El año pasado fue el peor en materia de derechos humanos desde el fin de la guerra fría en 1991, advirtió en su informe anual la organización no gubernamental Amnistía Internacional.
Se cometieron abusos en nombre de la seguridad, ”pero no vemos la seguridad y los derechos humanos como asuntos separados”, dijo la secretaria general de Amnistía, Irene Khan, al presentar el informe este miércoles en Londres.
”Las personas están seguras cuando sus derechos están asegurados”, afirmó.
Incluso países que defendían los derechos humanos durante la guerra fría los violan ahora, dijo Khan. ”Esas naciones ahora apoyan derechos a la carta: los eligen a su aire, mientras las fuentes reales de inseguridad permanecen sin atacar”, sostuvo la activista.
”No hemos visto este tipo de situaciones por décadas”, agregó.
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Mientras, los países más poderosos ”deliberadamente eligen dar la espalda” a los derechos humanos. Los comentarios de Khan y el informe anual de Amnistía constituyen una clara acusación contra Estados Unidos.
”Existe un sistema de justicia de dos niveles ahora. Uno para los países más poderosos, otro para el resto. Estados Unidos elige ahora cuáles de sus obligaciones de acuerdo con el derecho internacional respetará, y cómo”, sostuvo Khan.
Este doble rasero se aplica también a los aliados de Estados Unidos, según Amnistía. ”De este modo, no hay presión sobre los gobiernos de Arabia Saudita y Egipto para que modifiquen su comportamiento. Estados Unidos no tiene voluntad de llamar a esos gobiernos a responsabilidad”, dijo Khan.
”Gobiernos como los de Pakistán y Arabia Saudita son vistos como importantes aliados, y eso los alienta a violar” los derechos humanos, agregó.
Amnistía luchará para que los derechos humanos no se ”privaticen ni paralicen”, sostuvo la activista.
Khan se refirió particularmente a los abusos cometidos en Iraq, ”donde los pozos de petróleo son protegidos, pero no los seres humanos”. Ese país sigue el camino de Afganistán, afirmó, donde la población fuera de Kabul sufre ”inseguridad, falta de respeto por la ley y violaciones de derechos humanos”.
Afganistán se ha convertido en una ”letanía de promesas rotas”, sostuvo.
La situación en Iraq se agravará si ”se desliza de la portada de los diarios más allá de la segunda o la tercera página”, dijo la activista. ”Podría comenzar a sufrir el mismo tipo de fatiga de compasión que se vio en Afganistán”, explicó.
Más allá de Iraq, los conflictos armados también ocasionaron grandes bajas en cuanto a vidas y derechos humanos en lugares tan diversos como Burundi, Chechenia, Colombia, Costa de Marfil y Nepal, según el informe de Amnistía.
”Iraq e Israel y los territorios ocupados (palestinos) están en las noticias, Ituri en República Democrática del Congo, no, a pesar de la amenaza inminente de genocidio”, dijo Khan.
”Llamar la atención hacia las crisis 'ocultas' y proteger los derechos de las 'víctimas olvidadas' es el mayor desafío que afrontamos hoy”, añadió.
El informe de Amnistía indica que en República Democrática de Congo la situación de derechos humanos continúa siendo grave, con continuos combates y ataques contra civiles, en particular en el este del país.
”En la región de los Grandes Lagos (africanos), los que cometen violaciones de derechos humanos aún gozan de impunidad”, según el estudio.
Fuerzas del gobierno de Burundi cometen ejecuciones extrajudiciales, tortura, desapariciones y otras violaciones de derechos humanos, mientras organizaciones armadas ilegales matan, mutilan, secuestran y torturan a civiles, e incluso reclutan a niños, agrega el informe de Amnistía.
”Las medidas de seguridad tomadas por el nuevo gobierno de Colombia exacerbaron la espiral de violencia política. La ruptura del diálogo de paz entre el gobierno y la principal organización opositora armada, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), profundizó la crisis de derechos humanos”, indica.
En China, las autoridades judiciales condenaron a muerte al menos a 1.921 personas, y 1.060 fueron ejecutadas. Muchas sufrieron detención arbitraria, entre otras razones por ejercitar su derecho a la libre expresión.
Cada vez hay más detenidos en China y en Vietnam por expresar sus opiniones a través de la red mundial informática Internet.
Las violaciones de derechos humanos empeoraron en muchos países de Asia del Pacífico, en particular en el contexto de conflictos armados, de la ”guerra contra el terrorismo” y de ”campañas contra la delincuencia”, agrega el informe.
Amnistía expresó su particular preocupación por el confinamiento en instalaciones militares estadounidenses en Guantánamo, Cuba, de más de 600 prisioneros de guerra capturados en 2001 en Afganistán.
Las leyes antiterroristas también amenazan con convertirse en instrumentos contra los derechos humanos en Guyana y Paraguay, mientras en Perú se niega a los reos un juicio justo.
Amnistía indicó que se registraron casos de tortura y maltrato a manos de fuerzas de seguridad en países como Argentina, Bahamas, Belice, Bolivia, Colombia, Guyana, Jamaica, Trinidad y Tobago y Venezuela.