IRAQ: Movimiento antibélico de Australia desmoralizado

El aumento del apoyo popular en Australia a la guerra contra Iraq y la debilidad de la oposición política a la postura belicista de Canberra desmoralizan al movimiento pacifista de este país.

El cambio de tendencia en la opinión pública coincide con la impotencia de la oposición para alzar su voz por encima del discurso del gobierno australiano, el único además del británico que aportó tropas para el ataque liderado por Estados Unidos.

Según el último sondeo realizado por la empresa NewsPoll, 51 por ciento de los australianos están a favor de la acción militar contra Iraq, y el porcentaje de los que están en contra cayó de 47 a 38 por ciento.

”Los cientos de miles de personas que salieron a las calles entre el 14 y el 16 de febrero para manifestarse por la paz probablemente están desmoralizadas ahora, sintiendo que el gobierno de (John) Howard no las escucha”, comentó Riki Lane, presidenta nacional de la opositora Alianza Socialista.

”Los activistas no somos inmunes a ese sentimiento de decepción, pero debemos mantener la cabeza en su lugar y aprender de la historia”, exhortó.
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Aunque continúan las protestas multitudinarias por la guerra y los sindicatos amenazan con huelga si las tropas australianas desplegadas en el Golfo no vuelven a este país, las manifestaciones reúnen ahora a muy pocos activistas.

Un simulacro de funeral tuvo lugar el miércoles en el principal barrio comercial de la occidental ciudad de Perth. Los manifestantes estaban vestidos de negro y llevaban ataúdes envueltos en las banderas de Australia, Estados Unidos, Gran Bretaña e Iraq, pero sólo eran 60.

La desmoralización también afecta a aquellos que habían cifrado sus esperanzas en la oposición para hacer frente a las iniciativas belicistas del gobierno.

El sondeo de NewsPoll, publicado el lunes en el diario The Australian, reveló que la tasa de aprobación hacia el líder laborista Simon Crean cayó a un mínimo récord, mientras el apoyo al opositor Partido Laborista cayó tanto que el partido perdería 18 escaños si se celebraran elecciones federales ahora.

La insatisfacción de los votantes respecto del manejo de la guerra por el laborismo llegó a 60 por ciento, lo que convierte a Crean en uno de los líderes opositores más impopulares de los últimos años, según la encuesta.

En una marcha por la paz realizada en la oriental ciudad de Brisbane en febrero, Crean fue abucheado por no tener una postura lo suficientemente firme contra la guerra. El fin de semana siguiente al inicio del ataque, el 20 de marzo, el líder laborista se abstuvo de participar en protestas antibélicas.

Pero lo esencial es que, por temor a parecer antipatriótico, Crean se niega a reclamar el regreso al país a los 2.000 soldados australianos que fueron enviados al Golfo, y el miércoles dijo a un grupo de estudiantes reunidos en la meridional ciudad de Melbourne que esa era ”una demanda imposible” de cumplir.

El regreso de las tropas ”pondría en riesgo a las fuerzas australianas y a aquellos a las que apoyan”, arguyó.

”Lo que debemos hacer es tratar de que vuelvan lo antes posible, en forma segura y honrosa. Por eso, lo que debemos esperar es que la guerra termine lo antes posible”, dijo Crean.

Dick Nichols, del semanario Green Left (Izquierda Verde), discrepó. ”Si Crean continúa con esta actitud contradictoria de oponerse a la guerra y a la vez al regreso de las tropas, Howard se lo comerá vivo”, advirtió.

”Es simple. Si los partidos de oposición se basan en el movimiento antibélico, ellos y el movimiento pueden ganar. Pero si intentan frustrarlo, ambos perderán”, agregó Nichols.

Sin embargo, el periodista destacó que el movimiento contra la guerra no ha sido derrotado. ”Si no hubiera sido por este movimiento, la guerra habría comenzado mucho antes”, arguyó.

Aprovechando la debilidad de la oposición, el primer ministro Howard reiteró su discurso a favor de la guerra el miércoles en el estado de Tasmania, controlado por los laboristas.

”Es importante recordar por qué estamos involucrados en este conflicto”, subrayó el mandatario en un desayuno con empresarios en el Hotel Grand Chancelor de la ciudad de Hobart, mientras unos 50 manifestantes protestaban afuera.

”Se trata de una operación que nos dará más seguridad a mediano y largo plazo, a nosotros y a otros, contra la posibilidad de que armas químicas y biológicas… caigan en manos de terroristas internacionales”, arguyó Howard, haciéndose eco de los argumentos de Washington.

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