El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viajará a Africa la próxima semana con tres objetivos en la mira: apoyo para su guerra contra el terrorismo, estabilidad en el suministro de petróleo y votos de ciudadanos negros en su país.
Algunos observadores califican el recorrido africano de Bush de safari por petróleo. Pero, según la perspectiva que se aplique, bien podría ser un safari por la seguridad o por los votos, o por las tres presas.
La gira que comenzará este martes 8 llevará a Bush a Sudáfrica, Botswana, Uganda, Senegal y Nigeria.
Washington se muestra preocupado por la extrema pobreza y los sangrientos conflictos bélicos en Africa, que alientan el surgimiento y consolidación de partidos radicales y redes terroristas.
Estados Unidos no tiene una política definida con Africa: tiene una política sobre terrorismo, dijo el experto en asuntos internacionales John Stremlau, de la Universidad Witwatersrand en Johannesburgo.
Más de la mitad de los 700 millones de habitantes de Africa viven con menos de un dólar diario, lo que los ubica por debajo de la línea de pobreza, según los parámetros del Banco Mundial.
El gobierno estadounidense intenta fortalecer con asistencia económica a aquellos países que considera clave para estabilizar el continente.
La Ley de Crecimiento y Oportunidad para Africa (AGOA) ofrece acceso preferencial al mercado de Estados Unidos a los países que cumplen con sus criterios de gobernanza de Washington. Hoy, esos países son 35.
El año pasado, las naciones beneficiadas por esta ley sumaron exportaciones por unos 9.000 millones de dólares, 10 por ciento más que en 2001, de acuerdo con el cálculo del gobierno de Bush.
Washington también se comprometió a aportar 15.000 millones de dólares para la lucha contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), uno de los grandes males de Africa. La epidemia amenaza no sólo la salud, sino también la economía y el desarrollo social del continente.
Activistas esperan que Bush aproveche la gira para anunciar algún tipo de intervención en Liberia, donde cada día se agrava el conflicto entre grupos rebeldes y las fuerzas del presidente Charles Taylor, acusado de crímenes de guerra en Sierra Leona por un tribunal internacional patrocinado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pero otros definen la visita de Bush como un safari por petróleo. La costa atlántica de Africa subsahariana (de Nigeria a Angola) se ha convertido en una de las principales fuentes de crudo de Estados Unidos detrás de Medio Oriente.
Cerca de 15 por ciento de las importaciones petroleras de Estados Unidos proceden de Africa occidental, y la cifra podría aumentar a 25 por ciento para 2015, afirman expertos.
Luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Washington busca asegurarse nuevos suministros de petróleo desde Africa para diversificar su energía, sostuvo Servicios Católicos de Ayuda, una agencia de asistencia y promoción del desarrollo de la comunidad católica estadounidense.
Dentro de Estados Unidos, numerosos analistas sostuvieron que la visita de Bush a Africa es parte de su campaña por la reelección, pues le sirve para mostrar compromiso con los problemas del continente y así ganar votos en la comunidad negra para noviembre de 2004.
Bush ganó la última elección presidencial en 2000 por un muy estrecho margen. Los negros afroestadounidenses han sido tradicionalmente votantes del opositor Partido Demócrata.
El mandatario aseguró la semana pasada en Washington, en una conferencia con empresarios y dirigentes políticos africanos, que hará la gira porque cree en el gran potencial del continente.
En Sudáfrica se preparan varias manifestaciones contra Bush. La organización civil Coalición Contra la Guerra lanzó una campaña para presionar al presidente sudafricano Thabo Mbeki con el fin de que cancele sus entrevistas con su par estadounidense.
Le pedimos a nuestro presidente que cancele la reunión con Bush, quien para nosotros está pisoteando la ley internacional. Creemos que él es una amenaza para la humanidad, dijo Saliem Valley, de la Coalición.
El Partido Comunista Sudafricano, aliado del gobernante Congreso Nacional Africano, también planea varias manifestaciones contra Estados Unidos durante la visita de Bush.
Por su parte, el ex presidente sudafricano Nelson Mandela (19994-1999) dejó en claro que no tiene intenciones de acallar sus críticas al mandatario estadounidense. Mandela, premio Nobel de la Paz, condenó la invasión de Iraq y dijo que Bush no podía pensar de forma apropiada.
Mandela anunció que no se reunirá con Bush, quien, de todos modos, tampoco le pidió una entrevista.
Sudáfrica encabezó la oposición a la guerra en Iraq entre los países del Sur en desarrollo. Pero ni esto ni las manifestaciones previstas serán un obstáculo para las relaciones con Washington, según la mayoría de los observadores.