El frenético activismo social y político de Marta Sahagún, esposa del presidente de México, se cuela hasta en los supermercados, y la ha convertido en una de las personas más populares del país, pero grupos no gubernamentales y partidos piensan que pasó de la raya y es hora de frenarla.
Sahagún, de 50 años y casada con Fox desde julio de 2002, aparece tanto en las revistas del corazón como en las de análisis político, y dice que nadie podrá limitar su gran amor por México, mientras su marido advierte que todos aquellos que quieran ver caer a la pareja presidencial (…) van a beber una sopa de su propio chocolate.
Esa expresión significa, en este caso, que quienes van a caer no son Fox y Sahagún, sino sus críticos.
El presidente también dijo que en 2006, cuando termine su mandato de seis años, bien podría gobernar el país una mujer, pero Sahagún, empresaria y con actividad política en el gobernante Partido Acción Nacional mucho antes de casarse con el presidente, asegura que no tiene interés en ser candidata.
La esposa del mandatario realiza obras de corte caritativo mediante la Fundación Vamos México, y ha organizado los dos últimos años desde conciertos de música hasta sesiones de boxeo para recaudar dinero. También pactó campañas de asistencia social con supermercados, canales de televisión, el sindicato de maestros del Estado y las cámaras empresariales.
Hay que poner un límite al activismo de Sahagún, pues ella aprovecha su situación para acaparar recursos financieros que antes iban a grupos sociales organizados, afirmó María Consuelo Mejía, directora de la organización no gubernamental (ONG) Mujeres Católicas por el Derecho a Decidir, que trabaja por los derechos reproductivos de la mujer.
El opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI) denunció en febrero a Sahagún ante un tribunal electoral, por supuesto uso ilegal de fondos públicos para apoyar en elecciones estaduales al PAN.
El PRI propuso también a diputados de otras agrupaciones legislar para delimitar el papel de la esposa del presidente.
En una encuesta del diario Reforma publicada esta semana, 46 por ciento de los consultados expresaron simpatía con Sahagún, y ese porcentaje de aprobación fue el más alto en una lista de políticos y funcionarios, que no incluyó a Fox.
Esa encuesta fue de carácter nacional y se realizó en viviendas del 15 al 17 de febrero, con entrevistas a 1.483 adultos. Sus responsables le atribuyeron un margen de error de 2,5 puntos porcentuales.
Observadores opinan que la señora presidenta, como la llamó en enero el ministro de Economía de Holanda, Hans Hogervost, cuando Sahagún visitó ese país, tiene gran influencia en el gabinete presidencial y en todo el manejo del gobierno.
En la historia moderna de México, ninguna esposa de un presidente ha tenido más poder, y Sahagún comparte con Fox el Poder Ejecutivo según el investigador José Antonio Crespo, de la división de Estudios Políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas.
La imagen de la esposa del presidente está en todos lados: en los supermercados se distribuyen los folletos de ofertas comerciales junto con la foto de una sonriente Sahagún y una breve reseña de su vida.
En el momento de pagar, el cajero pregunta al comprador si quiere redondear su cuenta en una cifra mayor. Si el consumidor acepta, los centavos adicionales se suman a las arcas de la Fundación Vamos México.
No pasa una semana sin que Sahagún aparezca en los medios de comunicación visitando a niños con cáncer, elevando oraciones a Dios por los adictos a las drogas, o participando en actos de proselitismo político.
Sus discursos, en los que abundan las palabras Dios, amor, compromiso y compasión, así como sus lágrimas, son melodramáticos, huecos y sin sustancia, opinó Soledad López, integrante de un grupo feminista de la Universidad del Valle de México.
López cuestionó que la esposa de Fox utilice su posición para recibir con privilegios dinero de empresarios y fundaciones, mientras ONG con años de trabajo sufren para poder conseguir recursos frescos.
La escritora Guadalupe Loaeza afirmó que Sahagún quiere ser la próxima Eva Perón.
Sahagún ha admitido que le atrae la figura de María Eva Duarte, conocida como Evita y esposa del ex presidente argentino Juan Perón (1946-1955 y 1973-1974). Duarte falleció en 1952, y su memoria es venerada por gran parte de la población argentina, debido a su labor en beneficio de los pobres.
La esposa del Presidente de México rechaza ser llamada 'Primera Dama', pues asegura que no existen mexicanas de segunda. , se lee en una página dedicada a Sahagún en el sitio de la Presidencia de México en Internet, la red mundial de computadoras.
Los ejes de su trabajo son Lucha contra la pobreza, apoyo a la educación y la salud mediante la conectividad y la suma de esfuerzos entre las instituciones gubernamentales y las organizaciones de la sociedad civil en apoyo a los grupos vulnerables, se afirma también en esa página oficial del Estado.
Al paso que va Sahagún, no sería extraño que el PAN la postule a la presidencia en 2006, y eso sería paradójico, pues ese partido es el más conservadora en el terrenos de los derechos de género, apuntó el politólogo Sergio Aguayo, activista de grupos humanitarios.