Sindicatos de Australia amenazaron con ir a la huelga si las tropas de este país continúan participando en la guerra contra Iraq lanzada la semana pasada.
Las manifestaciones antibélicas masivas continuaron este fin de semana en las calles de las principales ciudades australianas, en especial en Sydney y Melbourne, en el oriente del país.
Pero el primer ministro John Howard se manifestó complacido con el avance de las tropas aliadas sobre Iraq.
”Es justo decir que la campaña para desarmar a Iraq marcha tan bien como lo habíamos previsto. Hubo grandes progresos por tierra. La capitulación de militares iraquíes es alentadora”, afirmó Howard.
Pero los sindicatos repudian tal satisfacción. ”Dejaremos de trabajar mientras soldados australianos estén en el extranjero asesinando a hombres, mujeres y niños”, dijo el sindicalista Kevin Reynolds, líder de la Unión de la Construcción, la Forestación, la Minería y la Energía, con 10.000 afiliados.
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Reynolds pronunciaba estas palabras ante 30.000 personas concentradas el sábado en la occidental ciudad australiana de Perth. La noche anterior, la televisión había informado que aviones de combate F/A 18 arrojaron las primeras bombas sobre Iraq.
”Los niños de Iraq tienen derecho a vivir en paz, pero son asesinados por (el presidente de Estados Unidos, George W.) Bush, (el primer ministro de Gran Bretaña, Tony) Blair y Howard”, afirmó Reynolds. Australia envió 2.000 soldados para participar en el ataque contra Iraq.
”Desagámonos de una vez y para siempre de Howard y sus cómplices para reemplazarlos con un gobierno que haga regresar a nuestros soldados”, agregó el sindicalista.
El líder del partido ambientalista Los Verdes, Bob Brown, dijo que los informes del gobierno sobre la guerra a la ciudadanía australiana son controlados por el Departamento (ministerio) de Defensa (Pentágono) de Estados Unidos, al que acusó de encubrir el costo humano del conflicto.
”La verdad de las bajas civiles y del sufrimiento humano podría conocerse sólo una vez que termine la guerra”, dijo Brown a la prensa.
Antes del acto en Perth el sábado, el parlamento estatal amaneció con pintadas que rezaban ”No a la guerra en Iraq” y ”La guerra es terror”.
El jefe de las Fuerzas de Defensa, general Peter Cosgrove, dijo que la primera bomba australiana fue arrojada en Iraq sobre un ”blanco de oportunidad”, es decir edificios y cuarteles donde en ese momento, según la inteligencia, se hallan altos funcionarios del gobierno y militares iraquíes.
Se trató de un proyectil de 226 kilogramos guiado por láser. ”No tenemos información sobre el éxito del ataque”, informó Cosgrove.
Los 2.000 militares australianos en el Golfo se unieron 300.000 estadounidenses y británicos. Las fuerzas aliadas contra Iraq también cuentan con 1.000 aviones de combate y cinco de transporte de batallones.
Unos 150 manifestantes fingieron estar muertos frente a una base naval en Cairns, en el nororiental estado de Queensland, para representar las bajas que ambas partes sufrirán en una guerra ”ilegal e inmoral”, indicó el portavoz de la organización Paz por Paz, Michael Martin.
Este domingo, más de 10.000 personas protestaron contra la guerra bajo la lluvia, en las calles de la oriental ciudad de Sydney. Llevaban carteles que decían ”La guerra no es un deporte” y ”La guerra de Howard es una carnicería sangrienta”.
Las dos manifestaciones más nutridas se registraron este domingo en la oriental ciudad de Melbourne, donde 250.000 personas bloquearon las calles.
Un refugiado kurdo-iraquí de 16 años, Evin Ishmail, se dirigió a los manifestantes. ”De la guerra del Golfo de 1991 recuerdo la tragedia de miles de inocentes muertos en el suelo, personas buscando refugio, familias divididas y una nación entera destruida”, dijo ante la multitud.
Pero algunos periodistas, como Miranda Devine, del diario Sydney Monring Herald, sostuvieron que el tiempo de manifestarse en las calles había terminado.
”Cualquiera sea la posición de quien sea sobre la guerra, el único resultado del activismo continuo es la discordia y la división en momentos en que los soldados necesitan saber que tienen el respaldo de sus compatriotas”, dijo Devine.
En la última intervención militar australiana en el exterior – – la protección de la población de Timor Oriental ante fuerzas indonesias y proindonesias – – , Howard tuvo un abrumador respaldo del público. Entonces, se detuvo la carnicería y Timor Oriental obtuvo la independencia en septiembre de 1999.
Pero en el caso de Iraq, el gobierno afronta una fuerte corriente contraria de la opinón pública y del opositor Partido Laborista.