Francia manifestó en forma reiterada su oposición a la guerra contra Iraq, pero es improbable que su gobierno decida vetar en el Consejo de Seguridad de la ONU la autorización del ataque.
El canciller francés Dominique de Villepin no mencionó la posibilidad de usar el poder de veto al leer el miércoles una declaración conjunta del eje antibélico formado por Francia, Rusia y Alemania, al contrario de lo que hizo su par ruso, Igor Ivanov.
Los tres gobiernos anunciaron en París luego de una reunión de sus cancilleres que no permitirán la aprobación de una segunda resolución de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que autorice el uso de la fuerza contra Iraq.
Estados Unidos promueve la invasión con el argumento de que Bagdad tiene armas de destrucción masiva y oculta información a los inspectores de desarme de la ONU, pero la declaración conjunta leída por Villepin señaló que las inspecciones están produciendo resultados cada vez más alentadores.
Sin embargo, mientras Ivanov amenazó con utilizar la facultad de veto de su país contra el ataque militar en el máximo órgano ejecutivo del foro mundial, Villepin se abstuvo de anunciar tal medida.
El canciller francés utiliza en privado un tono diferente al de sus discursos antibélicos ante cámaras de televisión. Un veto de Francia sería como apuñalar a Estados Unidos por la espalda, dijo en un debate interno de su gobierno, el 25 de febrero.
Francia y Rusia son miembros permanentes con poder de veto del Consejo de Seguridad de la ONU, al igual que Estados Unidos, Gran Bretaña y China.
Los 10 miembros rotativos son, hasta fin de año, Alemania, Angola, Bulgaria, Camerún, Chile, España, Guinea, México, Pakistán y Siria.
Estados Unidos, junto con Gran Bretaña y España, plantearon el 24 de febrero un segundo proyecto de resolución sobre Iraq que les deja implícitamente las manos libres para invadir ese país árabe.
En respuesta, Berlín Moscú y París presentaron el mismo día al Consejo un plan para desarmar a Iraq en forma escalonada en cinco meses, según el cual no hay evidencia de Iraq posea armas de destrucción masiva.
Una resolución que autorice a Washington a utilizar la fuerza contra Bagdad requiere del voto afirmativo de nueve países en el Consejo y que ninguno de sus cinco miembros permanentes ejerza la facultad del veto que les confiere la Carta de la ONU.
Hasta ahora, sólo Gran Bretaña, Bulgaria y España anunciaron en forma explícita su apoyo a los planes militares de Estados Unidos contra Iraq. China no aclaró si usaría su facultad de veto.
Francia teme que un veto de su parte la margine en una minoría dentro del Consejo, y además la mayoría de los funcionarios de gobierno y legisladores de la gobernante Unión para un Movimiento Popular (UMP) se consideran aliados de Estados Unidos.
El presidente Jacques Chirac encabeza la campaña internacional contra los planes militares de Washington en Iraq, pero altos funcionarios de su gobierno le advirtieron que no use el poder de veto.
Si la mayoría de los miembros del Consejo de Seguridad se alinean detrás de Estados Unidos, Francia no vetará una resolución que autorice la guerra, declaró André Dulait, presidente de la Comisión de Defensa del Senado.
El único caso en que Francia vetaría la resolución sería si otros miembros permanentes también la rechazaran, explicó.
Un veto de Francia contra Estados Unidos tendría consecuencias extremadamente graves para nuestro país. No sería la mejor medida a tomar, opinó el ex canciller Alain Juppé, presidente de la UMP.
Varios diputados de la UMP advirtieron contra el veto durante un debate parlamentario sobre la crisis iraquí la semana pasada.
Me siento más cómodo del lado de Gran Bretaña o Estados Unidos que aliado con los chinos o los sirios, manifestó el representante Michel Poniatowski.
El petróleo iraquí es importante, pero Francia no debería romper con Estados Unidos sólo por eso, señaló Claude Gouasguen, líder de la UMP en el distrito de París, en referencia a los lucrativos contratos que la compañía francesa TotalFina tiene firmados con Bagdad, y que se perderían si cambia el régimen iraquí.
Mientras, el diputado Hervé Mariton dijo en público lo que muchos de sus pares dicen en privado: la ONU no debería debatir una segunda resolución, porque de todas formas Estados Unidos ocupará Iraq y derrocará al presidente Saddam Hussein. (