La partida al exilio este jueves del líder sindical Carlos Ortega pone fin en Venezuela a la etapa de mayor tensión política. La oposición acepta con sordina la tesis del gobierno de dirimir las disputas con un referendo revocatorio del mandato presidencial de Hugo Chávez.
Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), viajó a Costa Rica gracias al salvoconducto otorgado por el gobierno tras permanecer dos semanas asilado en la embajada costarricense en Caracas.
Pero esta vez fue despedido apenas por un centenar de simpatizantes, en contraste con las multitudinarias concentraciones que convocó casi a diario como uno de los dirigentes de la huelga de dos meses contra Chávez.
El sindicalista encabezó con el presidente de la asociación empresarial Fedecámaras, Carlos Fernández, y el líder de los gerentes de la firma estatal Petróleos de Venezuela SA, Juan Fernández, la huelga iniciada el 2 de diciembre en busca de la frustrada renuncia del gobierno y el adelanto de las elecciones.
Dos semanas después de levantada la huelga, el juez penal de Caracas Maikel Moreno libró órdenes de detención contra los dirigentes opositores, acusados de rebelión civil, traición a la patria, instigación a delinquir y otros cargos.
Sin embargo, las imputaciones fueron levantadas por tribunales superiores a los pocos días, pero el beneficio no alcanzó a Ortega porque ya se había asilado en la embajada de Costa Rica.
En la actualidad la población venezolana acusa cansancio y ha volcado su interés en tratar de sortear la crisis económica y social agravada por los 63 días de la paralización casi total del país.
El conflicto dejó pérdidas calculadas en 7.500 millones de dólares y decenas de miles de desempleados, además de la decisión gubernamental de implantar la veda cambiaria aún en vigor.
La oposición ha debido aceptar que no tenía razón de ser esa huelga absurda con la que pretendieron dañar al gobierno y afectaron al país y a ellos mismos, dijo a IPS Diego Salazar, secretario de asuntos internacionales del gobernante Movimiento V República.
En cambio, Timoteo Zambrano, representante opositor en la Mesa de Negociación con el gobierno, dijo a IPS que ellos están convencidos de que la huelga cambió la percepción en el exterior acerca del respaldo popular a Chávez y llevó a las instancias internacionales a acelerar las propuestas electorales que no podrá eludir el gobierno.
La firma Datanálisis señaló este jueves que la cantidad de encuestados que manifestaron rechazo a la gestión de Chávez pasó de 66,1 por ciento en noviembre a 63,8 por ciento en febrero, mientras que el apoyo creció de 32,6 a 35,1 por ciento.
Los dos políticos coinciden en que la guerra de Estados Unidos contra Iraq le resta vitrina y atención internacional a la crisis venezolana.
También los medios de comunicación privados de Venezuela, la mayoría de los cuales milita en la oposición, han puesto la mira en la situación internacional y confían en que seguirá el trabajo de la Mesa de Negociación y Acuerdos.
Esa instancia que reúne a delegados del gobierno y de la oposición es guiada desde noviembre por el secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, con el auxilio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el estadounidense Centro Carter.
También en enero fue conformado el llamado grupo de países amigos de Gaviria para el caso Venezuela, con la participación de Brasil, Chile, España, Estados Unidos, México y Portugal.
También en enero, en medio de la huelga, el ex presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) propuso dos fórmulas para zanjar la crisis. Reformar la Constitución para adelantar las elecciones generales o realizar un referendo revocatorio del mandato de Chávez en agosto.
Zambrano explicó que la oposición había acogido la propuesta de enmienda constitucional porque podíamos negociar sus términos en la Mesa y es inclusiva, pues proponíamos competir con Chávez en una elección.
Sin embargo, el gobierno rechazó esa iniciativa y dejó como única salida de la crisis la realización del referendo revocatorio, que puede hacerse sobre cualquier cargo elegido luego de que cumpla la mitad de su periodo.
La necesidad de elegir nuevas autoridades electorales, proceso en marcha actualmente, de depurar el registro y de sellar otros acuerdos hizo ver a la oposición que la enmienda podía resultar una vía más larga.
Además, sus diferentes grupos y líderes demoraron en ponerse de acuerdo y recogieron firmas de los ciudadanos en apoyo a todas las posibilidades.
La aceptación del referendo así como la reorganización de la Coordinadora opositora en un comité de 35 miembros, que dirigirá el socialcristiano Enrique Mendoza, se han hecho en cónclaves que contrastan con la política de mítines y sobreexposición ante los micrófonos que exhibió antes la oposición.
Tratamos de no exponer nuestra gente a nuevas expectativas que después no resultan, indicó a IPS un miembro del comité que pidió reserva sobre su nombre. Además, hay ahora disputas por el liderazgo en esta etapa y con miras a una eventual candidatura frente a Chávez, por lo que requerimos un bajo perfil, agregó.
Para el vicepresidente José Vicente Rangel, la cuestión electoral está resuelta con la aceptación de la vía del referendo revocatorio. Ahora debemos buscar en la Mesa acuerdos para desarmar a la población físicamente, así como los espíritus y la palabra.
William Ury, experto estadounidense en negociación de conflictos, apuntó que los venezolanos están vacunados contra el virus de la violencia y superarán pacíficamente esta crisis.
Gaviria, quien prácticamente se radicó en Caracas desde noviembre, cambiará esa asistencia cotidiana al conflicto por visitas espaciadas, se informó.