El carácter artístico marcó un nuevo fin de semana de protestas latinoamericanas contra la guerra en Iraq, culminadas este domingo con un acto en la ciudad brasileña de Sao Paulo, donde el músico y ministro de Cultura de Brasil, Gilberto Gil, interpretó varias canciones pacifistas.
Cerca de 10.000 personas, de acuerdo a periodistas, o 30.000, según organizadores, participaron en la manifestación convocada por el gobernante Partido de los Trabajadores (PT). Gran parte de los presentes entonó con el compositor, cantante y ministro una de sus más famosas canciones, "La paz".
Otros dos músicos, Supla y Chico Cesar, se presentaron en el Acto por la Paz, apoyado por un comité que reúne a más de cien organizaciones sociales y partidos políticos y por la alcaldía de la meridional Sao Paulo.
Gil destacó que la defensa de la paz "está en el código genético de los brasileños", y manifestó su esperanza en que las protestas que se suceden en todo del mundo terminen por reducir el apoyo a la guerra por parte de la población estadounidense.
Es importante la adhesión de los artistas a este tipo de actos, porque "la música simboliza la lucha por la paz", sostuvo el presidente del PT, el ex diputado José Genoino.
En México, la manifestación denominada "Loveparade" (desfile del amor) empezó en la tarde del sábado y se prolongó hasta las siete de la mañana de este domingo, en un baile masivo animado por música electrónica, que atrajo a unas 5.000 personas, pocas comparadas con las 200.000 anunciadas por los organizadores.
El concierto para jóvenes contrastó con las pancartas y los gritos contra la invasión británico-estadounidense a Iraq, que lleva ya 10 días. Además, unos 100 pintores de graffiti cubrieron 300 metros de muros de una escuela de la capital mexicana, con dibujos pacifistas.
Buenos Aires también recurrió a la música en su manifestación antibélica, pero con un carácter más formal: un espectáculo en el histórico Teatro Colón, tradicional reducto del ballet y la lírica. Un coro de niños del teatro y bailarines de una escuela se presentaron junto a músicos populares de Argentina.
El humor y la irreverencia también se incorporaron a las armas de protesta contra la guerra.
En una manifestación realizada el sábado en Caracas, junto a pancartas con las usuales consignas "No war" (no a la guerra) y "no sangre por petróleo", apareció otra con el presidente estadounidense George W. Bush convertido en vampiro, hincando sus colmillos en Iraq y Venezuela.
En Río de Janeiro, el "Diabush", un hombre vestido con un traje rojo de diablo y una máscara que reproducía a la perfección el rostro del mandatario estadounidense, portaba un cartel afirmando "quien manda en el mundo soy yo".
A su lado, otro enmascarado con la cara del presidente iraquí Saddam Hussein llevaba un simulacro de cohete donde se leía "bombas nunca más".
Ambos personajes atrajeron la atención en una marcha por la famosa playa carioca de Ipanema, protagonizada por unas 300 personas y el grupo de ritmo afrobrasileño Hijos de Gandhi.
El "Diabush" indica hacia dónde vamos si persiste la política de Bush: "al infierno", dijo el diputado Carlos Minc, que junto a su par Fernando Gabeira encabezó la marcha. Ambos representantes del PT son, además, conocidos ambientalistas." Nuestra guerra es contra el hambre" y "Haga amor, no la guerra", fueron las consignas.
Grupos de homosexuales, travestis y transexuales se hicieron presentes en ese acto, y han convocado asimismo otras manifestaciones contra la invasión a Iraq en varias ciudades brasileñas.
Los trajes coloridos de las minorías sexuales alegraron la marcha pacifista que tuvo lugar en el centro de Santiago de Chile el sábado, reuniendo entre 1.500 y 2.000 personas, para reclamar al presidente Ricardo Lagos que apoye la convocatoria a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para "sancionar moralmente a Bush".
Un cartel enarbolado por un manifestante rezaba "Gracias, embajador Vega", aludiendo al representante chileno ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, reunida hasta el 25 de abril en Ginebra.
Vega desobedeció esta semana instrucciones de su gobierno de votar contra una moción para que la Comisión tratara la situación humanitaria y de derechos humanos en Iraq. El diplomático se abstuvo. Llamado a Chile, renunció este sábado, antes de que la cancillería lo destituyera.
La propuesta de tratar el tema de Iraq no se aprobó, porque la mayoría de los países representados en la Comisión acogió el argumento de que el asunto está radicado en el Consejo de Seguridad del foro mundial.
Las protestas latinoamericanas contra la guerra han incursionado en el terreno gastronómico, por varios llamados a boicotear la compra y el consumo de productos de empresas estadounidenses.
Establecimientos de la cadena de hamburguesas McDonald's fueron nuevamente blanco de pedradas en Caracas, de una ocupación de casi 150 estudiantes del movimiento "No pasarán", en la capital argentina, y de protestas pacíficas en otras ciudades de la región esta semana.
En el oriental puerto de Veracruz, en el golfo de México, unas 3.000 personas reclamaron el sábado que los "yanquis" abandonen Iraq, mientras convocaban a otra manifestación fijada para el próximo jueves, denominada "tamales contra hamburguesas", frente a un local de Burger King, otra cadena estadounidense de restaurantes de comida rápida.
Los tamales son un plato mexicano tradicional, hecho con granos de maíz y envuelto en las hojas de la planta.
Las banderas estadounidenses volvieron a arder en una protesta que atrajo a miles de personas convocadas por la centra sindical y asociaciones estudiantiles el viernes en Montevideo.
Asimismo, embajadas y consulados de Estados Unidos volvieron a ser blanco de actos hostiles en Montevideo, Caracas y otras ciudades, como Valencia, a 120 kilómetros de la capital venezolana.
En Venezuela, el movimiento contra Bush cuenta ahora con la movilización de la comunidad árabe, de un millón de personas, en este país de 23,3 millones de habitantes.
* Con aportes de Marcela Valente/Argentina, Gustavo González/Chile, Diego Cevallos/México, Darío Montero/Uruguay y Humberto Márquez/Venezuela. (