La Conferencia Islámica declaró que ninguno de sus 56 países participará activamente en una guerra contra Iraq, pero nada impedirá que algunos de ellos continúen prestando su territorio a las fuerzas encabezadas por Estados Unidos que planifican una invasión.
La tensión y hasta los intercambios de insultos que dominaron el debate sobre la crisis en Iraq en la última cumbre de emergencia de la Organización de la Conferencia Islámica, en Doha, confirmó las grandes divisiones que sufre este foro, cuyos países reúnen a 1.000 millones de musulmanes.
El foro concluyó el miércoles en la capital de Qatar sin ir más allá de rechazar el plan de Estados Unidos de derrocar al presidente iraquí Saddam Hussein e introducir la democracia en Medio Oriente.
Pero entre los escasos acuerdos de la reunión no figura ninguna cláusula que impida a Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Omán y Qatar continuar prestando su territorio a las tropas de Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países que se preparan para invadir Iraq.
De todos modos, los líderes islámicos subrayaron su convicción de que la crisis debe resolverse a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero no acordaron ninguna acción concreta para apoyar los esfuerzos internacionales contra la guerra.
La cumbre no fue exitosa, pero puedo decir que hubo un buen avance. Hay consenso, y eso es muy importante para el mundo islámico, dijo el canciller de Qatar, jeque Hamad bin Jassem bin Jabr al Thani, cuyo país ejerce la presidencia rotativa del foro.
Muchos musulmanes son conscientes de los problemas que afronta la Conferencia Islámica.
Es siempre la vieja historia. Mientras países como Alemania, Francia y Rusia se oponen a la guerra y hacen todo lo posible para impedirla, muchas naciones islámicas facilitan la acción de Estados Unidos, dijo Feroz Mohammed Akhtar, un dibujante pakistaní que trabaja en Dubai, Emiratos Arabes Unidos.
Akhtar señaló que incluso el papa Juan Pablo II se opone abiertamente a los planes del presidente estadounidense George W. Bush, mientras que los países musulmanes usan foros como la Conferencia Islámica para saldar cuentas pendientes en lugar de mostrar solidaridad recíproca.
Además, lamentó que sólo un cuarto de los jefes de Estado del bloque estuviera presente en la capital de Qatar el miércoles.
La declaración final expresa la oposición de la Conferencia Islámica a una activa participación de sus países miembros en cualquier acción militar contra la seguridad e integridad territorial de Iraq u otra nación musulmana.
Pero la cumbre no hizo ninguna exhortación a negar a las fuerzas encabezadas por Estados Unidos el acceso a las bases militares en los países del bloque islámico. De hecho, Arabia Saudita, Bahrein, Kuwait, Omán y Qatar ya abrieron su territorio a esas tropas.
Por otra parte, la Conferencia Islámica destacó la cooperación de Bagdad con los inspectores de desarme de la ONU y subrayó que la crisis debe resolverse por la vía diplomática.
En la cumbre no se discutió ninguna propuesta concreta, como la que hizo Emiratos Arabes Unidos en la cumbre de la Liga Arabe celebrada la semana pasada en Egipto, de exhortar al líder iraquí a que abandone el poder y evite una guerra que afectará a todo Medio Oriente.
Iraq desde un principio rechazó la propuesta, que también incluye la constitución de un gobierno interino en Bagdad con apoyo de la ONU y de las naciones árabes.
El único avance de la cumbre de la Conferencia Islámica fue el regreso de la crisis palestina al tope de la agenda de los países musulmanes, destacó el analista político Ghassan Al Jashi, del periódico Al Ittihad, de Emiratos.
Fue muy importante el llamado de la Conferencia Islámica a resolver el conflicto palestino-israelí, incluido en la declaración final de la reunión, pues la crisis iraquí había absorbido toda la atención de la Liga Arabe en su última cumbre, afirmó Al Jashi.
La verdadera solución a todos los problemas en Medio Oriente y a la amenaza terrorista internacional no pasa por un cambio de régimen en Iraq, sino por la creación de un Estado palestino independiente, añadió el analista.
El ministro de Información y Cultura de Emiratos, jeque Abdulá bin Zayed al Nahyan, se reunió en Doha con delegados iraquíes en forma paralela a la cumbre, pero no aprovechó la oportunidad para discutir la eventual renuncia de Saddam Hussein.
No obstante, el canciller qatarí Al Thani dijo al canal de televisión satelital Al Jazeera que la propuesta de Emiratos es válida todavía y que será discutida por los líderes de la Liga Arabe.
Por su parte, el canciller iraní Kamal Jarrazi sugirió que se podría realizar un referendo en Iraq, supervisado por la ONU, en el que se decidiera el futuro del mandatario iraquí.
Pero, dado el tono de las discusiones en la cumbre de Doha, parece muy poco probable que la Conferencia Islámica llegue a acordar una acción unificada al respecto.
El miércoles, un representante kuwaití interrumpió el discurso del delegado iraquí Ezzat Ibrahim, lo que desencadenó un fuerte intercambio de palabras e insultos tales como perro, mono y traidor. Esto confirmó que la rivalidad surgida tras la invasión iraquí a Kuwait en 1990 no ha desaparecido.
La propuesta del presidente de Emiratos, jeque Zayed bin Sultan Al Nahyan, es muy polémica, pero su consejo es visto como una voz imparcial contra la guerra, en especial porque su país no ha permitido el ingreso de tropas estadounidenses.
Incluso, la comunidad iraquí en Emiratos emitió un comunicado esta semana agradeciendo al jeque Zayed por su valiente y sabia propuesta, y su insistencia para evitar la catástrofe de una guerra que afectará toda la región.
Muchos en Medio Oriente consideran que es mejor sacrificar a Saddam Hussein que exponer a 25 millones de civiles iraquíes a un conflicto bélico, pero varios líderes árabes se niegan a discutir la idea por temor a que pueda sentar un peligroso precedente.
Sólo Iraq, y no otro, tiene el derecho a cambiar el régimen de Bagdad, subrayó esta semana el periódico saudita Al Bilad.
Esta reacción dispar revela otra área de rivalidades entre los países islámicos. Arabia Saudita, que había sugerido la idea del exilio hace más de dos meses, no quiere que Emiratos se lleve los galardones en el campo diplomático si la propuesta tiene apoyo. (