La nueva amenaza de veto de Francia contra una eventual resolución de la ONU para establecer un protectorado militar en Iraq encabezado por Estados Unidos y Gran Bretaña aumentó la popularidad del presidente francés Jacques Chirac.
Mientras medios de comunicación, expertos y organizaciones no gubernamentales (ONG) respaldan la oposición del gobierno francés a la guerra, una encuesta de opinión publicada el fin de semana indicó que 92 por ciento de la ciudadanía apoya la campaña antibélica del presidente.
Chirac declaró el viernes que la transformación de Iraq en un protectorado después de la guerra, propuesta informalmente por Gran Bretaña en el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), legitimaría ”la intervención de los beligerantes Estados Unidos y Gran Bretaña”.
La propuesta británica está de acuerdo con los planes de Washington de colocar a Iraq bajo una administración militar al menos por dos años.
La administración de George W. Bush ha dicho que Iraq será entregado a líderes iraquíes, pero los críticos sostienen que Estados Unidos establecerá en Bagdad un gobierno títere.
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Chirac dijo que la comunidad internacional representada en la ONU no puede ceder sus derechos a una potencia militar que se lanzó a una guerra de manera ilegal, pasando por alto la voluntad del Consejo de Seguridad.
Desde Washington, el secretario de Estado (canciller) estadounidense Colin Powell respondió que Estados Unidos ”creará una vida mejor para el pueblo de Iraq, una forma representativa de gobierno”.
Las nuevas declaraciones de Chirac podrían agrandar la brecha transatlántica creada por la oposición de Francia y Alemania a la guerra, pero también fortalecieron la figura del presidente francés en su país y en el exterior.
La anterior amenaza de veto de Chirac contra cualquier resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizara la acción militar contra Iraq (que finalmente no se sometió a votación) generó rispideces en las relaciones con Washington y Londres y también dentro de la Unión Europea.
Francia es miembro permanente del Consejo, con poder de veto, al igual que Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Rusia. Estos dos últimos países también se opusieron al ataque a Iraq.
Desde el comienzo de la guerra, el pasado jueves 20, se realizaron masivas manifestaciones contra la guerra en distintas ciudades de Francia. El sábado, unas 200.000 personas protestaron en París contra la agresión a Iraq.
Analistas y organizaciones humanitarias francesas también han condenado la acción militar.
Un grupo de seis ONG rechazó la reconstrucción ”humanitaria” de Iraq planificada por de Estados Unidos. Los grupos son Acción contra el Hambre, Niños del Mundo, Handicap International, Médicos sin Fronteras, First Aid y Solidarities.
”Estados Unidos creó una oficina de reconstrucción y organización 'humanitaria', y la puso bajo un comando militar. Pero la ayuda humanitaria no es un servicio posguerra y no debe depender del resultado de la guerra”, señaló Anne Degroux, portavoz de las ONG.
”En vista del peligro a que está expuesta la población civil iraquí, nosotros nos negamos a subordinar nuestro trabajo a una potencia militar fuera de la ley”, declaró.
Las ONG también condenaron la decisión de Estados Unidos de mostrar a prisioneros de guerra iraquíes por televisión, algo ”prohibido por la Convención de Ginebra”, dijo Degroux.
Por otra parte, Washington protestó el domingo cuando algunos prisioneros estadounidenses y británicos aparecieron en la televisión iraquí.
Mientras, expertos militares franceses afirmaron que Estados Unidos está librando una ”guerra sucia”. La estrategia estadounidense consiste en evitar la guerra urbana para reducir las víctimas en sus filas, afirmó el general retirado Claude Cleury.
”Lo que están haciendo es una guerra de desgaste, bombardeando en forma incesante las ciudades, en especial Bagdad”, observó.
”Este bombardeo tiende a privar a los soldados iraquíes de sueño y alimentos, y obligarlos a rendirse. El problema es que lo mismo ocurre con los civiles”, lamentó Cleury.