AMBIENTE-PESCA: Subsidios en el Norte vacían los océanos

Los subsidios a la pesca en el Norte industrial es una de las causas de la sobreexplotación que reduce drásticamente las pesquerías oceánicas, advirtieron expertos.

Los subsidios a la pesca, que varían entre 14.000 y 20.000 millones de dólares por año, juegan un papel fundamental en la promoción de la sobrepesca, según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y otros grupos ecologistas.

Las naciones europeas y Japón son los países que más subsidios asignan, de acuerdo a cifras del Banco Mundial.

Mientras, en costas del Sur en desarrollo, como las de Africa occidental, el oeste de América del Sur y Asia sudoriental, muchos agricultores desplazados de sus tierras se dedican a la pesca porque la actividad no requiere demasiados insumos, señaló Daniel Pauly, experto en pesca radicado en Canadá.

La explotación pesquera es de dos a tres veces superior de lo que admite el ritmo de reproducción de los peces, sostuvo Pauly en una entrevista.

”Algunas especies marinas están al borde de la extinción, y si no hacemos grandes cambios no quedará otra cosa en el océano más que plancton”, advirtió Pauly, que trabajó en el Centro Internacional para la Gestión de los Recursos Biológicos Acuáticos con sede en Manila.

La situación actual es tan grave que la pesca debería prohibirse en la mitad de los océanos del mundo en los próximos 10 a 20 años, sugirió.

Un informe especializado publicado en mayo por la revista científica Nature advirtió que la pesca comercial redujo más de 90 por ciento la población mundial de peces grandes, lo que pone en peligro una fuente vital de proteínas.

Además, tal depredación amenaza el sustento de millones de pequeños pescadores y desequilibra los ecosistemas marinos.

”Desde la aguja azul gigante al poderoso atún, y desde el mero tropical al bacalao antártico, la pesca industrial ha requisado el océano mundial”, dijo el ictiólogo Ransom Myers, de la canadiense Universidad Dalhousie y coautor del informe de Nature junto con Boris Worm.

”Hemos sabido del colapso de ciertas especies de pez y de algunas pesquerías, pero este estudio es el primero bien hecho de carácter mundial”, dijo el experto Meryl Williams, director general del Centro Mundial de Pesca con sede en Malasia.

Desde 1950, en los albores de la pesca industrial, los cardúmenes han sido cosechados con tanta eficiencia que insumirá apenas entre 10 y 15 años para reducir 90 por ciento la población de todas las especies, indica el informe publicado en Nature.

Los océanos han sido tan explotados que solo queda 10 por ciento de los grandes peces de aguas abiertas —atún, pez espada y aguja, por ejemplo— y los de otras especies, como raya, platija, bacalao e hipogloso, en comparación con 1950.

Myers y sus colegas pasaron 10 años recolectando, verificando y sistematizando información de grandes pesquerías del mundo. En 1994, un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calculó que casi 70 por ciento de las pesquerías estaban sobreexplotadas.

Mil millones de personas dependen del pescado como fuente de proteína animal, y 150 millones de empleos se originan en la pesca, dijo Williams a IPS. ”Reducir la captura en países como Bangladesh, Filipinas y Malasia será muy difícil”, advirtió.

Pero es necesario reducir drásticamente la explotación.

El Norte industrial financió la consolidación de las flotas de pesca industrial del Sur en desarrollo en los años 60 y 70, un proceso que aceleró la reducción de los cardúmenes, según Pauly.

Como consecuencia, en los países pobres se realiza más de la mitad de la captura mundial, pero la mayoría de esa producción es exportada. En cambio, por ejemplo, 95 por ciento del arroz cosechado en el planeta es consumido en el país donde se lo cultiva.

La exportación y la creciente escasez encareció el pescado, que por esa razón no se ha convertido en un alimento básico en el hemisferio sur. ”En el hemisferio norte no vemos la escasez que se ve en el sur”, afirmó Pauly.

El experto afirmó que el único modo de impedir el completo colapso de las pesquerías es establecer regiones protegidas, incluidas zonas de cría que ocupen ”entre un tercio y la mitad de los océanos”. En esas zonas debería prohibirse la pesca ”por una o dos décadas”, agregó.

”Entonces, podremos capturar con seguridad tanto pescado como hoy sin poner en peligro los cardúmenes”, dijo Pauly.

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