DESARROLLO: Argentina y Brasil unifican discurso internacional

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inauguró un nuevo estilo de diplomacia al plantear posturas comunes de su país y Argentina ante el Grupo de los Ocho (G-8) países más poderosos y una decena de naciones en desarrollo.

Lula citó al nuevo presidente argentino Nestor Kirchner al hablar sobre planes de integración del Mercosur y de América Latina, en un discurso pronunciado en la oriental ciudad francesa de Evian durante la cumbre anual del G-8, integrado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia, Japón y Rusia.

Kirchner sostiene que esos son proyectos estratégicos y políticos orientados a ”mejorar nuestras condiciones de vida”, señaló Lula el domingo, ante los mandatarios del G-8 y otros del mundo en desarrollo, invitados a la cumbre.

El Mercosur, formado en 1991 con el precedente de acuerdos entre Argentina y Brasil, engloba también a Paraguay y Uruguay.

Lula volvió a mencionar aspectos de los entendimientos entre su país y Argentina en un discurso que pronunció luego en la sede de la Organización Internacional del Trabajo, en Ginebra.

Esa singular forma de representación en los foros mundiales ha sido posible porque ”nuestra relación es tan próxima”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores brasileño Celso Amorim.

Desde que Lula asumió el gobierno el 1 de enero, las relaciones de Brasil con Argentina se estrecharon, primero con el entonces presidente Eduardo Duhalde y ahora con Kirchner, quien asumió el 25 de mayo.

Ese clima podría verse alterado si Argentina responde en forma afirmativa al pedido estadounidense de participar en una fuerza policial multinacional para mantener el orden en Iraq. Tal fuerza sería comandada por la alianza encabezada por Washington que invadió ese país y lo controla.

Amorim dijo a IPS en Ginebra que carecía de información para opinar sobre ese pedido y sobre la decisión que adoptará Argentina.

Mientras tanto, mantiene su vigencia el acuerdo entre Brasilia y Buenos Aires acerca de actuaciones en escenarios internacionales, en el cual se estableció que ”cuando Lula se presente, Kirchner se sienta representado. Y viceversa”, confirmó.

Lula se presentó en Evian como portavoz de opiniones predominantes en América del Sur, y Amorim alegó que al hablar en una asamblea que reunía a tantos países ricos, era natural transmitir el espíritu recogido por el mandatario brasileño en contactos previos con ocho presidentes sudamericanos.

De hecho, Lula y el presidente mexicano Vicente Fox recibieron un mandato expreso de los gobernantes latinoamericanos del Grupo de Río, para que expusieran algunas de sus ideas en la reunión del G-8.

Amorim desechó la idea de una presunta rivalidad entre México y Brasil por el liderazgo en América Latina. A Brasil le interesa la integración latinoamericana, pero cuando hablamos de integración nos referimos más a América del Sur, precisó.

En las conversaciones con México ”no he sentido ninguna rivalidad, sino un deseo de trabajar juntos”, aseguró.

El asesor del presidente Lula para asuntos internacionales, Marco Aurelio Garcia, sostuvo esta semana en Evian que Brasil no aspira al liderazgo regional.

El proceso de integración del propio Mercosur ha atravesado por altibajos, que algunos analistas atribuyeron a discontinuidad de la disposición brasileña a asumir la conducción del grupo.

Amorim dijo que su país está dispuesto a ejercer esa función, pero definió al liderazgo como la aceptación de una responsabilidad, que pesa sobre Brasil debido a que su economía es la mayor del bloque, y se apresuró a aclarar que ”eso no quiere decir que el país sea mejor que los otros”.

La diplomacia brasileña rechaza la interpretación del liderazgo con un sentido hegemónico, y Lula ha insistido en que desempeñar ese papel requiere también una dosis de generosidad.

En ese marco, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil abrió en los últimos meses líneas de crédito para varios países sudamericanos, entre ellas una de 1.000 millones de dólares para financiar exportaciones argentinas, anunciada en mayo.

Pero Amorim advirtió que la generosidad tambien le corresponde a Argentina en relación con Paraguay y Uruguay, las dos economías menores del Mercosur.

Brasil ha adoptado la decisión política de impulsar la integración de América del Sur, definió el canciller.

Estados Unidos promueve el proyecto del Area de Libre Comercio de las Américas, para todos los países del hemisferio salvo Cuba, pero Brasil privilegia una negociación ”Cuatro más uno” del Mercosur con Washington.

El gobierno de Lula pretende establecer con Estados Unidos una cooperación estrecha, madura y adulta, que respete las diferencias y explore las semejanzas al máximo, aseguró Amorim. (

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