad niega el gobierno, estuvieron muy cerca de liberar a la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, que posee doble nacionalidad colombiana y francesa, secuestrada el 23 de febrero del año pasado junto con su candidata a la vicepresidencia, Clara Rojas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, dijo el sábado que envió a la septentrional ciudad brasileña de Manaos, a pedido de los familiares de Bentancourt, un avión militar para recibirla.
La cancillería francesa aseguró que los gobiernos de Brasil y Colombia estaban al tanto de esa ”operación humanitaria”, pero Brasilia y Bogotá lo niegan.
Para Otty Patiño, del no gubernamental Observatorio para la Paz, las FARC manejan entregar a personas que mantienen secuestradas, en el marco de un acuerdo humanitario y para propiciar una negociación de paz.
Francia ha ofrecido recibir a guerrilleros que el gobierno colombiano libere en un eventual intercambio humanitario con esos secuestrados.
Según el esposo de Bentancourt, Juan Lecompte, la agrupación guerrillera más antigua de Colombia habría aceptado liberar en ese marco a la ex candidata, pero el acuerdo se frustró ”porque la prensa en Brasil soltó la noticia de que era una operación ilegal y se desató un escándalo”.
Desde hace más de una semana, medios de comunicación de Brasil, Colombia y Francia se han ocupado del asunto con versiones contradictorias. El primero fue la revista brasileña Carta Capital, que señaló la presencia de un avión militar francés en Manaos del 9 al 13 de julio.
En ese avión había 11 pasajeros con pasaportes diplomáticos y cinco tripulantes, y su misión era trasladar a Bentancourt a París para que recibiera tratamiento médico, afirmó.
Al mando del grupo estuvo Pierre Henri Guignard, jefe adjunto del gabinete del canciller de Francia y cuarto hombre en la jerarquía diplomática francesa, indicó la revista.
Según Carta Capital, Astrid Bentancourt, hermana de la secuestrada, admitió ante la policía federal de Brasil que ingresó a ese país porque su familia ”tuvo un contacto mediante el cual se informó la voluntad de las FARC de liberar” a la ex candidata.
El diario brasileño Extra aseguró el viernes que la liberación fue negociada con las FARC en canje por dinero y tratamiento médico a uno de sus líderes, Raul Reyes, quien está en delicadas condiciones de salud. Pero familiares de Betancourt negaron veracidad a esa versión de los hechos.
”Tuvo que haber algún tipo de contacto de los rebeldes con el gobierno francés”, para que éste se decidiera a enviar el avión, dijo a IPS Luis Valencia, profesor de ciencias políticas de tres universidades en Bogotá.
Parece que las FARC buscan espacios internacionales para iniciar conversaciones de paz, porque además enviaron hace dos semanas una carta a la Organización de las Naciones Unidas (ONU, cuya mediación siempre habían desechado, para que el foro mundial escuche sus planteamientos sobre el conflicto colombiano, apuntó.
Esa carta fue considerada ”positiva” por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
Valencia dijo tener conocimiento, por una fuente cercana a las FARC que le pidió anonimato, de que esa agrupación busca romper desde el exterior las barreras ”que le ha puesto el gobierno de Uribe para una negociación de paz”.
Pero Uribe ha dado ya muestras de no estar interesado en negociar con las FARC, ”y su atención esta centrada en las tratativas con las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia”, de extrema derecha, apuntó.
El presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jairo Clopatosftky, dijo a IPS que hubo ”conversaciones directas entre funcionarios del gobierno francés y el Comisionado para la Paz (Luis Restrepo)” de Colombia, para la liberación de Betancourt, con la perspectiva de un futuro proceso de paz y ”de que los desmovilizados de las FARC serían recibidos por Francia”.
Sería interesante que se aclarara ”por qué se prioriza tanto el caso de Ingrid (Betancourt) y se deja de lado a los más de 3.500 colombianos que también están secuestrados” por grupos armados, comentó Clopatosfky, del movimiento Cívico Independiente, quien apoyó en 2002 la candidatura de Uribe.
Una fuente diplomática que pidió anonimato dijo a IPS en Río que la única iniciativa oficial de Brasil en este caso fue convocar la semana pasada al embajador francés en Brasilia, Alain Rouquié, a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que brindara ”aclaraciones” sobre el incidente del avión.
Según el diario colombiano El Tiempo, el canciller brasileño Celso Amorim dijo el viernes en Bogotá que su gobierno ”jamás estuvo involucrado en ninguna gestión” para la liberación de Betancourt, y el vicepresidente colombiano Francisco Santos que el Poder Ejecutivo ”no sabía nada” sobre los detalles del asunto.
Santos dijo que prefería no hacer comentarios, ya que ”hay dolor humano y relaciones diplomáticas” de por medio, y se han pedido las explicaciones pertinentes.
Según el vicepresidente, ”todas las gestiones que haga cualquier país o cualquier ciudadano” en esta materia deben buscar la liberación de todos los secuestrados.
El semanario colombiano El Espectador afirmó el domingo que el primer eslabón en el país para la fallida liberación fue un campesino ”contacto de las FARC”, cuyo nombre no reveló por razones de seguridad.
Según la versión del periódico, esa persona viajó a Bogotá para reunirse con un sacerdote, que a su vez lo llevó hasta funcionarios de alto nivel, y estos concluyeron que era creíble, luego de lo cual el propio Uribe indicó a los familiares de Bentancourt que se trasladaran al sitio en que iban a entregarla.
Pero Iván Rojas, hermano de Clara Rojas, dijo este lunes a la radioemisora Caracol que su familia no recibió información de que se gestionara la liberación de Bentancourt, y que las últimas noticias que tuvieron de su hermana fueron a fines del año pasado, cuando apareció en un vídeo divulgado por las FARC para probar que las secuestradas estaban vivas.
La Asociación de Familiares de Militares y Policías Secuestrados pidió al gobierno de Uribe en mayo que agilizara un acuerdo de intercambio humanitario con las FARC y no tratara de realizar rescates por la fuerza, luego de un intento militar fallido en el que murió el secuestrado gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria.
Según Valencia, las FARC habían decidido liberar a Gaviria para propiciar un acercamiento con el gobierno de Uribe, pero la fracasada operación militar de rescate, en la que murieron también un ex ministro y ocho soldados secuestrados por las FARC, frustró esa perspectiva.
Las FARC tienen secuestradas para cobrar rescate a centenares de personas, y retienen con intenciones políticas a Betancourt y Rojas, a 11 parlamentarios locales del Valle, al oeste del país, a un ex gobernador, a cerca de 60 policías y soldados y a un ex ministro, que desean canjear por unos 400 guerrilleros presos.
* Con aportes de Mario Osava (Brasil)