El gobierno y la oposición de España hicieron hincapié en que sólo se deben usar armas legales para combatir contra ETA, que este viernes cometió otro atentado en el que murieron dos policías en la septentrional comunidad de Navarra.
Una bomba colocada debajo del automóvil policial estalló en momentos en que los dos agentes salían de su lugar de trabajo en una oficina de Sangüesa, una localidad de poco más de 4.000 habitantes, en compañía de un tercer colega, que resultó herido de gravedad.
El vicepresidente primero del gobierno español, Mariano Rajoy y el líder del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), José Luis Rodríguez Zapatero, condenaron el atentado y señalaron que ETA debe ser combatida sin descanso, pero sin dejar de respetar la ley.
En igual sentido se pronunció el juez Baltasar Garzón, quien se enteró del atentado mientras presentaba el libro Lobo, de los periodistas Antonio Rubio y Manuel Cerdán, en el que se relata de modo novelado la historia de un agente infiltrado en las filas de ETA en los años 70.
En el libro y tal como confirmó en el mismo acto el Lobo, Miquel Legarza, quien se presentó con unos grandes anteojos negros, peluca y barba postiza, se narra cómo ese infiltrado y otros agentes y policías efectuaban acciones fuera de la ley en contra del grupo terrorista vasco.
Garzón dijo que en la actualidad afortunadamente esas ilegalidades no se producen y, si se produjeran, son delitos que deben ser llevados ante la justicia.
Euskadi ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad, en vascuence) fue creada en los años 60 para luchar contra la dictadura española del general Francisco Franco (1939-1975) y reclamar la independencia del País Vasco y un régimen socialista.
Los policías muertos este viernes por ETA integraban junto al herido un equipo que acudía a facilitar la renovación del documento de identidad a las poblaciones rurales de Navarra, una de las 17 comunidades autónomas que integran España.
Los ciudadanos de Navarra resolvieron en 1979, por referéndum, no formar parte del País Vasco, como demandan los nacionalistas de esa región.
A ese respecto, Rodríguez Zapatero dijo este viernes a IPS que hace cinco días los navarros y demás españoles de bien se expresaron con su voto. Hoy los etarras se han expresado con su lenguaje: el de la muerte.
El presidente de Navarra, Miguel Sanz, informó que el atentado se produjo en una plaza muy concurrida y que por ello los policías se habrán confiado en que era prácticamente imposible poner una bomba a plena luz del día… y la han puesto.
Entre esa concurrencia también hubo víctimas, pues resultaron heridos, aunque no de gravedad, un hombre, dos mujeres y un niño de ocho años.
La localidad de Sangüesa, situada a unos 45 kilómetros de Pamplona, la capital de Navarra, está gobernada por José Daniel Plano, de una agrupación independiente no aliada a ningún partido mayoritario y que el domingo volvió a ganar las elecciones.
Este atentado explosivo es el segundo que perpetra ETA en lo que va de año. El 8 de febrero asesinó a Joseba Pagazaurtundúa, socialista y policía municipal de Andoain, un pequeño pueblo del País Vasco, ubicado a 400 kilómetros al norte de Madrid.
Al rechazo de los políticos por esta nueva acción de ETA se unió el de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (de orientación comunista), que manifestó su más rotunda condena y rechazo al atentado terrorista.
La central sindical llamó, además, a los trabajadores y a la sociedad a participar en cuantas manifestaciones y actos de protesta y denuncia se realicen contra este nuevo acto de barbarie y terror.
La Confederación de Cámaras de Comercio e Industria también se unió a la condena y afirmó que ETA está acorralada, aislada judicialmente, asfixiada económicamente y por vez primera excluida políticamente de unas elecciones.
Esa asociación insiste en que la única manera de luchar contra el terrorismo es desde la unidad de todos los partidos democráticos y el cumplimiento estricto y sin dilaciones de la ley.
Sobre la debilidad de ETA habló también el Lobo, quien subió al estrado de la presentación del libro tras retirarse del recinto el juez Garzón, conocido internacionalmente por haber pedido la extradición del ex dictador chileno Augusto Pinochet.
El Lobo afirmó que ETA es un queso gruyere, un cuerpo totalmente perforado, con tantos activistas (pocos) como infiltrados, una mafia mal preparada. Su fin está cercano.
En el mismo acto se leyó un mensaje contra el terrorismo de Mario Onaindía, actual senador socialista, quien estuvo preso por pertenecer a ETA en los últimos años del franquismo, pero que tras la recuperación democrática y luego de ser indultado en 1976 hizo público el abandono de la violencia.
En esos años, al afirmarse la democratización, varios de los militantes del sector político-militar de ETA siguieron el mismo camino de Onaindía y se insertaron en los partidos legales o se retiraron de la actividad.
Ahora cada vez son menos los que se mantuvieron en ETA y los que se incorporaron después a un grupo que se dedica sólo a cometer atentados indiscriminados contra miembros de cuerpos de seguridad, dirigentes o militantes políticos, alcaldes, profesores, catedráticos universitarios o periodistas.
Esa acción de ETA dice realizarla en nombre del socialismo y del independentismo. Las Comunidades Autónomas de España, entre ellas el País Vasco, gozan hoy de una autonomía del gobierno central sólo superada por la que tienen los estados federados de Canadá. (