Un pasado de violaciones y abuso sexual infantil persigue al gobernador general de Australia, Peter Hollingworth, representante de la corona británica en este país y ex arzobispo de la Iglesia Anglicana. Pero el gobierno de John Howard lo respalda.
Hollingworth es acusado de violación y de ocultar varios casos de abuso sexual infantil mientras era arzobispo anglicano de la oriental ciudad de Brisbane.
No obstante, el primer ministro John Howard le confirmó su apoyo el domingo y anunció que el cargo de gobernador general quedará vacante sólo en forma temporal hasta tanto se aclaren las acusaciones.
Hollingworth fue denunciado a la justicia en diciembre por Annie Jarmyn, quien aseguró haber sido violada por él en 1965 durante un campamento para jóvenes organizado por la diócesis anglicana de Brisbane.
Hollingworth negó las acusaciones y lanzó una campaña de defensa, que incluyó un emotivo discurso televisado a todo el país el jueves 8 por la noche.
El domingo recibió el espaldarazo del primer ministro Howard. Hollingworth sólo podrá considerar qué hacer con su cargo cuando terminen la investigaciones. El gobernador general me dijo que defenderá su dignidad antes que nada, dijo Howard.
Pero Jarmyn se suicidó hace tres semanas, y es poco probable que su familia siga adelante con el caso, según fuentes judiciales.
Hollingworth debe ser destituido cuanto antes, opinó Hetty Johnson, directora de la organización no gubernamental Bravehearts, que apoya a víctimas de abuso sexual.
La decisión de Howard es sólo una estrategia política para dejar de lado todo el asunto. Lo que quiere es echar un balde de agua fría sobre la indignación popular y sacar el asunto de los titulares por un tiempo. Así, para cuando Hollingworth vuelva, ya todos habrán olvidado lo que pasó, sostuvo Johnson.
Hollingworth fue nombrado en junio de 2001 en el cargo de gobernador general, representante simbólico de la corona de Gran Bretaña.
Aunque Australia es una nación independiente, reconoce la autoridad formal de la reina Isabel II de Gran Bretaña. La reina nombra al gobernador general con el asesoramiento del gobierno electo australiano.
Por su parte, el gobernador general designa formalmente a los ministros, pero según las decisiones del primer ministro, y sólo actúa conforme a lo que dispone el gobierno electo.
Los pedidos de renuncia crecieron luego que la Corte Suprema de la nororiental provincia de Queensland ordenara días atrás a la diócesis de Brisbane pagar una compensación por 425.000 dólares, el monto más alto en la historia judicial australiana.
La Corte determinó que el maestro de 39 años Kevin Guy, de la prestigiosa escuela anglicana Toowomba, abusó sexualmente de una niña de 12 años en reiteradas ocasiones durante un lapso de siete meses en 1990.
Hollingworth fue nombrado arzobispo de Brisbane, y por lo tanto responsable de esa escuela, meses antes de que la policía detuviera a Guy en noviembre de 1990.
El sucesor de Hollingworth en la diócesis de Brisbane, Phillip Aspinall, ordenó a dos de sus funcionarios que investigaran estas y otras denuncias de abuso sexual, y el primer ministro de Queensland, Peter Beattie, presentó el resultado de la investigación en el parlamento provincial el 1 de mayo.
El informe criticaba la forma en que Hollingworth manejó dos de nueve denuncias.
El entonces arzobispo sabía que el sacerdote John Elliot violó varias veces a un niño entre 1978 y 1981, pero permitió que continuara en el cargo con unas pocas restricciones, según el estudio. Elliot está ahora en prisión.
Los abogados defensores de Hollingworth arguyen que el ahora gobernador general dejó a Elliot en el cargo porque pensó que el abuso sexual había sido un hecho aislado.
Howard menospreció el domingo el informe de la diócesis. No se trata de una investigación judicial. Es una investigación de carácter puramente privado. El propio Hollingworth ya rebatió las principales acusaciones, señaló.
Los cargos contra Hollingworth son ahora centro de atención en todo el país, en especial luego de su discurso del jueves.
En la localidad victoriana de Seymour, al norte de Melbourne, un grupo de fieles anglicanos acusaron también a un ex sacerdote de haber violado a niños durante un periodo de 30 años.
Mientras, el periódico The Australian informó que la diócesis de Brisbane intenta vender algunas de sus propiedades históricas para afrontar lo que espera sea un aluvión de demandas de compensación por abusos sexuales.
El nuevo administrador general de la diócesis, Peter Read, reveló que ya ha pagado más de 650.000 dólares por unas 40 demandas desde que Hollingworth dejó el arzobispado en 2001.
Por su parte, el arzobispo Aspinnal dijo que la diócesis recibió 157 denuncias desde que tomó el cargo en febrero de 2002.
Mientras, el primado de la iglesia anglicana de Australia, Peter Carnley, adoptó severas medidas para limpiar la imagen de la diócesis de la occidental ciudad de Perth, también blanco de acusaciones de abuso sexual a niños.
Carnley canceló las licencias de todos los sacerdotes y anunció que no los reinstalará en sus oficios hasta tanto no presenten pruebas de que no tienen antecedentes penales, referencias del obispo que los ordenó y certificados de que han asistido a seminarios sobre abuso sexual infantil.
Debemos ser muy activos en cuanto a la protección de los niños. Tenemos que investigar a todos nuestros clérigos, señaló. (