El escepticismo reina en China sobre la verdadera dimensión de la epidemia de neumonía atípica, luego de que el gobierno reconociera que en la capital existen al menos 12 veces más casos de los que había admitido.
”Tampoco ahora les creo. Estoy seguro de que ni siquiera las nuevas cifras son las reales”, dijo Liu Guotang, profesor de la Universidad de Economía y Comercio de Beijing.
”La universidad cerró hoy y nos dijeron que nos tomemos vacaciones largas. Si no fuera grave, no lo habrían hecho”, opinó.
El Ministerio de Salud admitió este lunes 132 nuevos casos de neumonía atípica o Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS) y cuatro muertes más por esta enfermedad, en su mayoría en Beijing.
Estos casos se suman a las 339 infecciones, 18 muertes y 402 presuntos casos en la capital reconocidos el domingo en conferencia de prensa por el subsecretario de Salud, Gao Qiang.
El gobierno destituyó ese mismo día al ministro de Salud y al alcalde de Beijing, que hasta entonces admitían apenas 37 casos y cuatro muertes en la capital.
Ahora, la ciudad se ubica en el tercer lugar en el mundo en la lista de zonas más afectadas por el SRAS, luego de la austral provincia china de Guangdong y la Región Administrativa Especial china de Hong Kong.
El SRAS amenaza con convertirse en una pandemia mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el sábado se habían registrado en 27 países un total de 3.547 casos, 182 de ellos fatales.
China había reportado hasta ese día 1.512 casos, y Hong Kong, 1.358, pero este lunes, autoridades de la OMS declaron que hay 1.959 casos confirmados de SRAS en China, lo que acerca el total mundial de casos a 4.000.
Además de destituir al ministro de salud Zhang Wenkang y al alcalde de Beijing Meng Xuenong el domingo, el gobierno suspendió la semana de feriados por el Día de los Trabajadores, para evitar los desplazamientos masivos de población y la propagación de la enfermedad por el resto del país.
La llamada ”semana dorada” del 1 de mayo fue instituida hace cinco años para impulsar el gasto de los consumidores, como respuesta a la crisis financiera asiática.
La mayoría de quienes pensaban viajar por avión ya cancelaron sus planes, mientras escuelas y universidades cierran sus puertas, a medida que el temor al contagio comienza a extenderse por el país, con el consiguiente riesgo de una crisis económica.
”No puedo creer lo que está ocurriendo. Durante semanas nos aseguraron que todo estaba bajo control. Pero debe ser muy grave si cancelaron los feriados del 1 de mayo”, exclamó Chi Lihua, vendedora en un supermercado de Bejing.
Las medidas se tomaron luego de una reunión de emergencia del Politburó del Partido Comunista el jueves, que puso fin a semanas de mentiras y evasiones de altos funcionarios a expertos de la OMS que analizaban la situación del SRAS en el país.
El ministro de Salud Zhang y el alcalde y subsecretario del Partido Comunista de Beijing Meng declararon varias veces que la situación estaba controlada y que viajar y vivir en China era seguro.
”La forma de actuar de China causó estupor en muchos inversores que pensaban que las cosas habían cambiado aquí”, afirmó un diplomático extranjero en Bejing.
”Esto podría convertirse en el Chernobyl chino”, advirtió, refiriéndose al accidente nuclear de 1986 en esa localidad ucraniana, que causó más de 7.000 muertes y que fuera inicialmente encubierto por las autoridades soviéticas.
Aquí también, la información inicial que brindó el gobierno chino sobre el SRAS fue manipulada, y sólo ahora se modificó la versión oficial porque el secreto comenzó a afectar la economía y la confianza en el país.
El diagnóstico del primer caso de SRAS en Beijing no se informó hasta un mes después, por temor a que empañara la sesión anual del Congreso Popular Nacional, la legislatura china, celebrada en marzo. Sólo se reconocieron unos pocos casos cuando concluyó la reunión legislativa.
El presidente Hu Jintao declaró la semana pasada en Beijing que confía en la capacidad de China para hallar los métodos para combatir el SRAS.
La batalla contra la enfermedad es ”una gran tarea”, porque el mal afecta la salud y seguridad de los chinos y pone en peligro el desarrollo y la estabilidad del país, aseguró.
No hubo explicación oficial por la destitución del ministro y el alcalde, en lo que se convirtió en la primera prueba para el gobierno del presidente Hu y su primer ministro Wen Jiabao, que se instaló formalmente en marzo.
El ministro de Salud Zhang mantenía fuertes vínculos con el influyente Jiang Zemin, el anterior presidente del país.
Meng Xuenong, que también asumió la alcaldía de Beijing recientemente, era calificado por las autoridades como ”hombre del pueblo” representante de la nueva dirigencia china, preocupado por los pobres y marginados.
Este tipo de destituciones son la excepción a la regla en la política china, donde habitualmente se aplica el principio de la responsabilidad colectiva.
”Claro que nos asombran las cifras reveladas, pero que hayan destituido a esta gente me brinda la esperanza de que las cosas estén mejorando”, declaró Hollis He, empleada en un banco extranjero en Beijing. ”Estas cosas no suceden todos los días”.
”Había que responsabilizar a alguien”, explicó una fuente del gobierno chino, explicando que las destituciones son una advertencia para que otros dirigentes provinciales actúen rápidamente y cooperen en el combate al virus del SRAS.
Mientras, aumenta el temor al descontrol de la epidemia en el interior rural, donde residen 70 por ciento de los 1.300 millones de habitantes y los hospitales carecen de capacidad para hacer frente a la crisis.
Al menos ocho de las provincias más pobres del país, incluso Shanxi, Mongolia Interior y Ningxia, reportaron casos de SRAS, pero algunos expertos se preguntan cuántos gobernantes provinciales ocultan casos en sus provincias por temor a perjudicar sus economías.
