La guerra contra Iraq estará presente en los comicios municipales y autonómicos de este domingo en España, aunque los analistas difieren sobre el alcance de su efecto negativo en el desempeño del gobernante Partido Popular (PP).
Tanto la encuesta del oficial Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) como de firmas privadas indican que el PP perderá votos por la repulsa ciudadana a su posición belicista y por la forma en que encaró el hundimiento en noviembre del petrolero Prestige frente a las costas del norte del país.
Alrededor de 33 millones de ciudadanos están habilitados para renovar autoridades en todos los municipios y en 13 de las 17 comunidades autónomas que integran España. Solamente no se celebrarán comicios para elegir la administración de las comunidades de Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco.
Las elecciones del próximo domingo presentan el carácter de primarias informales, debido a que se celebran un año antes de las generales para renovar el parlamento, que deberá nombrar el nuevo gobierno de España, y de que más de 90 por ciento de los españoles se pronunciaron contra la invasión a Iraq.
Los analistas políticos coinciden en que sus resultados, además de confirmar o cambiar el gobierno de algunas grandes ciudades, entre ellas Madrid, condicionarán el comportamiento del gobierno y de la oposición con vistas a los comicios generales.
Quizás por ello mismo, todos los partidos coincidieron en centrar su campaña en asuntos nacionales e internacionales, dejando en segundo lugar las reivindicaciones locales.
El centroderechista PP, con su presidente y jefe del gobierno, José María Aznar, a la cabeza, se empeñó en prometer que en el futuro los españoles pagarán menos impuestos y gozarán de mayor seguridad.
En tanto, la principal fuerza de oposición, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al igual que la coalición Izquierda Unida (IU, basada en el Partido Comunista) pusieron énfasis en la consigna No a la guerra.
Así, ambas agrupaciones opositoras se concentraron en criticar a Aznar por haberse aliado de modo incondicional con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, en la invasión y posterior ocupación de Iraq.
Candidatos del PSOE, de Izquierda Unida y de otros partidos izquierdistas concurrirán a votar con escarapelas o pegatinas en sus vestimentas que proclamen no a la guerra.
También organizaciones no gubernamentales, como el Comité de Solidaridad con la Causa Arabe, lanzaron la consigna Si votas, no te olvides de Iraq.
La catástrofe ecológica producida por el hundimiento del petrolero Prestige frente a las costas septentrionales en noviembre, los derechos sociales, la vivienda y la calidad de la democracia también han sido esgrimidos por unos y por otros.
Mientras, el cierre de campaña llegó marcado por un asesinato que recordó una vez más que la discriminación y el maltrato de las mujeres siguen vigentes en España. Todos los sectores políticos condenan esos actos, aunque no se tomen todas las medidas para evitarlos y condenarlos.
La candidata del PP, Patricia Maurel, del municipio La Puebla de Hijar en la nororiental provincia de Aragón, fue asesinada por su cónyuge de 11 disparos de carabina en la madrugada del jueves.
Este viernes, el presidente del PP aragonés, Gustavo Alcalde, afirmó que todos los cierres de campaña se convertirán en actos de repudio a la violencia de género y que se suspenderá cualquier contenido festivo que se hubieran programado y que tradicionalmente acompañan esos actos.
Una novedad en esta campaña ha sido la reivindicación comunista de IU, que en comicios anteriores había quedado en segundo o tercer plano. Su líder, Gaspar Llamazares, dijo una y otra vez en sus mitines que jóvenes, familias y ancianos tienen que llevar la cabeza bien alta por ser rojos.
La principal incógnita sobre los resultados se plantea en Madrid y por partida doble, ya que se realizan elecciones para renovar el parlamento y el gobierno de la Comunidad de Madrid y el ayuntamiento o municipio del mismo nombre, que es a la vez capital de esa comunidad y de España.
Los resultados de la encuesta del CIS, dada a conocer la semana pasada pero realizada entre el 22 de marzo y el 28 de abril, coincidiendo con el ataque a Iraq, indican que en las dos elecciones madrileñas triunfaría el PSOE.
El secretario de Estado para las relaciones con el parlamento, Jorge Fernández Díaz, afirmó al presentar esa consulta que su resultado predictivo electoral es muy limitado.
El PP evitó hablar de la guerra en toda su campaña, apostando a que con el paso del tiempo su impacto en las urnas se debilitaría, pero no existen encuestas que lo afirmen o nieguen.
Una especial atención también merecerán los resultados en la comunidad autónoma del País Vasco, donde una decisión del Tribunal Supremo de Justicia, avalada por el Tribunal Constitucional, anuló las listas de candidatos de grupos o coaliciones que responden al grupo terrorista ETA.
Los partidarios de ETA lograron en las elecciones de 2001 sumar 10,1 por ciento de los votos y obtuvieron siete de los 75 diputados autonómicos del País Vasco.
En las elecciones del domingo el destino de ese diez por ciento podrá ser decisivo tanto en las grandes ciudades como en los pequeños municipios.
Los dirigentes políticos etarras piden a sus simpatizantes que coloquen en las urnas la boleta prohibida por la Justicia, en tanto que los moderados Partido Nacionalista Vasco (PNV) y su escisión, Eusko Alkartasuna (EA), esperan capitalizar al menos una parte de esos sufragios.
Si la mayoría de ese 10 por ciento de votos fueron al PNV y EA, éstos podrían sumar más que el PP y el PSOE, que se oponen a la independencia del País Vasco. Pero si se convierten en votos nulos, por colocar una boleta prohibida, la balanza podría inclinarse hacia el otro lado.