La guerra verbal entre el gobierno y la oposición arrecia en Venezuela pese al acuerdo para superar la crisis política a través de las urnas, alcanzado tras ingentes esfuerzos del secretario general de la OEA, César Gaviria.
El gobierno tiende una trampa a la oposición con su idea de que se hagan referendos revocatorios para gobernadores regionales y alcaldes antes que para la presidencia, pues trata así de ganar tiempo para evadir la revocatoria, atacó el secretario general del opositor Movimiento al Socialismo, Leopoldo Puchi.
Los referendos, si los hay, no serán revocatorios sino 'revuelcatorios', por el revolcón que les vamos a dar a los opositores. Los derrotaremos en el terreno que sea, respondió con singular énfasis el presidente Hugo Chávez desde un mitin con campesinos en los llanos del sudoeste del país.
El encargado de subir la apuesta opositora fue Francisco Arias, hoy líder del partido opositor Unión y otrora compañero de Chávez en la sublevación militar de 1992, al apuntar que el gobierno muestra trapos rojos para que los embistamos, caigamos en sus trampas y nos alejemos del objetivo principal, que es el referendo revocatorio.
Con la firma del acuerdo, la oposición golpista e irracional quedó relegada a un segundo plano. La mayor parte de la oposición se colocó a derecho y aceptó que la salida es democrática, pacífica, constitucional y electoral, contraatacó el vicepresidente José Vicente Rangel ante la prensa extranjera.
Rangel se refirió así al acuerdo suscripto el 29 de mayo entre gobierno y oposición, en la Mesa de Negociación encabezada por el secretario general de la OEA (Organización de Estados Americanos), que en esencia trata de superar la crisis política mediante la figura del referendo revocatorio prevista en la Constitución.
La ley fundamental aprobada en 1999, a impulsos del propio Chávez, prevé bajo ciertos requisitos someter a consulta comicial la permanencia o no de todo aquel elegido para el cargo, como alcaldes, gobernadores, parlamentarios y el mismo presidente del país, una vez transcurrida la mitad de su mandato.
Ese lapso ya se cumplió para los casos de alcaldías, gobernaciones y diputados, pero en el caso de Chávez, elegido por seis años, se alcanzará el 19 de agosto.
Al respecto, Rangel llamó la atención sobre la mentira y la falsa propaganda de la oposición, que hace creer que habrá referendo el 19 de agosto, cuando en realidad en esa fecha sólo se activa el derecho a iniciar el trámite.
Por eso el Consejo Nacional Electoral, árbitro de los comicios, ordenó a los medios de comunicación retirar la propaganda que grupos de oposición ya habían colocado con llamados a la población para que el 19 de agosto, vota Sí en el referendo.
La virulencia verbal también tuvo como protagonista en los últimos días a Enrique Mendoza, principal organizador de las manifestaciones opositoras y un posible candidato, según encuestas, para intentar suceder a Chávez en caso de que el referendo desemboque en un llamado a elecciones presidenciales.
A Chávez le espera una paliza sin precedentes, dijo Mendoza, gobernador del estado de Miranda, ubicado al este de Caracas.
La única manera de llegar al (referendo) revocatorio es calentando la calle, advirtió a su vez en sus llamados a nuevas demostraciones de masas Liliana Hernández, dirigente de la agrupación derechista Primero Justicia.
A esa arenga opositora se sumó el secretario general del partido socialcristiano Copei, César Pérez, quien sostuvo que, aunque Chávez quiera confundirnos, no se va a salvar, porque si impide el referendo abrirá el cauce para la insurrección popular.
Ante lo cual el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, advirtió que la oposición ha puesto en marcha un cuarto golpe de Estado.
Istúriz, uno de los delegados del oficialismo en la Mesa de Negociación que trabajó desde noviembre, aludió así a tres hechos anteriores organizados por la oposición.
Se trata del golpe cívico-militar que alejó a Chávez del poder por dos días en abril de 2002, al llamado a la insurrección realizado por generales disidentes sin mando de tropas en octubre y la huelga de 63 días que paralizó gran parte de la actividad económica, incluida la petrolera, a partir del 2 de diciembre.
Para el canciller Roy Chaderton, ahora son los sectores de oposición —que han apelado al fascismo, al racismo y a los llamados al magnicidio— los que tienen que dar pruebas de confianza y credibilidad democrática.
En el pasado reciente la oposición se empeñó en el golpe (de Estado), en la violencia callejera exacerbada, en la convulsión social ininterrumpida, en intentos de estrangulamiento económico y en el terrorismo mediático, apuntó Chaderton ante corresponsales de medios extranjeros.
La oposición a través de medios de comunicación que dirigen unos cuantos 'Ciudadanos Kane' (personaje de la película del estadounidense Orson Welles que manipulaba la opinión desde la prensa) difunde ideas fascistas y racistas, dijo el ministro esgrimiendo un legajo de recortes de la prensa local.
Esos temas serán planteados por Venezuela en la próxima Asamblea General de la OEA (que se reunirá en Chile del 8 al 10 de este mes para debatir sobre la gobernabilidad en la región), y pediremos un frente común contra estas amenazas, vengan de los gobiernos o de la iniciativa privada, agregó.
A todo esto, Rangel subrayó la necesidad de desarmar la palabra.
El presidente Chávez tiene su estilo, que a veces responde al modo como es atacado, y un manejo de los temas que por lo demás evidencia conexión con gran parte del país, pero ha demostrado capacidad suficiente para ajustar su discurso a las nuevas circunstancias, indicó.
Chaderton insistió en que llamamos a la reconciliación, pero en todas partes uno se reconcilia con el criminal que ha delinquido y rectifica, no con el crimen.