El músico nicaragüense Carlos Mejía Godoy, autor de cientos de canciones populares y del himno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), sufre en carne propia la angustia de la guerra entre Estados Unidos e Iraq.
Mejía Godoy, muy conocido en América Latina por obras como Son tus perjúmenes, tiene un hijo poeta que contra sus principios tendrá que luchar en el Golfo como soldado del ejército estadounidense, y contó a IPS, en entrevista exclusiva, el drama familiar que vive.
Mi hijo es un soldado que no quiere esta guerra, relató el músico.
Camilo Mejía, de 28 años, es uno de los 107.566 latinoamericanos que forman parte de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (7,3 por ciento del total, en su mayoría mexicanos), y como muchos se alistó para poder residir en ese país y realizar allí estudios universitarios.
Hace dos meses que Camilo, uno de los ocho hijos del folclorista, fue enviado a un lugar no revelado cerca de Iraq, donde pronto puede recibir una orden de atacar.
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Mejía Godoy, quien reside en Managua, mantiene que Washington sólo tiene fines imperialistas en este conflicto.
– – ¿Por qué el hijo de un revolucionario decidió unirse al ejército de Estados Unidos?
– – De 1976 a 1979 estuve casado con Maritza Castillo. Con ella tuve dos hijos, Camilo y Carlos Alexis y, hace 11 años, los tres partieron a Estados Unidos en busca de un mejor futuro.
Camilo quería tener su tarjeta de residencia y estudiar una maestría en la Universidad de Miami. Como no tenemos recursos económicos, esa posibilidad era muy lejana. Pero en 1995, hace ocho años, averiguó que si se alistaba en el ejército los militares le pagarían un salario y costearían sus estudios.
Cuando me llamó para contarme, le dije que estaba en contra de esa posibilidad.
El me dijo que sería incapaz de tomar un arma para agredir a alguien, y le comenté que si bien en ese momento no había conflictos armados en el mundo, en el futuro podía estallar alguno y sería enviado a luchar. Pero también le dije con todo cariño que la decisión debía tomarla él.
– – ¿Estableció su hijo algún tipo de contrato con el ejército?
– – Hizo un contrato por ocho años. Durante los cinco primeros, debía estar dedicado totalmente al servicio militar, pero en los últimos tres pudo alternarlo con sus estudios de artes y letras en la Universidad de Miami. No me salió músico, sino poeta.
Lo que más nos duele es que el contrato con el ejército termina en mayo, o sea, ¡apenas en dos meses!
– – ¿Hicieron gestiones para evitar que fuera enviado al frente de batalla?
– – Sí. El no quería ir a la guerra porque muy pronto terminaría su obligación con el ejército y porque no es un guerrerista, todo lo contrario.
Su madre presentó documentos al ejército pero todo sucedió muy rápido, las tropas fueron enviadas al Golfo y no hicieron caso de nuestro pedido. También se hicieron gestiones con un senador del Partido Demócrata (estadounidense, opositor), pero no hubo respuesta.
– – ¿Sigue haciendo gestiones su ex esposa en Estados Unidos?
– – Ella ha hecho muchos trámites. Incluso quería participar en una protesta contra la guerra, pero no lo ha hecho por temor a perder su ciudadanía. Mi hijo le mandó decir que ya no haga más trámites, que él se metió en esto y asume su responsabilidad.
Ellos en estos momentos tienen ese problema, por sus vínculos con Estados Unidos, pero yo estoy en Nicaragua y soy ciudadano nicaragüense, por eso es que quiero dar a conocer esta situación. Vivimos días de mucho dolor, y espero que él vuelva sano y salvo.
– – ¿Ha tenido algún contacto con su hijo?
– – Sí. Me ha escrito por correo electrónico. No puede decir en qué batallón está porque eso se maneja como un secreto militar, pero me ha dicho que está bien y que confía en Dios y en que todo terminará por buen camino. Mi hijo es un soldado que no quiere esta guerra.
-¿Tener un familiar cercano en la guerra le ha hecho cambiar su posición sobre el conflicto?
– – No, en absoluto. No sólo porque tenga un hijo en el frente de batalla, sino por todos los que están allá en el Golfo, quiero decir que esta es una guerra absurda. Por mis propios valores éticos soy un abanderado de la paz.
Si alguna vez participé en la revolución sandinista, fue porque habíamos agotado todas las vías políticas para que saliera del poder la dictadura de la familia Somoza. Hasta sacerdotes dejaron en ese entonces sus hábitos para unirse a la guerrilla.
– – El himno del FSLN, que usted escribió hace más de dos décadas, dice luchamos contra el yanqui, enemigo de la humanidad. ¿Sigue pensando lo mismo?
– – En realidad, esa es una frase que yo no inventé. Simplemente la tomé porque era muy popular y había estado en muchas proclamas.
Creo que Estados Unidos ha tenido una política errónea contra pueblos débiles. Nicaragua y América Latina han sido víctimas de esa política, pues muchas veces nos han considerado su patio trasero y han llegado como gendarmes.
Esa frase del himno sandinista no es ni para asumirla ni para desecharla. Eso depende de los Estados Unidos. Muchos estadounidenses se han pronunciado contra la política errónea del intervencionismo y la guerra. Incluso hombres que han llegado a ser presidentes, como Bill Clinton, protestaron contra la guerra de Vietnam.
Si humanistas como (los ex presidentes estadounidenses Abraham) Lincoln y (George) Washington estuvieran vivos, creo firmemente que estarían en contra de esta guerra.