La compañía estadounidense Bechtel, contratada por el gobierno de George W. Bush para la reconstrucción de Iraq, montará esta semana una feria itinerante en busca de socios en Washington, Londres y Kuwait.
La primera reunión para exhibir a empresas de todo el mundo los subcontratos a los que podrán acceder en Iraq se celebrará este miércoles en el edificio Ronald Reagan de la capital estadounidense, a una cuadra de la Casa Blanca.
Dos días después, el Departamento (ministerio) de Comercio e Industria de Gran Bretaña ayudará a los ejecutivos de Bechtel en su convocatoria a firmas británicas en un hotel del sudeste de Londres. La tercera escala será el 28 de este mes en el hotel Sheraton de la capital de Kuwait.
Bechtel citó estas reuniones para responder preguntas sobre el proceso de selección de empresas a las que subcontratará para implementar el contrato por 680 millones de dólares firmado el 17 de abril con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés).
”Bechtel fue honrada al pedírsele que ayude con la asistencia humanitaria, la recuperación económica y la reconstrucción de la infraestructura del pueblo iraquí”, dijo entonces el presidente de Bechtel National, Tom Hash.
Varios interesados se alojaron a comienzos de esta semana con el gerente de Bechtel para la reconstrucción de Iraq, Terry Valenzano, en el hotel Crowne Plaza and Hilton de Kuwait, donde se instalaron los equipos de ingenieros junto a altos oficiales militares.
Los empresarios estadounidenses tuvieron un papel central en la guerra y la ocupación de Iraq.
Empleados de las petroleras British Petroleum, de Gran Bretaña, y Shell, británico-holandesa, ya trabajan en el sur de Iraq a las órdenes del jefe ejecutivo de las refinerías del área, el mayor británico Mark Tilley.
Dos gerentes de la empresa constructora estadounidense Halliburton, Paul Vick y Scott Hayward, también se radicaron en el sur de Iraq, uno en Basora y el otro en Umm Qasar, para dirigir la reconstrucción de la infraestructura de la zona, bajo la supervisión del general estadounidense Robert Crear.
Las fuerzas ocupantes contrataron también a ex empleados de las grandes compañías en los que confían. Phil Carroll, ex jefe de la petrolera Shell y de la constructora Fluor, presidirá la junta asesora que supervisará las actividades del futuro ministerio de petróleo iraquí.
La compañía Halliburton, que había sido contratada en secreto para apagar pozos petroleros incendiados por el régimen de Saddam Hussein en su huida, contrató, a su vez, a dos empresas también radicadas en la meridional ciudad de Houston, bastión del presidente Bush: Boots & Coots International Well Control y Wild Well Control.
Ahora, Halliburton también supervisa la reparación de las refinerías, los oleoductos y la distribución de gas doméstico dentro de Iraq.
Ninguno de los contratos ofrecidos por el gobierno de Bush para reconstruir Iraq fue objeto de llamado a concurso público de empresas. Tampoco se supo cuáles eran las compañías agraciadas hasta que no comenzaban a trabajar. Sin embargo, los contratos estaban firmados meses antes de iniciado el ataque contra Iraq.
”Tengo, por cierto, la sensación de que tenían algo que ocultar. No sé si lo hacían, pero actúan como si lo hubieran hecho”, dijo el diputado estadounidense Henry Waxman, del opositor Partido Demócrata.
El vicepresidente Dick Cheney fue en el pasado el principal jefe de Halliburton, la empresa que ganó la mayoría de los contratos en la ”guerra contra el terrorismo” declarada por Washington.
Halliburton podría incluso hacerse cargo de la exportación de petróleo para que el país tenga dinero destinado a pagar sus gastos, a menos que los iraquíes ”puedan reconstituir su industria y su burocracia petrolera” rápido y por sí mismos, dijo el portavoz del Cuerpo de Ingenieros del ejército estadounidense Scott Saunders.
Mientras, la firma estadounidense Stevedoring Services of America está a cargo de la reconstrucción de los puertos marítimos iraquíes, y Airlink USA operará los aeropuertos una vez que sean reparados.
Las fuerzas armadas estadounidenses, además, acudieron a la multinacional estadounidense de seguridad Dyncorp para dirigir a la nueva policía iraquí.
Pero muchas compañías comenzaron a trabajar bastante antes de la guerra. Los ingenieros de British Petroleum, incluso, acompañaron a las fuerzas invasoras apenas comenzó la operación, el 20 de marzo.
Halliburton contaba con 1.800 empleados en el desierto kuwaití instalando tiendas de campaña, suministrando alimentos y lavando la ropa de los soldados antes de la invasión. Empleados de Dyncorp realizaron vigilancia alrededor de bases del ejército para mantener alejados a los furiosos civiles.
Incluso dentro de las bases en Kuwait, entrenadores de la firma Military Professional Resources Incorporated asistían a los soldados en el uso de las nuevas armas. Por otra parte, la empresa estadounidense Titan reclutó espías y traductores kurdos en el norte de Iraq.