El gobierno de México obtuvo réditos políticos por oponerse a la guerra en Iraq, y desea aumentar la cosecha en abril, desde la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, y en mayo, cuando será anfitrión de la Conferencia Especial de Seguridad Hemisférica.
Pero su estrategia lo distancia en forma creciente de Estados Unidos, su principal socio comercial, con el que lo unen 3.200 kilómetros de frontera y una compleja agenda bilateral.
El país ocupa uno de los lugares rotativos en el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), y no acompañó en ese organismo la iniciativa de Washington y sus aliados para atacar a Iraq, contribuyendo en forma decisiva a que tal intento no contara con respaldo del foro mundial.
Esa posición del presidente Vicente Fox estuvo en sintonía con la opinión mayoritaria registrada en encuestas y entre políticos e intelectuales, e invocó principios diplomáticos tradicionales de México.
Gracias a eso, aumentó la aprobación al mandatario según casi todas las encuestas de empresas especializadas y medios de comunicación.
La firma privada Mitovsky indicó a inicios de marzo que el porcentaje de la población conforme con la gestión de Fox pasó de 45 por ciento en febrero de 2002 a 53 por ciento en el mismo mes de este año.
En una encuesta del diario Reforma cuyo resultado se divulgó el 19 de este mes, 82 por ciento de los consultados aprobaron la posición del presidente ante la guerra.
En las cuatro últimas semanas, los enfrentamientos del gobierno con opositores bajaron de tono y los conflictos sociales perdieron importancia en la agenda política.
En lo económico también se registraron réditos, pero el propio gobierno señaló que serán transitorios.
En el presupuesto para 2003 se había previsto un precio de 18,35 dólares para el barril de 159 litros de petróleo mexicano, pero temores asociados con la guerra determinaron que ese precio sea más de 25 dólares desde febrero, lo cual mejoró el rendimiento del comercio internacional y los ingresos fiscales.
El país registró en febrero un superávit comercial de 65 millones de dólares, el primer saldo favorable para un mes desde 1997.
El petróleo es sólo responsable de alrededor de 10 por ciento de los ingresos por exportaciones, pero su venta al exterior es fuente de un tercio de los ingresos del Estado.
De todos modos, México resultará perjudicado por la contracción del mercado de Estados Unidos y el estancamiento de la economía mundial, si el conflicto se extiende por un largo período, advirtió el secretario (ministro) de Hacienda, Francisco Gil.
Tal como van las cosas, al gobierno le conviene que siga la guerra, pues obtiene importantes réditos políticos y hasta económicos, pero no debe confiarse, pues serán momentáneos, dijo a IPS el director del departamento de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas, Benito Nacif.
En julio se realizarán elecciones para renovar los 500 escaños de la Cámara de Diputados, y el Partido Acción Nacional de Fox busca obtener mayoría parlamentaria.
Con el tiempo, la importancia de la guerra en los medios de comunicación irá bajando, el respaldo que tiene Fox regresará a sus cauces anteriores, y la agenda política local volverá a dar dolores de cabeza al gobierno, pronosticó Nacif.
Hay nuevos enfrentamientos con Estados Unidos en puerta, y muchos observadores se preguntan hasta dónde está dispuesto a llegar el gobierno en sus roces con Washington y sus posturas contra la guerra, para ganar espacios en el frente doméstico.
Cuando el país ocupe la presidencia rotativa del Consejo de Seguridad, buscará restablecer el multilateralismo roto por el inicio de la guerra contra Iraq, expresó el representante mexicano en ese organismo, Adolfo Aguilar.
En otro frente, México buscará introducir en la Conferencia Especial de Seguridad Hemisférica una agenda que defina como principales amenazas para la región la pobreza, el avance del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y los problemas ambientales, en vez de cuestiones militares.
La Conferencia, convocada por la Organización de Estados Americanos, se realizará la primera quincena de mayo y reunirá a representantes de todo el continente, excepto Cuba.
Tanto en el Consejo como en la Conferencia, el gobierno de Fox chocará con Washington, que defenderá en el primer organismo la guerra contra Iraq, y buscará que la reunión hemisférica priorice la lucha contra el terrorismo, previó Nacif.
El senador izquierdista Jesús Ortega aseguró que Aguilar le informó que Estados Unidos presiona a México para que lo sustituya por un diplomático que choque menos con Washington, pero fuentes de la cancillería mexicana afirmaron que el representante en el Consejo seguirá en su cargo.
Fox soportó en los últimos meses presiones y amenazas de Washington para que apoyara sus planes bélicos contra Iraq, pero mantuvo firme su rechazo.
Estamos decepcionados de México, expresó Richar Boucher, portavoz del Departamento de Estado (Ministerio de Relaciones Exteriores) estadounidense.
Hasta el momento, el país no ha recibido ningún tipo de sanción o represalia de su vecino, con el que concentra 90 por ciento de su comercio, y los analistas no esperan problemas a corto plazo.
No obstante, creen que cuando México requiera algún apoyo extraordinario de Washington o del Congreso estadounidense encontrará las puertas cerradas, expresó el politólogo Hernán Castillo.
El gobierno de Fox intenta ampliar los réditos internos de su política internacional, pero eso podría no ser lo más adecuado cuando el país ocupe la presidencia del Consejo de Seguridad, pues allí su responsabilidad es global, opinó.
Para Luis Rubio, columnista del diario Reforma, en el tema de la guerra, el gobierno de México refrendó su obsesión por las encuestas, a las que claramente no considera un insumo necesario para el proceso de toma de decisiones, sino un fin en sí mismo capaz de determinar el actuar presidencial.
Los beneficios son evidentes en términos de popularidad del presidente y, de existir habilidad para construir consensos internos, podrían manifestarse en acciones concretas en el frente legislativo, apalancando la popularidad ganada para lograr algo duradero para el país, apuntó.
Fox, el primer mandatario ajeno al Partido Revolucionario Institucional en 71 años, prometió que realizaría profundas reformas estructurales en los sectores fiscal, eléctrico, laboral y de lucha contra la corrupción. Pero hasta ahora, la oposición a sus proyectos ha determinado que ninguno de ellos se concretara.
Nacif cree que el gobierno no logrará poner en marcha sus proyectos más ambiciosos, pues pronto pasará la euforia de la guerra y al nivel interno volverán las complicaciones.
El gobierno debe entender que el apoyo que hoy tiene es efímero, expresó. (