Los capitales portugueses comenzaron a dejar Mozambique, la otrora mayor colonia lusitana en Africa, atraídos por la cercana y ahora pacífica Angola, donde hace más de 15 meses no se escucha el tronar de las armas.
La consagración al parecer definitiva de la paz en Angola tiene un efecto económico perverso para Mozambique, pues ayudó a profundizar la caída de las inversiones privadas.
Los feroces duelos de artillería en ciudades sitiadas y las frecuentes emboscadas a trenes y columnas de camiones y autobuses ya no forman parte de la vida cotidiana de los 12 millones de angoleños, como ocurrió por dos décadas y media.
La insurgente Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (Unita) bajó las armas el 22 de febrero de 2002, el mismo día de la muerte en combate de su carismático líder, Jonas Savimbi.
Afianzada la paz y con la Unita ahora en el parlamento como principal partido de oposición, la también ex colonia portuguesa de Africa occidental se convirtió en tierra de oportunidades para los empresarios de su antigua metrópolis.
El que paga la factura, al ver descender el ingreso de capitales directos, es Mozambique, que con sus 22 millones de habitantes es la más poblada de las antiguas provincias de ultramar lusoafricanas.
Las inversiones en Mozambique habían crecido rápidamente tras el fin de la guerra civil en 1993 y la posterior e inesperada convivencia democrática entre los dos rivales que por 18 años se enfrentaron en el campo de batalla, el gobernante Frente de Liberación de Mozambique (Frelimo) y la opositora Resistencia Nacional de Mozambique.
Pero la paz en Angola sólo provocó la aceleración de un proceso ya en marcha anteriormente de caída de las inversiones privadas en el cercano país de Africa austral.
Los capitales portugueses radicados en Mozambique pasaron de 100,5 millones de dólares a 15,3 millones entre 2000 y 2001, lo cual hizo descender a ese país europeo del primer al tercer lugar en la escala de inversiones directas extranjeras, por debajo de Sudáfrica e Italia.
Un estudio publicado esta semana por el Diario Económico, de Lisboa, indica que, aunque todavía no se cuenta con datos definitivos de 2002, la tendencia a la baja se mantiene en ese y en este año.
En cambio, Mozambique continúa siendo el principal receptor de fondos de Portugal en los sectores de ayuda pública.
En 2001, últimos datos oficiales existentes, Mozambique se benefició con 34,25 millones de dólares de ayuda al desarrollo y con 43,98 millones de dólares en asistencia pública, superando con creces a Angola, receptor de 11,87 millones de dólares en el primer rubro y de 15,25 millones de dólares en el segundo.
La expansión de la industria mozambiqueña en los últimos años fue marcada por el papel preponderante de la inversión directa portuguesa, en especial del grupo Ferreira dos Santos, que en 2001 facturó 47 millones de dólares.
La facturación última de esa corporación empresarial, que se instaló en ese país africano en 1987 y en plena guerra civil, es una cifra relativamente pequeña en términos de Europa occidental, pero significativa respecto de la economía mozambiqueña.
El conflicto armado nunca constituyó motivo para interrumpir los programas de inversión, dijo a IPS el portavoz en Lisboa del grupo Ferreira dos Santos, JoFo Ribas.
El grupo actúa en la agricultura y en la industria relacionada con ese sector, especialmente en la producción, recolección y distribución de algodón, tabaco, cajú, sisal, té y cítricos, explicó.
Los negocios realizados por el empresariado portugués entre 1996 y 2000 en Mozambique crearon 31.133 puestos de trabajo, en el marco de proyectos estimados en 294,5 millones de dólares, señala un informe divulgado el 12 de este mes por el Centro de Promoción de Inversiones.
La actual tendencia a la baja de la economía mozambiqueña, excepto en el sector bancario, es también una preocupación para el gobierno de Portugal.
Portugal es el principal país extranjero representado en el sector bancario en ese país, que moviliza 1.200 millones de dólares anuales, en su mayoría controlados por el Banco Comercial Portugués (BCP), el Banco Portugués de Inversiones (BPI) y la Caja General de Depósitos (CGD).
El Banco Internacional de Mozambique (BIM) ocupa el primer lugar en los activos totales del país, con 53 por ciento del mercado de préstamos, seguros, inversiones y cartas de crédito. Pero, a su vez, el BCP controla 67 por ciento del capital del BIM.
Portugal estudia otras formas de canalizar inversiones para Mozambique, debido a que Angola ahora se convirtió en un país muy apetecible, comentó en una visita a Maputo José Cesário, secretario de Estado (viceministro) de Relaciones Exteriores, a cargo de las Comunidades Portuguesas.
Asimismo, sectores empresariales portugueses consultados por IPS afirmaron que, a diferencia de Angola, en Mozambique existen serias trabas burocráticas para la obtención de autorizaciones de residencia para obreros especializados portugueses, lo cual obstaculiza el desarrollo de sus actividades.
El denominador común para el desarrollo de los mercados africanos, en especial del grupo de Países de Lengua Oficial Portuguesa (Palop), se resume a una evaluación de las capacidades de cada Estado de tener en vista un mayor crecimiento, concluyó el foro Africa Hoje (Africa Hoy), realizado el día 13 en Lisboa.
En la comunidad Palop, integrada por Angola, Cabo Verde, Guinea- Bissau, Mozambique y Santo Tomé-Príncipe, el empresariado y las organizaciones internacionales deben apostar a las técnicas del comercio multilateral, parte de los procesos de integración regional, opinó allí la viceministra de Economía de Portugal, Dulce Franco.
La secretaria de Estado exhortó a la creación de sociedades promotoras de inversiones, condición esencial para el desarrollo de las economías africanas.
En ese seminario de Lisboa, Carlos Feijó, coordinador de la Comisión de Revisión de la Legislación en Angola, garantizó que el gobierno de su país pretende crear nuevas leyes para abolir los impedimentos a la inversión extranjera, adelantándose a Mozambique, que aún no toma medidas para flexibilizar el sector.
Expertos entienden que la apuesta futura de Mozambique debe concentrarse en el turismo, para convertirse así en uno de los principales destinos de quienes visitan Africa austral.
El grupo empresarial portugués Pestana destinó el año pasado 27,2 millones de dólares para instalaciones turísticas y pretende colocar otros 12,2 millones de dólares este año.
Sin embargo, pese a su nacionalidad, esas inversiones no provienen de Portugal sino de la vecina Sudáfrica, donde Pestana obtiene pingües ganancias también del turismo, en particular de hoteles localizados en el área natural protegida Kruger Park.
El director del foro Africa Hoje, Alberico Cardoso, sostuvo que en el encuentro se registró una latente e inequívoca voluntad de expansión económica portuguesa en Palop.
Ahora es necesario contagiar con el 'virus' de Africa a los empresarios más jóvenes, agregó.