La población de calamar illex (Illex argentinus) en aguas oceánicas de Argentina corre peligro a causa de la captura indiscriminada, a menudo a manos de barcos extranjeros que no siempre operan con permiso.
Esta especie de calamar es muy requerida por comensales de Asia oriental. El océano Atlántico Sur alberga el segundo caladero más rico de calamar illex del mundo, detrás del ubicado en el océano Pacífico Norte.
Una enorme cantidad de calamares se concentra en la franja de 200 millas náuticas a lo largo de la costa argentina, que constituye la zona económica exclusiva de este país en el Atlántico.
En los años 90, el Estado vendía licencias de explotación del calamar a buques extranjeros, un sistema al que expertos atribuían una pesca excesiva que ponía en peligro el recurso.
El Congreso legislativo anuló por ley ese régimen en 2001, lo que restringió la mayor parte de la pesca de calamar a buques argentinos con tripulación nacional.
Desde entonces, el grueso de los buques extranjeros debieron conformarse con pescar más allá de la milla 200, o comprar licencias de pesca en las islas Malvinas -controladas por Gran Bretaña-, donde el calamar es menos abundante.
Los que optaron por capturar mar adentro, encontraron poco y nada. Los que compraron licencias en las islas Malvinas obtuvieron la décima parte de lo que hubieran logrado en la costa argentina. Muchas empresas de este país pudieron exportar calamar por primera vez.
Pero los pescadores manifiestan su preocupación porque el Estado permitió a 15 barcos extranjeros sumarse al casi centenar de argentinos que operan en la zona, con el argumento de que la flota nacional no daba abasto para aprovechar el calamar existente.
Además, la marina de guerra advirtió que la pesca ilegal tuvo un enorme aumento. En 2000, según fuentes de la Armada, 232 pesqueros extranjeros -en especial de China, Taiwán y Corea del Sur- pescaron calamares clandestinamente dentro de la franja de 200 millas.
En 2001, los barcos avistados fueron 296, y en 2002 ascendieron a 347. Desde enero, los controladores ya divisaron más de 220 barcos operando furtivamente.
La gran afluencia ilegal de barcos extranjeros se debe a la escasa población de calamar en las islas Malvinas, dijo a Tierramérica Ernesto Godelman, del no gubernamental Centro de Defensa de la Pesca Nacional (Cedepesca).
Godelman consideró imperativo un mayor control para impedir que la captura supere 60 por ciento de la población de calamar, el límite más allá del cual el recurso corre peligro de sufrir una gran reducción, como sucedió antes con la merluza hubbsi, el principal producto pesquero de Argentina.
Las autoridades debieron limitar la captura de merluza en 2000, cuando en el primer mes del año se pescó la cuota máxima permitida para tres meses. La restricción perjudicó a las empresas, a los trabajadores del sector y al Estado, pues también se redujo la recaudación.
A pesar de la fama mundial de la ganadería de Argentina, hace años que los ingresos por exportaciones pesqueras casi duplican los obtenidos por la venta de carnes rojas.
* Publicado originalmente el 29 de marzo por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (