Nada ni nadie parece detener la marcha hacia la presidencia de Paraguay del candidato del gobernante Partido Colorado, Nicanor Duarte Frutos, según todas las encuestas con miras a las elecciones del próximo domingo.
Todo indica que el caudal electoral del coloradismo o Asociación Nacional Republicana (ANR) no pudo ser afectado por más de cinco décadas de poder hegemónico, la aguda crisis socioeconómica ni las reiteradas acusaciones de corrupción contra dirigentes, incluido el propio presidente Luis González Macchi.
La última encuesta de la firma First Análisis y Estudios indica que Duarte Frutos recoge la adhesión de 39,7 por ciento de los consultados, más de 10 puntos porcentuales por encima del candidato del centroderechista Patria Querida, Pedro Fadul.
El director de First, Francisco Capli, destacó a IPS el avance logrado por el banquero Fadul, quien no ha dejado de crecer en las encuestas en los últimos 15 días, pese a lo cual el experto entiende que no podrá descontar la ventaja que le lleva el postulante oficialista.
Los otros candidatos mejor posicionados en las consultas de opinión de votos son Julio César Franco, del socialdemócrata Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), con 15,6 por ciento de los entrevistados, y Guillermo Sánchez Guffanti, de la Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), con siete por ciento.
Existen tres razones fundamentales para que perdure el predominio de la ANR a juicio del analista político Carlos Martini.
Una es el control ejercido sobre toda la administración pública, que lo constituye en un partido-Estado, principal empleador de Paraguay, lo cual hace que tenga una clientela electoral asegurada, explicó a IPS Martini.
El segundo factor es la red de asistencialismo montada a lo largo del tiempo gracias sus organizaciones locales, conocidas como seccionales, y en tercer lugar el fracaso de los sectores de oposición para construir liderazgos y alianzas aglutinantes, detalló.
La única vez que la oposición fue aliada a un enfrentamiento electoral con el Partido Colorado fue en 1998, y perdió sólo por nueve puntos porcentuales, añadió Martini, sociólogo, periodista y profesor de la Universidad Católica.
La historiadora Milda Rivarola coincide con Martini respecto del problema de la oposición para constituirse en alternativa de cambio y sostuvo que en cuanto se rompa la estructura clientelar del Estado se acabarán los colorados. Eso es bien claro, puntualizó.
El propio sistema electoral conspira contra la oposición, hoy representada mayoritariamente por el PLRA, el PQ y la derechista Unace, el desprendimiento del coloradismo liderado por el ex general golpista Lino Oviedo, requerido por la justicia paraguaya y exiliado en Brasil.
Si hubiese ballotage, por ejemplo, la oposición tendría más chance, ya que Duarte Frutos no obtendrá más de 38 por ciento de los votos válidos, señaló Rivarola a IPS.
Por otra parte, los dos expertos advirtieron la escasa libertad de acción que tendrá Duarte Frutos si llega a la presidencia, ya que posiblemente deberá lidiar con una fuerte oposición en el Congreso legislativo bicameral.
La gente no está haciendo voto castigo a nivel presidente o gobernaciones, sino mediante el parlamento o las juntas departamentales. Se sigue votando a la cabeza, pero se castiga a nivel de cuerpo colegiado y eso es por lo menos es auspicioso, interpretó Rivarola.
El parlamento se renovará también en los comicios del próximo domingo, para el cual están habilitados 2,4 millones de votantes y que tendrán como principal novedad la utilización en 33 distritos de terminales de computación para emitir el sufragio, un mecanismo que abarcará a 45,83 por ciento de los ciudadanos.
La Cámara de Diputados cuenta en la actualidad con 45 escaños de la ANR, 26 del PLRA y nueve del centroizquierdista Partido Encuentro Nacional (PEN), mientras que en el Senado 25 bancas corresponden al partido gobernante, 13 al PLRA y siete escaños al PEN. Patria Querida no tiene legisladores porque fue fundado en 2002.
Esa composición del Senado ayudó para que González Macchi saliera indemne este año del juicio político pedido por la Cámara de Representantes ante acusaciones de corrupción y otros delitos.
Mientras, Martini entiende que también afectará los márgenes de maniobra del próximo gobierno la grave crisis económica que heredará de la actual administración de su propio partido.
El Estado paraguayo ya no da para más. Hoy sólo paga sueldos, jubilaciones y deuda externa y la economía en este momento tiene el peor desempeño de las últimas décadas, acotó el especialista.
Sin embargo, Rivarola entiende que el partido que se ubique tercero en los comicios del próximo domingo será tentado por el ganador para conformar una coalición y obtener, de esa forma, mayoría parlamentaria. Ese proceso perverso va a comenzar el lunes mismo, vaticinó.
De todos modos, un aspecto que parece ineludible para el presidente que resulte elegido es el de encarar algún tipo de reforma del Estado.
Lo que a mí me da temor es que Duarte Frutos, en su campaña, está prometiendo estatismo. Y eso me extraña, porque su equipo económico no piensa así, aunque no sé si irá a cumplir con esa promesa estatista, apuntó Rivarola.
Martini cree que el nuevo mandatario va a tener que encarar, sí o sí, cambios en el sector público y para eso va a necesitar del concurso de otras fuerzas políticas".
Por eso el mismo lunes va a llamar a una 'mesa patriótica', porque va a necesitar acuerdos amplios para conseguir un mínimo de gobernabilidad.
La ANR llegó al poder en 1947 de la mano del general Higinio Morínigo, quien ocho años después fuera derrocado por el también general Alfredo Stroessner, el dictador que permaneció hasta 1989, cuando fue derrocado por su consuegro, el general Andrés Rodríguez.
En las primeras elecciones libres luego de la dictadura se impuso el mismo Rodríguez, como candidato del coloradismo.
Le siguieron, luego, los también colorados Juan Carlos Wasmosy, Raúl Cubas y Luis González Macchi, quien de presidente del Senado pasó a ocupar el gobierno de Paraguay tras la renuncia de su predecesor.
El oviedista Cubas Grau abandonó la presidencia en 1999 luego de que fuera asesinado su vicepresidente, Luis María Argaña, para asilarse en Brasil, perseguido por la justicia por su supuesta responsabilidad en la muerte de varios jóvenes manifestantes en marzo de ese año.
Cubas Grau regresó al país el año pasado y permanece en prisión domiciliaria mientras se tramita el juicio correspondiente