La iniciativa diplomática de Brasil en busca de alianzas claves en el Sur, que se expresará este viernes con la visita de los cancilleres de India y Sudáfrica, puede impulsar el comercio del Mercosur hacia mercados importantes de otros continentes.
El objetivo brasileño de unir y fortalecer los países en desarrollo en las negociaciones multilaterales, especialmente en el área comercial, fue explicado el domingo por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva en la reunión del Grupo de los Ocho países más poderosos (G-8) en Francia.
El canciller Celso Amorim, llevando a la práctica esa estrategia, recibirá este viernes en Brasilia a sus pares Yashwant Sinha, de India, y a Nkosazana Dlamini-Zuma, de Sudáfrica, para un diálogo político ”trilateral” de concertación de posiciones y estrechamiento de la cooperación.
Son potencias regionales ”con visiones convergentes” que ”quieren tener voz en las cuestiones internacionales”, señaló Gilberto Saboia, responsable de Política Bilateral de la cancillería brasileña.
Este acercamiento es político y también económico, con un carácter más pragmático que los viejos intentos del tercermundismo, como el Movimiento de los No Alineados.
Así, India firmará un acuerdo marco para ampliar el intercambio comercial con el Mercosur (Mercado Común del Sur), que Brasil comparte con Argentina, Paraguay y Uruguay, en ocasión de celebrarse el 18 de este mes en Asunción la cumbre semestral del bloque.
En agosto finalizarán las negociaciones entre ambas partes sobre preferencias arancelarias para una cantidad limitada de productos, lo cual abrirá paso a un futuro acuerdo de libre comercio, anunció Bruno Bath, jefe de la División de Integración Regional de Brasil, en rueda de prensa el martes en la capital.
En tanto, con Sudáfrica ya existe un acuerdo marco con objetivos idénticos desde diciembre de 2000, pero poco se avanzó en la liberalización comercial.
”Una coyuntura favorable y la ambición limitada del acuerdo favorecen la rápida negociación con India”, explicó Bath a IPS. La concertación política también contribuye a ese resultado, que responde al interés inmediato de todos los países involucrados.
Brasil, por ejemplo, presentará una lista de solo 300 rubros para los cuales quiere preferencias, adelantó el diplomático.
Se trata en general de productos industriales, como vehículos, máquinas agrícolas, artefactos electrónicos, químicos y muebles, pero también del sector agropecuario, ya que India es un gran mercado alimentario, detalló.
Los demás socios del Mercosur deberán proponer listas menores aún. A Uruguay, que ya negociaba con India desde antes, le interesa abrir el mercado para sus productos lácteos, carne y lana, informó Bath.
La política brasileña de aliarse a los grandes países del Sur tiene correspondencia en la importancia que sus mercados ganaron en los últimos tiempos para su economía.
El intercambio entre Brasil e India aumentó de 488 millones de dólares a 1.226 millones entre 2000 y 2002, gracias a que las exportaciones brasileñas se triplicaron en ese periodo.
Sin embargo, la evolución del comercio bilateral fue muy irregular en las últimas dos décadas, alternando alzas y bajas, por lo cual un acuerdo ayudará a sostener el crecimiento.
Brasil exporta principalmente petróleo crudo, aceite de soja, motores y otros componentes de vehículos, alcohol y minerales, a la par de que importa gasóleo, petroquímicos y medicamentos.
Por su parte, el comercio bilateral con Sudáfrica es menor, ya que el año pasado sumó 659 millones de dólares, pero las ventas brasileñas también registraron un aumento espectacular aquí de 58 por ciento entre 2000 y 2002.
China, otro país de interés estratégico y comercial para Brasil, ascendió al segundo lugar entre los mayores importadores de productos brasileños, superada sólo por Estados Unidos.
Las exportaciones brasileñas al gigante país asiático alcanzaron entre enero y mayo a 1.774 millones de dólares, 230 por ciento más que en igual lapso del año pasado.
La industria de automóviles, que encabezó y fue la más beneficiada por un acuerdo más amplio de preferencias arancelarias con México, es una de las más interesadas en un mayor acceso a los mercados africanos y asiáticos.
Ese sector busca especialmente esa nueva salida porque presenta hoy mucha capacidad ociosa, debido al estancamiento de la economía brasileña y argentina, el principal destino de la región.
Sudáfrica es un mercado para 300.000 automóviles al año, ”con gran potencial de expansión” y donde la industria brasileña será más competitiva si tiene preferencias, dijo a IPS Pablo Deruel, vocero de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea).
Existe la complicación del hecho de que en Sudáfrica se utiliza el volante a la derecha en los vehículos, un hábito británico heredado de la colonización, observó. Pero como los sudafricanos prefieren importar partes para el ensamblaje local, eso no afecta la exportación brasileña de los demás componentes, aclaró.
Lo mismo pasa en India, donde la reciente adopción de la adición de alcohol a la gasolina es un factor que favorece a las plantas brasileñas de las empresas armadoras de vehículos transnacionales.
En Brasil, esa mezcla es usada hace más de 25 años y ya alcanza 25 por ciento del parque automotor del país. Se desarrollaron vehículos movidos exclusivamente a alcohol y también mixtos, es decir, que pueden consumir gasolina o alcohol, según la conveniencia del momento.
Esta tecnología, como la de producción de alcohol de caña de azúcar, interesan a India.
Una empresa brasileña ya vendió su tecnología de equipos industriales para la construcción de 30 destilerías indias. Esta es otra área en que Brasil puede cooperar con muchos países del Sur productores de azúcar, también un producto que ha motivado grandes controversias en el Mercosur.