La paz en la provincia de Aceh parece lejana un mes después de que las fuerzas armadas de Indonesia reanudaron sus operaciones contra la guerrilla separatista. Numerosas bajas civiles y debilitamiento del estado de derecho constituyen por ahora el saldo de la campaña.
Pero las autoridades parecen estar ganando la batalla de la opinión pública, gracias, en parte, a la presencia de periodistas autorizados en las instalaciones de las fuerzas regulares, la misma estrategia seguida por el gobierno de Estados Unidos en la invasión a Iraq.
A esto se suma la prohibición dictada el viernes por el gobierno de Megawati Sukarnoputri a los periodistas de medios extranjeros de trabajar en Aceh. Toda la información que surja de esta región noroccidental indonesia deberá ser avalada por las autoridades militares.
La rebelión separatista lanzada hace 27 años por el Movimiento Aceh Libre (GAM, por sus siglas en indonesio) se detuvo por primera vez en diciembre, por el cese del fuego alcanzado gracias a la mediación del Centro Henry Dunant, con sede en Ginebra.
El acuerdo implicaba el desarme de los rebeldes y la retirada de las fuerzas regulares a los cuarteles. Pero los combates entre los 40.000 soldados y 5.000 rebeldes se reanudaron el 19 de este mes luego de que la presidenta Megawati Sukarnoputri declaró el estado de emergencia en Aceh.
Unos 150 civiles murieron desde entonces y más de 60 desaparecieron en la operación militar, dijo el coordinador de la Comisión para los Desaparecidos y Víctimas de la Violencia (Kontras), Ori Rachman, en una conferencia organizada por la Asociación Indonesia de Estudiantes Musulmanes.
La operación también obligó a 30.000 civiles a abandonar sus hogares por razones de seguridad, según la Kontras, mientras otras organizaciones humanitarias calculan la cantidad de desplazados internos en más de 100.000. En los 27 años de guerra, hubo cerca de 10.000 muertos.
Pero las cifras del gobierno difieren con las estimaciones de la Kontras. El secretario del ministro coordinador de Asuntos Políticos y de Seguridad, Sudi Silalahi, dijo que 62 personas desaparecieron y 57 civiles murieron desde la reanudación de los combates.
Noventa organizaciones no gubernamentales indonesias, extranjeras e internacionales exhortaron esta semana a Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia y Holanda a poner fin a sus ventas de armas a Indonesia a raíz del conflicto en Aceh.
La ofensiva en Aceh, la principal operación militar indonesia desde la invasión de Timor Oriental en 1975, está causando una generalizada pérdida de vidas civiles y la destrucción de la infraestructura pública, indica la declaración de las organizaciones.
Tememos violaciones masivas de derechos humanos y estamos especialmente preocupados por la seguridad de los activistas, dados los numerosos informes de ejecuciones extrajudiciales y tortura, entre ellas contra niños de hasta 12 años, agregaron.
Aceh, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra, es una provincia muy rica en recursos naturales y tiene una población de 4,5 millones de habitantes, dos por ciento del total nacional.
Aunque las reservas de gas natural de la provincia equivalen a 20 por ciento del total de Indonesia, apenas 1,6 por ciento de los ingresos obtenidos por la venta de ese recurso vuelven a Aceh, 40 por ciento de cuya población vive en la más abyecta miseria.
Analistas consideran que el público indonesio continúa creyendo la versión militar de los acontecimientos, en parte porque muchos periodistas indonesios se encuentran viviendo en las mismas instalaciones que los soldados, una práctica que, según críticos, socava la independencia de los informadores.
Pero, por otra parte, la presencia de periodistas 'empotrados' en el escenario bélico hizo a los militares comportarse más profesionalmente, sostuvo el analista de asuntos castrenses M. T. Ariffin.
Un tribunal militar condenó a ocho soldados por golpear a civiles en la búsqueda de combatientes del GAM, después de que la prensa publicó un informe sobre el episodio.
Ariffin acotó que las fuerzas armadas han usado el término personas armadas desconocidas para referirse a los miembros del GAM.
La quema de medio millar de escuelas, los ataques contra el transporte público y la matanza de civiles fueron todas atribuidas a esas 'personas armadas no identificadas'. El hecho es que el público parece creerle a los militares, afirmó.
La directora del centro académico Grupo Internacional de Crisis, Sidney Jones, sostuvo que los medios de prensa indonesios, con algunas pocas excepciones, se pusieron boca arriba y se hicieron los muertos.
Lo que se ve en televisión son imágenes de video tomadas por periodistas 'empotrados' que muestran soldados que atacan los bastiones del GAM, niños que lloran alrededor de escuelas incendiadas y militares repartiendo arroz o heridos en los hospitales, dijo.
Por eso, mientras aumenta la preocupación internacional, el apoyo a las fuerzas armadas a nivel nacional es elevado y el gobierno acelera su campaña para que se declare al GAM organización terrorista, sostuvo la experta.
A pesar de lo que muestra la televisión, en lugar de traer paz a Aceh, la operación militar se cobró un significativo número de bajas civiles u socavó la democracia y los derechos humanos, dijo Ori, de la Kontras.
El activista advirtió que la democracia indonesia se retrotrajo a la época inmediatamente posterior a la dictadura de Alí Suharto en 1998 por la operación militar.
Las operaciones policiales de vigilancia contra acehneses sospechosos de pertenecer al GAM, que violan las libertades civiles, son ahora normales en todo el país, sostuvo Ori. (