Un propuesto tratado de libre comercio con Estados Unidos es blanco de críticas en Australia porque podría perjudicar las relaciones con Asia y limitar la capacidad gubernamental de regulación.
Las críticas proceden tanto de grupos partidarios como detractores del libre comercio.
La presidenta de la Red Australiana para el Comercio Justo y las Inversiones (Aftinet), Pat Ranald, está alarmada por la posibilidad de que el gobierno sea demandado por empresas privadas si éstas consideran que las políticas nacionales perjudican el comercio.
Si el acuerdo ”incluye disposiciones similares a las del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el resultado inevitable será la reducción de la capacidad de regulación del gobierno australiano, a todo nivel”, advirtió Ranald este miércoles a la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado.
El propuesto tratado, que quedaría terminado a fin de año, se convirtió en prioridad tanto para Australia como para Estados Unidos cuando el primer ministro australiano John Howard se reunió en mayo con el presidente estadounidense George W. Bush en su rancho de Texas.
Unos 100 negociadores comerciales estadounidenses y australianos están reunidos en Hawai para intercambiar listas de ofertas y solicitudes.
Mientras, los críticos advierten que el tratado podría reforzar la idea en gobiernos de Asia y el Pacífico de que Australia está dejando de lado a sus vecinos de la región, en un momento en que precisa cultivar esos vínculos.
Ross Garnaut, profesor de economía de la Facultad de Estudios de Asia y el Pacífico de la Universidad Nacional Australiana, cree que el acuerdo con Estados Unidos deterioraría las relaciones con la región en materias como la prevención del terrorismo, por ejemplo.
Los más optimistas estiman que el pacto propuesto le valdría a Australia una ganancia anual de 2.500 millones de dólares, pero sólo si Estados Unidos liberalizara sus sectores agropecuarios más protegidos: la carne, los productos lácteos y el azúcar.
Garnaut cree que los efectos económicos serían desastrosos si algunos gobiernos asiáticos decidieran como represalia excluir a Australia de acuerdos comerciales regionales.
”Existe el peligro de que el Pacífico, Australia incluida, forme un bloque con Estados Unidos, y que la mayor parte de Asia oriental se una en acuerdos comerciales que nos excluyan”, advirtió el académico en declaraciones a la comisión del Senado.
Dorothy Broom, miembro del Centro Nacional de Epidemiología y Salud de la Población (NCEPH), advirtió que el acuerdo podría forzar la apertura del mercado australiano a productos que hasta ahora el gobierno ha controlado de cerca, como los derivados del tabaco.
”Sería paradójico que el acuerdo produjera cigarrillos más baratos y medicamentos más caros, pero ambos son resultados probables”, dijo.
Broom y otros expertos en salud pública del NCEPH advirtieron en una carta presentada a la comisión del Senado que ”el libre comercio puede afectar e incluso desmantelar los pilares del sistema de salud australiano”.
Los expertos están especialmente preocupados por la posibilidad de que la industria farmacéutica estadounidense y australiana arremeta contra el Sistema de Beneficios Farmacéuticos, un programa gubernamental que regula y subsidia los medicamentos.
”Como se trata de un sistema de regulación y subsidios, contraría los principios de acuerdos de libre comercio”, señalaron, y urgieron a los senadores a asegurar que el Sistema de Beneficios Farmacéuticos sea declarado ”fuera de los límites” de cualquier tratado comercial.
Sin el actual control de los precios, advirtieron, los costos de los medicamentos se acercarían a los de Estados Unidos, que son hasta 250 por ciento superiores a los de Australia.
”No queremos que Australia desarrolle un sistema de salud como el de Estados Unidos, que es uno de los más injustos del mundo industrializado”, escribieron los expertos en su carta.
Mientras, el jefe de los negociadores comerciales australianos, Stephen Deady, dijo en una rueda de prensa que en la reunión de esta semana cada parte presentará formalmente sus ofertas y pretensiones.
Aunque Australia procura ganar acceso al mercado de Estados Unidos para sus productos agrícolas, los negociadores no discutirán la reducción de los subsidios estadounidenses en el sector.
”Las negociaciones se concentrarán en el acceso al mercado estadounidense para el sector agrícola. Los aspectos relacionados con el apoyo del gobierno estadounidense a la agricultura están fuera del ámbito de las negociaciones”, explicó Deady. (