CINE-GRAN BRETAÑA: Renace polémica por «La muerte de Klinghoffer»

La polémica por una ópera del compositor estadounidense John Adams, basada en el secuestro en 1985 del crucero italiano Achille Lauro a manos de un grupo palestino, revivirá con el estreno de su versión cinematográfica.

La ópera ”The Death of Klinghoffer” (”La muerte de Klinghoffer”) fue controversial desde su estreno en Bruselas en 1991, cuando se acercaba el fin de la guerra del Golfo.

Muchos creyeron ver entonces en la obra críticas contra la política israelí en los territorios palestinos ocupados utilizando para ello tristes hechos de la vida real.

Luego de los ataques terroristas del 11 de septiembre de ese año en Washington y Nueva York, la orquesta sinfónica de Boston la retiró de su programa en 2001 por temor a ofender la sensibilidad del público.

El año pasado, la orquesta sinfónica de Nueva York la puso en escena, desatando una polémica entre sectores de la numerosa comunidad judía de esa ciudad que le atribuyen a la obra un carácter ”propalestino” y ”antisemita”.

Ahora se estrenó en Gran Bretaña la versión cinematográfica, mientras transcurre la guerra contra el terrorismo declarada por Estados Unidos en septiembre de 1991 y poco después de la invasión que Washington y Londres condujeron contra Iraq.

Adams se unió al director de cine Penny Woolcocks y al libretista Alice Goodman para producir una película impactante, que ubica a los actos de violencia palestinos en el contexto político en el que se desarrollan y mantiene la polémica.

El buque Achille Lauro fue secuestrado por cinco miembros del Frente para la Liberación de Palestina el 8 de octubre de 1985, cuando navegaba entre Egipto e Israel. Los activistas pedían la liberación de prisioneros palestinos en Siria.

Durante el secuestro fue asesinado Leon Klinghoffer, un anciano estadounidense discapacitado. Su cuerpo fue arrojado al mar en su propia silla de ruedas.

La toma del buque terminó cuando los secuestradores se rindieron ante las autoridades egipcias, que los enviaron a Túnez. Pero el avión fue interceptado por naves de Estados Unidos que lo obligaron a aterrizar en Italia.

Las autoridades judiciales italianas enviaron a la cárcel a cuatro de los secuestradores, pero el restante, Abú Abbas, escapó y fue condenado en ausencia. Abbas fue encontrado y detenido en abril en Iraq por las fuerzas estadounidenses que derrocaron al régimen de Saddam Hussein.

La película, de producción británica, comienza con una improvisada rueda de prensa del capitán del barco, quien narra los detalles de la tragedia que acaba de vivir su tripulación. El tiempo de pronto retrocede a 1948, año en que fue fundado el estado de Israel.

La película muestra el momento en que miles de palestinos fueron expulsados de sus casas. En una escena, uno de los soldados israelíes que expulsa a los civiles palestinos llora y muestra el número que los nazis habían tatuado en su brazo años antes.

La historia entonces retrocede una vez más en el tiempo y se detiene en 1946, cuando el mismo israelí llegaba a Palestina en un barco junto a otros miles de sobrevivientes del holocausto, esperando tener un hogar en Palestina tras años de sufrimiento.

Este es un comienzo neutral para una ópera con un tema político delicado. Muestra determinación y a la vez equilibrio, un equilibrio que no fue intencional, según asegura el autor.

”No hicimos un intento consciente por ser neutrales, pues era imposible no tener fuertes sentimientos después de todo lo que leímos sobre lo que había sucedido. Pienso que esta situación, como toda situación política, es demasiado complicada como para dar respuestas sencillas”, señaló Adams.

La imparcialidad de la historia fue quizás lo que molestó a muchos críticos en Estados Unidos, donde incluso se pidió que la ópera fuera prohibida.

La película deja mal parados a los alemanes por el holocausto judío, a los británicos e israelíes por expulsar a los palestinos de sus tierras y a estos últimos por apelar al terrorismo como forma de resistencia.

La ópera, y en especial la adaptación cinematográfica, tiene la intención de abrir un debate más profundo sobre las causas de la tragedia del Achille Lauro, e intentar comprender mejor lo que ocurrió.

A los secuestradores palestinos se los presenta movidos por el dolor de la muerte de sus familiares, consecuencia directa de la ocupación israelí. La película muestra, incluso, la muerte de la madre de dos de los secuestradores en el campamento para refugiados de Sabra, cerca de Beirut.

La película humaniza a los terroristas, pero nunca justifica sus acciones. El espectador siempre tiene presente que Klinghoffer es sólo un anciano enfermo, inocente y sin ayuda.

Adams ya había demostrado su capacidad para darle forma musical a acontecimientos de la actualidad política con su ópera ”Nixon in China” (”Nixon en China”), de 1987, sobre el histórico viaje del ex presidente estadounidense a Beijing, en 1972.

”La muerte de Klinghoffer” trata sobre la tragedia de una persona común y corriente que resulta víctima del odio fanático.

Nadie sabe por qué fue elegido para morir. No se sabe si tuvo alguna discusión con un secuestrador, o simplemente fue por su discapacidad. Quizás, la mejor explicación es que Klinghoffer se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

”La muerte de Klinghoffer” es un alegato, una advertencia, una historia conmovedora e incómoda para muchos sobre el terror como parte de ese terrible ciclo de constante venganza y represalia que parece no tener fin. (

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