Australia quiere participar de la reconstrucción de Iraq, y para que Estados Unidos se lo permita está dispuesta a apoyar la limitación del papel de la ONU en ese país del Golfo a la ayuda humanitaria tras la guerra.
El canciller Alexander Downer defendió la inclusión de empresas australianas en los contratos de reconstrucción por 1.900 millones de dólares que licitará la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), informó el Australian Financial Review.
De acuerdo con esto, la posición del canciller con respecto a la participación de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) en el Iraq de posguerra pasó de un extremo al otro la semana pasada.
Creemos que la ONU debe participar en la administración de Iraq y que posiblemente se deba designar a alguien tal como un representante especial del secretario general del organismo internacional, había declarado Downer antes de partir para Washington el martes.
Pero luego de reunirse con el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell, Downer cambió de parecer.
Transferir a Iraq el control inmediato de los Estados Unidos a algún organismo internacional al fin de la guerra… que todo Iraq sea administrado por la ONU, demoraría el pasaje del control de Iraq a los iraquíes, declaró el viernes en Washington.
Creo que la participación de la ONU debe concentrarse principalmente en la ayuda humanitaria, agregó Downer.
Luego, la consejera de seguridad nacional de Estados Unidos, Condoleeza Rice, declaró a la prensa que Washington descartó otorgarle a la ONU un papel preponderante en el Iraq de la inmediata posguerra, y agregó que Estados Unidos y sus aliados habían dado vida y sangre por la guerra.
Según el Australian Financial Review, entre las firmas australianas interesadas se encuentran los grupos de ingeniería Worley y Clough, las constructoras Multiplex y Grocon, la fabricante de materiales para la construcción James Hardie y la exportadora de trigo AWB.
Worley y Clough trabajaron anteriormente en sociedad con Kellog Brown and Root, a la que USAID otorgó un contrato para extinguir los incendios de pozos petroleros en el sur de Iraq.
Kellog Brown and Root es la filial constructora de Halliburton, empresa que estuvo al mando del actual vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, hasta el año 2000, cuando este se postuló a la vicepresidencia.
Las empresas que compiten por la reconstrucción iraquí realizaron importantes donaciones a la campaña electoral de George W. Bush y Cheney, según la prensa estadounidense.
El administrador de la USAID, Andrew Natsios, sostuvo que las leyes de Estados Unidos obligan a otorgar los contratos a empresas de ese país. No obstante, agregó que los ganadores subcontratarían al menos la mitad de las obras y que éstas podrían concederse a firmas extranjeras.
No estamos de brazos cruzados esperando que termine la guerra. Una vez que eso suceda… esperamos enviar rápidamente (a Iraq) una delegación que represente a las empresas australianas, dijo Tony Knight, director ejecutivo de la Cámara Arabe-Australiana de Comercio e Industria.
La constructora Multiplex ya abrió una sucursal en Emiratos Arabes Unidos y un portavoz informó que la empresa se presentará a las licitaciones de las obras en Iraq.
La reconstrucción de Iraq ofrecerá oportunidades a las empresas australianas en los ramos agrícola, energético, biotecnológico, hídrico, automotor, educativo, sanitario y de las telecomunicaciones, según Austrade, un organismo dependiente del Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio Exterior.
La principal avenida para la participación de las empresas australianas será a través de las oportunidades de subcontratación, agregó Austrade.
Se espera que hasta 50 por ciento de las obras de reconstrucción en Iraq las realicen subcontratistas. La experiencia de Australia en el sector de la reconstrucción y la ayuda es reconocida por Estados Unidos y se exhorta a las empresas australianas a participar activa y competitivamente en el proceso de subcontratación, instó el organismo.
El director de la oficina regional para Medio Oriente y el Océano Indico de Austrade, Brendan Dyson, dijo que el organismo analizará las oportunidades comerciales que surjan del conflicto en Iraq y enviará esa información a las empresas australianas.
Aunque las compañías intenten aprovechar el botín de la guerra, la ONU realizó una advertencia.
Toda autoridad extranjera que ejerza un control efectivo sobre la totalidad o parte del territorio de Iraq no está, de ninguna manera, exenta de sus obligaciones internacionales por las actividades de ayuda realizadas por organizaciones humanitarias independientes, declaró la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
La Cuarta Convención de Ginebra estipula que las principales obligaciones de la potencias ocupadoras será restaurar y asegurar el orden y la seguridad públicas en el territorio ocupado y asegurar que la población civil reciba suficientes medicinas, provisiones sanitarias y alimentos, advirtió. (