El ataque de Estados Unidos a Iraq y la incapacidad o falta de voluntad de los gobiernos árabes para impedirlo pueden marcar el renacimiento de la Hermandad Musulmana, el mayor grupo fundamentalista islámico de Egipto.
Desde el 11 de septiembre (de 2001, fecha de los atentados en Nueva York y Washington), hay una creciente popularidad de todos los movimientos e ideas islámicos en todo el mundo, destacó Diaa Rashwan, especialista en grupos musulmanes del Centro Al-Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos, de El Cairo.
En Egipto, la Hermandad Musulmana es el principal movimiento islámico, y sus ideas fueron difundidas entre todo el pueblo egipcio. Ahora su fuerza aumentará, por la forma en que Estados Unidos y Gran Bretaña lanzaron la guerra contra Iraq, vaticinó.
Fundada en 1928, la Hermandad Musulmana empleó en el pasado el terrorismo para tratar de convertir a Egipto en un estado islámico teocrático. Pero el grupo renunció a la violencia en los años 80 y optó por métodos pacíficos y democráticos para lograr la reforma moral y social que promueve.
El movimiento, con filiales en más de 70 países, fue proscripto desde 1954, pero es tolerado por el gobierno y actualmente presenta candidatos en elecciones locales y nacionales, además de emitir declaraciones y organizar distintos eventos.
La Hermandad cuenta con 16 escaños legislativos, lo que la convierte en el mayor grupo opositor en el parlamento de 454 miembros. Además, muchos de sus líderes ocupan altos cargos en asociaciones profesionales, y sus seguidores se cuentan por millones.
Para el gobierno, la Hermandad Musulmana es un enemigo político, no un grupo terrorista, explicó Rashwan, y agregó que el gobierno de Hosni Mubarak mantiene la proscripción de la organización como forma de limitar su poder político.
La Hermandad enfrentó varias dificultades en los últimos años, incluso frecuentes redadas policiales y el fallecimiento de su guía supremo, Mustafá Mashhour. Ahora está encabezada por Mamoun Al-Hodeiby, de 81 años, y otros líderes ancianos.
Según los críticos, las teorías estáticas del grupo sobre la ley islámica, los derechos de las mujeres, la libertad de expresión y la unidad musulmana lo han convertido en un dinosaurio político.
El presente, y no el futuro, es el enemigo de la Hermandad, que no se ha adaptado a la era moderna, afirmó Hazem Saghiyeh en un artículo publicado en el diario panárabe Al-Hayat.
La Hermandad no posee las herramientas para entender la modernidad ni se atreve a contradecir la ideología y la lucha de su pasado, que valora a expensas de la realidad, agregó.
Pese a esto, la Hermandad y otros movimientos islamistas experimentaron un resurgimiento gracias a la guerra contra el terrorismo lanzada después del 11 de septiembre por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y ahora gracias al conflicto en Iraq.
Muchos musulmanes consideran que tanto la campaña contra el terrorismo de Bush como el ataque a Iraq están dirigidos contra el Islam.
Creíamos que la Hermandad era anacrónica, pero ahora, personas que nunca habían sido religiosas se le están afiliando. Bush nos está empujando en esa dirección, declaró el funcionario público Mahmoud Abdel Raouf.
Los egipcios en general detestan al movimiento radical islámico Talibán y al presidente iraquí Saddam Hussein, pero cada bomba que cayó sobre Afganistán y cada una de las que cae sobre civiles iraquíes fortalece su rechazo a Estados Unidos.
El crecimiento de la Hermandad Musulmana es lógico, dado que es el mayor grupo opositor al gobierno egipcio proestadounidense y que promueve ideas morales y religiosas aceptables para la mayoría de los egipcios.
El fracaso de los regímenes árabes en la resolución de problemas y conflictos, en especial de la guerra contra Iraq… otorga a la Hermandad más credibilidad en la calle y aumenta nuestra determinación en contra de este conflicto, declaró a IPS Essam El-Erian, un líder del movimiento.
