El XIV Congreso del Centro Europeo de Fundaciones (CEF), celebrado esta semana en Lisboa, fue la mayor reunión de donantes para ayuda al desarrollo jamás realizada, según sus organizadores.
Son miembros del CEF la Fundación Soros Hungría (del magnate George Soros), las alemanas Volkswagen, Bertelsmann y Deutsche Bank AG, las británicas Shell Foundation y GlaxoSmithKline, la italiana Fundación Giovanni Agnelli, la japonesa Sasakawa Peace Foundation y las estadounidenses Rockefeller Brothers Fund y la Fundación Ford, entre cientos de instituciones.
Traducido a dinero, no es posible calcular cuántos miles de millones de dolares se reunieron en la capital portuguesa entre el domingo y el martes.
Pero ”ésta fue la mayor reunión de donantes para ayuda al desarrollo que jamás se haya realizado en todo el mundo”, dijo en entrevista con IPS el italiano Darío Disegni, presidente del CEF y nacido hace 53 años en Turín.
Una intervención activa en la asistencia al Sur, relaciones privilegiadas con Europa oriental y una contribución eficaz al desarrollo civil, económico y social del Mediterráneo fueron los propósitos centrales adoptados en los tres días de sesiones por 600 miembros de 324 instituciones de 55 países de Europa, Estados Unidos y Canadá.
Además de los proyectos propios, los apoyos financieros de las fundaciones europeas permiten el trabajo independiente de miles de organizaciones no gubernamentales que actúan en los cinco continentes, explicó Disegni.
—En el actual debate sobre el nuevo diseño del continente, en la Unión Europea (UE) se estima que las fundaciones están jugando un papel crucial.
—En efecto, en Europa las fundaciones son llamadas a desarrollar un papel cada vez más significativo, en un momento muy delicado, cuando la UE está en una fase de redefinición de su estructura institucional, teniendo en cuenta la ampliación (en mayo de 2004) a diez nuevos miembros (Chipre, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia y República Checa). Podemos ser considerados, en cierto sentido, como grandes infraestructuras de la sociedad civil, lo que nos convierte en interlocutores valiosos en el diálogo con las instituciones europeas. La ampliación de la UE es un proceso para completar la integración europea, que debe ser entendida, sentida, compartida y apoyada por la sociedad civil, y no una decisión impuesta desde la cúpula por los gobiernos.
—En este sentido, ¿las acciones en el terreno son igual de importantes?
—Creo que las fundaciones, en continuo contacto con las diversas instancias de la sociedad civil, pueden realizar una labor de máxima importancia para hacer comprender a todos los estratos de la sociedad este proceso de unificación. Este contexto, el de la nueva Europa, no sólo se debe tomar en cuenta la unidad económica, monetaria y ojalá política, sino también un fuerte cimiento cultural.
—¿Esto es aplicable al avance de la UE hacia nuevas fronteras en Europa central y oriental?
—Sí, basándonos en lo que las fundaciones llamamos ”unidad en la diversidad”, uno de los grandes valores del continente. Europa tiene una gran riqueza debido a diversos aportes culturales que juntos pueden contribuir al desarrollo de las nuevas instituciones de la UE ampliada.
—¿Vislumbran una Europa desde Lisboa a Moscú?
—Para nosotros las relaciones con Rusia y con Europa central y oriental son prioritarias. En Rusia están naciendo nuevas fundaciones importantes con vastos recursos, que por primera vez participan en el CEF y estuvieron presentes en Lisboa para intercambiar ideas y opiniones. Se interesaron por nuestras experiencias, con vistas a jugar un papel fundamental en el desarrollo de ese inmenso país y de esa región, que atraviesan un momento de crecimiento lleno de dificultades y contradicciones.
—¿Bajo qué fórmula actúan las fundaciones y cómo logran evitar las presiones?
—Es de extrema importancia para nosotros la independencia total. En algunos países de Europa, en efecto, cada cierto tiempo se cuestiona nuestra autonomía y existen tentaciones de colocar las fundaciones bajo control de autoridades centrales o locales, cometiendo un error estratégico grave. Intentar identificar poderes públicos y fundaciones es no reconocer nuestra originalidad y la importancia de nuestros aportes. Estos intentos son dañinos para la sociedad en su conjunto. La autonomía e independencia de las fundaciones son valores absolutos a preservar. Nuestro papel es propio y original. Por cierto, no es el de suplir a las instituciones públicas.
—Ciertamente, tendrán una postura frente al proceso de globalización.
—Dedicamos amplio espacio a este tema, por su importancia vital. Creemos que para hacer frente al desafío de la globalización, es necesario que las fundaciones desarrollen un papel propio, en especial de apoyo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Nuestro congreso aprobó una resolución de respaldo a las Metas de Desarrollo del Milenio de la ONU, sosteniendo sin reservas sus objetivos de reducir la pobreza y aumentar el nivel de vida en todo el planeta, muy especialmente en el Sur.
—La región del Mediterráneo sur y oriental es prioritaria para el CEF. ¿Qué vínculos mantienen en esa área?
—Estamos creando relaciones privilegiadas con fundaciones mediterráneas, porque colocamos especial énfasis en el proceso de paz en Medio Oriente, que debe ser civil y social. En lo político, sin duda que en los últimos días hemos asistido a señales alentadoras, pero el camino es aún muy largo. La paz y el desarrollo deben nacer no solo por acuerdos entre gobiernos, sino también por el entendimiento y la colaboración entre instancias de la sociedad civil, y en este campo, las fundaciones pueden jugar un papel importante. El 16 y 17 de este mes el CEF reunirá en Estambul a fundaciones de Turquía, Israel, Jordania, Egipto y Marruecos, en un seminario sobre la mujer y la educación. Pondremos en contacto directo a esas instituciones con invitados de universidades de esos países. Será un diálogo valioso para las relaciones entre realidades cercanas pero diversas, en un momento en que los esfuerzos políticos y los ojos del mundo están puestos en el proceso de paz.
