La solución militar para el conflicto separatista de la noroccidental provincia de Aceh cobra fuerza en Indonesia, favorecida por el ambiente político doméstico e internacional.
La invasión de Estados Unidos a Iraq, la conclusión parlamentaria de que el proceso de paz con los insurgentes fracasó y cierto giro en la opinión de académicos influyentes contribuyeron al fortalecimiento de la opción militar en la provincia rebelde.
En respuesta a una orden de la presidenta Megawati Sukarnoputri, las Fuerzas Armadas enviaron más efectivos a Aceh y los líderes militares dicen estar preparados para aplastar la insurgencia en sólo seis meses.
Estoy listo para desplegar más refuerzos en Aceh para aplastar al GAM (acrónimo del Movimiento Aceh Libre), declaró a la prensa el teniente general Bibit Walyyo, jefe del Comando de Reservas Estratégicas del Ejército.
Los planes de una nueva campaña militar respondieron a varias violaciones al Acuerdo de Ceses de Hostilidades firmado por el gobierno indonesio y el GAM el 9 de diciembre de 2002 en Ginebra, Suiza.
Aceh, situada en el extremo norte de la isla de Sumatra, es una provincia muy rica en recursos naturales y tiene una población de 4,5 millones de habitantes, dos por ciento del total nacional.
Aunque las reservas de gas natural de la provincia equivalen a 20 por ciento del total de Indonesia, apenas 1,6 por ciento de los ingresos obtenidos por la venta de ese recurso vuelven a Aceh, 40 por ciento de cuya población vive en la más abyecta miseria.
Esta es la principal causa de la guerra que libra desde 1976 el GAM. El conflicto dejó cerca de 10.000 muertos, en su mayoría civiles.
Las esperanzas de paz aumentaron con el acuerdo de Ginebra, que establecía el cese del fuego, el desarme de los insurgentes y el retiro gradual de las fuerzas militares de Aceh, pero los choques entre soldados y rebeldes continuaron y en los últimos meses se intensificaron.
El fin de semana, fuerzas del ejército abrieron fuego en el norte de Aceh sobre un grupo de personas que supuestamente presenciaba un espectáculo. Una mujer embarazada de 20 años murió y varias personas resultaron h eridas.
Observadores del cese del fuego debieron retirarse de sus puestos más alejados hacia la capital provincial, Banda Aceh.
La semana pasada, el ejército afirmó que los rebeldes habían disparado contra dos helicópteros militares, forzando a los pilotos a realizar un aterrizaje de emergencia.
El furor creado por las declaraciones de Megawati y comandantes militares el fin de semana llevó a la presidenta a explicar que todavía no ordenó la represión, sino sólo la preparación de un plan de contingencia para Aceh.
La mandataria agregó que el gobierno celebraría de todas formas una reunión con los rebeldes prevista para el día 25 en Tokio.
Sin embargo, el mensaje del gobierno es muy claro, comentaron analistas.
El ambiente político dentro y fuera del país estimuló a Megawati y al ejército a endurecer su posición, opinó J. Kristiadi, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, de Yakarta.
Lo que Estados Unidos y Gran Bretaña hicieron en Iraq ha tenido un impacto psicológico aquí. Muchos piensan que si esas potencias pudieron invadir un país soberano, derrocar a su régimen y matar civiles, bien se podría en Indonesia aplastar la rebelión armada y proteger a los civiles del terror, señaló.
El ejemplo de Estados Unidos y Gran Bretaña puede llevar a muchos a pensar que las víctimas civiles son inevitables y que algunas violaciones a los derechos humanos serían perdonadas, señaló Kristiadi.
El ambiente político doméstico también parece ser conducente a una campaña militar. En una audiencia de la Cámara de Representantes el día 17, el cuerpo legislativo aprobó el plan.
Si el gobierno está firme en su decisión, yo la apoyo. Este problema se ha arrastrado demasiado tiempo, declaró Amien Rais, presidente de la Asamblea Consultiva del Pueblo (parlamento).
Mientras, los activistas dicen que ya es tiempo de que más civiles participen en el proceso de paz.
Hasta ahora, cualquier intento de involucrar a civiles de Aceh en el proceso ha sido considerado una provocación, comentó Tarmizi, del Foro del Pueblo de Aceh, citado por el diario de lengua inglesa The Jakarta Post.
Pero la reunión de este mes en Tokio debería considerar el papel de los civiles en esta crisis, agregó.
Curiosamente, la oposición pública a los supuestos planes militares contra el GAM no parece ser tan fuerte como en el pasado.
La mayoría de las organizaciones no gubernamentales continúan opuestas a la solución militar para la cuestión de Aceh, pero algunos académicos parecen más dispuestos a considerarla.
Aunque la mayoría de las muertes que se cobró el conflicto separatista fueron de civiles y eso hace difícil aceptar la opción militar, quizá haya llegado la hora de un enfoque más drástico, opinó Jowono Sudharsono, de la Universidad de Indonesia.
La desconfianza (hacia los militares) siempre existió, pero éste es un punto de inflexión para las Fuerzas Armadas, que ahora tienen la oportunidad de tomar medidas más moderadas, dijo.
Para Kristiadi, lo más preocupante es que parte de la opinión pública esté dispuesta a aceptar las operaciones militares aunque reconocen que habrá víctimas civiles.
De todos modos, el número de víctimas civiles en Aceh sería ínfimo en comparación con el de Iraq. Esto es una excusa aceptable para los partidarios de la solución militar, concluyó Kristiadi. (
