DESARROLLO: Crisis iraquí amplía brecha entre sociedad y política

La creciente brecha mundial entre sociedad civil e instituciones políticas se hizo alarmante con la perspectiva de guerra en Iraq, advirtieron participantes en un seminario latinoamericano en Río de Janeiro, el lunes y este martes.

Algunos gobiernos europeos anunciaron su decisión de acompañar a Estados Unidos en un ataque a Iraq, aun sin autorización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ignorando sencillamente la oposición mayoritaria de la población de sus países, ejemplificó el ítalo-argentino Roberto Savio, presidente emérito de la Inter Press Service (IPS).

El mayor rechazo a la guerra se registra en España, con 90 por ciento de los consultados en encuestas, pero los gobiernos de Gran Bretaña e Italia también van a contramano de cerca de 70 por ciento de los entrevistados en consultas de opinión pública, destacó.

El alejamiento entre los poderes políticos y los movimientos sociales y asociaciones sin fines de lucro que integran la sociedad civil se acentuó en los últimos tres años y se reflejó en el III Foro Social Mundial, realizado en enero con participación multitudinaria en la ciudad de Porto Alegre, al sur de Brasil, sostuvo Savio.

Eso se debió a la ”política imperial” del gobierno estadounidense encabezado por el presidente George W. Bush, y a la ”radicalización” y capacitación de la sociedad civil mediante la creación de redes y estructuras de comunicación, opinó.

Pero el ”déficit democrático” tiene niveles distintos según los países y regiones. En Europa, por ejemplo, hay fuerte participación social en los gobiernos nórdicos, pero no en los mediterráneos, y en América Latina, Brasil vive hoy un cuadro opuesto al de Argentina, donde se extremó la brecha entre política y sociedad, apuntó Savio.

El seminario ”Democracia, política y sociedad civil: una brecha creciente” es el inicio de un debate que sus organizadores pretenden llevar a otros países de América Latina, involucrando en cada uno a instituciones políticas, sociales y universitarias.

La reunión, con 38 participantes, casi todos latinoamericanos, fue organizada por la Universidad de la Paz de Naciones Unidas, que tiene sede en Costa Rica, y apoyada por el Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo, de Canadá, el Instituto Brasileño de Análisis Sociales y Económicos, e IPS.

La relación en Brasil entre instituciones políticas y sociedad civil atravesó periodos distintos en las dos últimas décadas, evaluó Luis Dulci, secretario general de la presidencia del país, con rango de ministro y responsable gubernamental del diálogo con la sociedad.

En los años 80, cuando el país buscaba reconstruir un proyecto nacional tras el régimen militar, prevalecieron los valores democráticos y de justicia social, e incluso los partidos de derecha buscaron acercarse a la sociedad civil, señaló.

Pero la década siguiente, con ”hegemonía del neoliberalismo”, fue de ”deconstrucción de las organizaciones creadas en la lucha democrática”, hasta un vuelco en 2002 que permitió la elección de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente, afirmó Dulci.

El desafío del nuevo gobierno presidido por Lula y encabezado por el izquierdista Partido de los Trabajadores es hacer una gestión ”no burocrática, sino compartida con la sociedad”, que promueva una democracia participativa, opinó.

Eso no será fácil, porque se heredó un ”Estado vertical”, sin mecanismos ”ni vocabulario” para un ”diálogo horizontal” con la población, admitió el funcionario.

Por eso, el gobierno está atento para evitar dos riesgos opuestos: el de mantener la brecha y el de integrar a las organizaciones sociales en el gobierno, eliminando su autonomía, explicó.

La socióloga Elizabeth Jelin, profesora de la Universidad de Buenos Aires, alegó que la brecha entre sociedad civil y poderes políticos no ha sido creciente, sino con vaivenes, y que decreció en varios casos en las últimas décadas.

Jelin puso como ejemplo el caso del movimiento femenista, marginado en 1975 cuando la ONU organizó en México la primera Conferencia Mundial sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, pero reconocido en encuentros posteriores, y luego con representantes admitidas por muchos gobiernos en consejos de defensa de los derechos de las mujeres.

Los problemas del mundo actual son complejos porque vivimos un ”giro de época”, con un ”nuevo capitalismo sin miedo”, según Gerardo Caetano, director del instituto de ciencias políticas de la Universidad de la República de Uruguay.

Los defensores del capitalismo ”sin miedo” creen que no hay alternativas a ese modelo de ”teocracia del mercado”, que ya no sería modificable por sus propias contradicciones, explicó a IPS.

Pero de esa forma el capitalismo perdió capacidad de incorporar demandas, la flexibilidad que fue clave hasta ahora para su supervivencia, acotó el politólogo.

Además, el capitalismo actual es afectado por la insuficiencia de instituciones internacionales creadas hace más de 50 años, como el Fondo Monetario Internacional, y por una total incertidumbre, afirmó.

La crisis exige una política con nuevas utopías que señalen ”lo deseable, no sólo lo posible”, y ”asumir la ruptura para discutir un nuevo pacto” social, en escalas nacional e internacional, dijo Caetano.

Un proyecto del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) investiga en la actualidad el estado de la democracia en 18 países de América Latina, las percepciones sociales sobre ella y su agenda. Un primer informe deberá estar listo en el último trimestre de este año.

El objetivo de prever posibles riesgos para las democracias en los próximos años deriva de encuestas en las cuales dos tercios de los latinoamericanos consultados opinaron que las políticas oficiales ”favorecen siempre las mismas personas”, apuntó Freddy Justiniano, coordinador del Centro de Implementación de la Estrategia Regional del PNUD en América Latina.

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