La única certeza recabada por las encuestas para los comicios del día 27 en Argentina es que por primera vez será necesaria una segunda vuelta para elegir al presidente, ya que el desprestigio de la política hace que ningún candidato supere 20 por ciento de adhesión.
Dentro de la gran incerteza en el panorama electoral, hay una relativa certidumbre respecto de que el próximo presidente no va a emerger de la primera vuelta, o sea que no importa tanto quién gane allí sino quiénes quedan habilitados para la segunda ronda, señaló la encuestadora Graciela Romer.
Hay una situación muy equilibrada entre cuatro candidatos ganadores, que hace muy difícil el pronóstico en primera vuelta, añadió.
Su colega Artemio López, de la empresa Equis, coincidió en que lo único seguro que muestran las consultas tan pocos días antes de las elecciones es que habrá una segunda ronda para votar al sucesor del presidente Eduardo Duhalde.
No hay manera de evitarla porque ningún candidato va a conseguir más de 45 por ciento de los votos en la primera ronda ni podrá distanciarse más de 10 puntos (porcentuales) del segundo, dijo a IPS López.
La Constitución establece que para llegar a la presidencia en la primera ronda el candidato más votado debe obtener más de 45 por ciento de los votos válidos, sin importar la diferencia con el que le sigue, o en su defecto superar 40 por ciento de los sufragios y aventajar por 10 puntos porcentuales al segundo.
En caso que no se registren ninguna de esas dos posibilidades, los dos postulantes más votados deberán someterse a una segunda vuelta presidencial.
Por eso, la paridad y el poco caudal de adhesiones que recogen los competidores por la presidencia con miras a los comicios del 27 de este mes pronostican sin lugar a dudas una segunda ronda electoral, a realizarse el 18 de mayo, apenas una semana antes del día previsto para el cambio de gobierno.
De esta manera, la segunda vuelta presidencial se pondrá en práctica por primera vez desde que esta herramienta se incorporó al sistema electoral argentino en 1983.
Las elecciones fueron fijadas para el día 27 por Duhalde, el presidente designado el 31 de diciembre de 2001 por el Congreso legislativo para completar el mandato de cuatro años de Fernando de la Rúa, quien había renunciado 11 días antes en plena debacle económica y social y cuando sólo había gobernado dos años.
Duhalde sorteó con diversa suerte los avatares de la crisis y decidió anticipar en seis meses los comicios presidenciales.
Pero la severa crisis de legitimidad política derivada del colapso socio-económico aún no ha podido ser superada al punto de que ningún candidato presidencial logra seducir a más de 20 por ciento de los consultados en las encuestas.
También forma parte de ese descrédito de la política la profunda crisis que afronta el gobernante Partido Justicialista (peronista), que no logró resolver sus disputas para llegar a comicios internos y por eso presenta tres candidatos.
Así, tras las banderas y emblemas del tradicional peronismo se postulan el gobernador de la austral provincia de Santa Cruz, Néstor Kirchner, el ex gobernante de la centroccidental provincia de San Luis y presidente por siete días a fines de 2001 Adolfo Rodríguez Saá y el ex mandatario Carlos Menem (1989-1999).
Kirchner, con el apoyo expreso del sector liderado por Duhalde, encabezaba las encuestas a cuatro semanas de los comicios, con 18,9 por ciento de la intención de voto de los entrevistados por la firma Ibope y 19 por ciento según la empresa de Zuleta Puceiro.
Rodríguez Saá y Menem se disputan el segundo puesto a poca distancia de Kirchner, con un margen de diferencia entre ellos en las consultas tan pequeño que los expertos no se arriesgan a pronosticar cual de los dos podría quedar en carrera para la segunda ronda presidencial.
Sin embargo, los analistas consideran que en caso de que Menem quede en segundo lugar en los comicios le aseguraría el triunfo a su competidor, debido al alto rechazo que recoge el ex presidente entre los consultados.
Casi 54 por ciento de los encuestados por Ibope respondió el nombre de Menem ante la pregunta sobre qué candidato no votaría nunca. Un porcentaje similar recogieron otros entrevistadores, como Romer.
Romer entiende que Menem pierde contra cualquier candidato en la segunda vuelta, porque en estas elecciones los votantes tienen muchas dudas acerca de a quién votar debido a la crisis de legitimidad de los dirigentes, pero no dudan en cambio acerca de a quién no votar y en este momento ese voto negativo lo acapara Menem.
En cuarto lugar en la mayoría de las consultas aparece la diputada Elisa Carrió, del centroizquierdista Argentinos para una República de Iguales, y en quinto puesto el conservador Ricardo López Murphy, dos dirigentes escindidos de la también tradicional Unión Cívica Radical (UCR).
Precisamente, en sexto lugar en las encuestas y con menos de 10 por ciento de los entrevistados se ubica el senador Leopoldo Moreau, el candidato único de la UCR, un partido que gobernó en cuatro oportunidades en el último siglo y que había llevado a la presidencia a De la Rúa.
La paridad en las consultas y las escasas esperanzas de que se supere pronto las crisis económica y social abonan la falta de entusiasmo de los ciudadanos argentinos en la primera ronda presidencial del día 27.
No sé a quién votar porque sé que ninguno va a poder hacer mucho, comentó a IPS Martha Gutiérrez, una jubilada de 72 años.
Después de la renuncia de De la Rúa parecía que los políticos se iban a renovar, pero siguen haciendo de las suyas y ninguno me parece que pueda ayudar a mejorar las cosas, añadió.
Tal es el desaliento de Gutiérrez ante los comicios que sus dudas pasan por dos candidatos que proponen políticas muy distantes una de otra.
Me gustaría votar a (la centroizquierdista) Carrió, pero no creo que pueda hacer nada. Quizás sea mejor optar por (el centroderechista) López Murphy, que al menos parece honesto y tiene buenos equipos, opinó la mujer.
Además, el desinterés por las elecciones se incrementó desde el 20 de marzo, cuando comenzó la invasión de Estados Unidos y Gran Bretaña a Iraq.
La segunda guerra en el Golfo acapara la mayor atención de los argentinos, seguido de las cuestiones económicas, dejando los comicios presidenciales en un tercer plano y casi sin debates entre los postulantes.
Una investigación de la consultora D'Alessio indicó que las elecciones preocupan apenas a 10 por ciento de los entrevistados, la marcha de la economía desvela a 24 por ciento y la guerra en Iraq a nada menos que 66 por ciento. ***** + Ibope, Argentina (http://www.ibope.com.ar/) + Graciela Romer y Asociados (http://www.romer.com.ar/)