SALUD-AMERICA LATINA: El SRAS llegó para quedarse

Los aeropuertos de América Latina empiezan a poblarse de batas blancas de médicos, mientras se multiplican los ojos vigilantes sobre los pasajeros para frenar el ingreso del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS). Pero la enfermedad ya llegó a la región y para quedarse.

Ahora es crucial que los sistemas de control funcionen y logren limitar la propagación de la también llamada neumonía atípica, dicen los expertos. Pero esa intención choca con el desconocimiento generalizado sobre el SRAS.

Hasta ahora, ningún gobierno latinoamericano puso en marcha campañas masivas de información sobre el virus y sus formas de contagio, reportaron los corresponsales de Tierramérica en la región.

Esta enfermedad infecciosa, contra la que aún no existe tratamiento, afectó a 6.583 personas en 30 países, dos de ellas en Brasil, el único país de la región con casos de SRAS, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al 5 de este mes.

En Cuba, Guatemala, Perú, México y Venezuela se registraron hasta fines de abril más de 20 casos sospechosos de SRAS, pero ninguno fue confirmado.

Canadá es el único país americano donde han ocurrido muertes: 22 de las 461 registradas desde el primer caso reportado en la meridional provincia china de Guandong.

En general, América Latina y el Caribe está haciendo lo correcto para enfrentar el SRAS, pero la posibilidad de que no llegue a varios de los países es inexistente, dijo a Tierramérica Joaquín Molina, representante de la Organización Panamericana de la Salud en México.

El SRAS probablemente se quedará en la zona durante mucho tiempo, estimó.

La enfermedad es causada por un tipo de coronavirus y llevará unos tres años obtener una vacuna, según los científicos.

El director de Epidemiología de la Secretaría (ministerio) de Salud de México, Pablo Kuri, reconoció inevitable la llegada del virus a su país. El reto es aislarlo y limitar su propagación, tal como se hizo en algunos países de Europa.

La mayoría de medidas adoptadas para evitar la llegada del SRAS a América Latina y el Caribe, cuyos vecinos Canadá y Estados Unidos acumulan 209 casos, se concentran en aeropuertos, aunque con limitaciones.

Los gobiernos ponen énfasis en las exhortaciones a no viajar a zonas en que el SRAS tiene alta incidencia, especialmente China, donde los casos rondan los 4.280 y hay 206 muertos.

Varios países latinoamericanos disponen de salas especiales en hospitales para aislar a los enfermos, mientras las autoridades de salud difunden entre su personal información sobre el SRAS, de muy fácil contagio cuando se interactúa con un portador.

Tal es el caso de Perú, donde las autoridades reservaron un espacio ventilado y aséptico de 20 camas en el hospital Daniel Carrión, el más cercano al aeropuerto de Lima, la capital.

El gobierno asegura que existe ”un modelo peruano” para evitar el ingreso del SRAS, pero médicos del Ministerio de Salud y del departamento de sanidad del aeropuerto de Lima afirman desconocerlo.

”El nivel de conciencia (sobre la enfermedad) es mínimo” en Perú, declaró la Tierramérica la médica Lucrecia Magallanes. Guatemala es uno de los pocos países donde hay controles estrictos en los aeropuertos. Muchos viajeros se quejan de interrogatorios y vigilancia.

En entrevista con Tierramérica, Francisco Ardón, jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud, desestimó las quejas y aseguró que el personal se cuida ”de no incurrir en actos que puedan considerarse de persecución contra ciudadanos”.

Sin embargo, en la frontera de Guatemala con México se mantiene un flujo desordenado y casi sin vigilancia de emigrantes indocumentados, muchos de ellos asiáticos que viajan hacia Estados Unidos. E n un mundo con tanto movimiento de personas es muy difícil controlar el ingreso de cualquier enfermedad, reconoció Molina, de la OPS.

Las principales medidas preventivas ante el SRAS, que se manifiesta con fiebre alta, tos y dificultad para respirar, son lavarse las manos, evitar el contacto con enfermos y usar una mascarilla cubre-boca.

La situación brasileña no difiere del resto de la región. Aunque el gobierno anunció medidas como la distribución de formularios a los pasajeros en los aeropuertos, para conocer nombre, procedencia, vuelo y dirección en Brasil donde permanecerán, gran parte de los viajeros no llega a entregar esos datos.

La OMS asegura que en Brasil se presentaron dos casos de SRAS, pero médicos de ese país sostienen que se trata sólo de probables enfermos.

Luego de mantener por varias semanas a un solo médico en el aeropuerto de la capital repartiendo volantes con información sobre el SRAS, las autoridades mexicanas decidieron destinar esa tarea a 20 profesionales.

En los salones de aduanas, personal de migración se encarga de observar a todos los pasajeros que arriban para reportar si alguno parece resfriado.

Además, se dispuso el aislamiento temporal de los viajeros provenientes de Asia, como ocurrió con un equipo de entrenadores de varios deportes, procedentes de China.

En México, gerentes de hoteles se negaron a hospedar turistas y empresarios que llegaban de países asiáticos.

El gobierno asegura que aplica controles especiales en fronteras y puertos, pero los médicos asignados a esos lugares, como en la frontera con Guatemala, niegan que esas medidas estén en vigor, e incluso se quejan de falta de apoyo.

El gobierno venezolano ordenó a las aerolíneas el aseo de los aviones con agua, jabón, cloro y alcohol, mientras en Cuba se reforzaron los siempre rigurosos controles aduaneros y sanitarios de los aeropuertos.

En ninguno de los países de la región hay equipos para detectar la enfermedad. Por eso, varios gobiernos establecieron acuerdos con centros científicos de Estados Unidos para el envío de muestras de sangre y orina de los posibles infectados.

Todas estas medidas son mínimas comparadas con las implementadas en países asiáticos y europeos, donde algunos aeropuertos cuentan con equipos para medir la temperatura de los viajeros.

El Banco Mundial estima que el SRAS costará sólo a Asia 15.000 millones de dólares este año, mientras de acuerdo a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, la demanda de crudo en Asia se redujo ya en 300.0000 barriles diarios, debido al descenso de la actividad aérea.

En América Latina también se sienten los efectos económicos. Los negocios mexicanos con Asia se alteraron al punto que empresarios suspendieron contactos directos con sus pares y cancelaron viajes a ferias comerciales.

Además, autoridades decidieron que la negociación de un tratado de libre comercio con Japón continúe en los próximos meses a través de comunicaciones electrónicas. Brasil también pospuso viajes con fines comerciales y económicos.

Chile también resintió los efectos de la enfermedad al bajar el precio de sus exportaciones de cobre a Asia, mientras las ventas de pollos brasileños a Asia cayeron en forma marcada debido al SRAS, según fuentes de ese país.

”El SRAS estará entre nosotros un buen tiempo. Falta mucho por hacer” para erradicarlo, sentenció Henk Bekedam, uno los representantes de la OMS en China. América Latina y el Caribe, aunque con precauciones parciales, ya están en la línea del combate a la nueva enfermedad.

* Publicado originalmente el 3 de mayo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. Con aportes de Mario Osava (Brasil), Humberto Márquez (Venezuela), Dalia Acosta (Cuba), Abraham Lama (Perú) y Jorge Alberto Grochembake (Guatemala). (

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