La Unión Europea (UE) mantendrá la situación de los derechos humanos en Cuba como una asignatura pendiente en sus relaciones con el gobierno de Fidel Castro, que rechaza cualquier señalamiento en esa materia.
Sin embargo, el asunto humanitario dejaría de condicionar la cooperación, que beneficiaría a Cuba si el bloque europeo aprueba el ingreso de este país al Acuerdo de Cotonou, firmado en 2000 en esa ciudad meridional de Benín y que establece compromisos sobre democracia y libertades fundamentales.
Expertos entienden que el Acuerdo de Cotonou, por el cual la UE otorga preferencias comerciales a 77 ex colonias europeas que integran el Grupo de Estados de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP), constituye la alternativa de mayores perspectivas para institucionalizar las relaciones entre ese bloque y La Habana.
La Convención de Cotonou tiene la ventaja de constituir un mecanismo de naturaleza colectiva que permite una distribución de las presiones de la UE y sus países miembros, apuntó el investigador Eduardo Perera en un estudio sobre el asunto entregado a IPS.
Esa peculiaridad brinda la posibilidad de conciliar posiciones con determinados grupos, en lugar de actuar en solitario, a la vez que vincula a Cuba a un diálogo político permanente con la UE por la vía multilateral, consideró el especialista.
Cuba fue aceptada en 2000 en el Grupo ACP, pero sigue siendo hasta la fecha el único país miembro de ese bloque no signatario del convenio de Cotonou que asocia a esas naciones con la UE.
La UE estudia en la actualidad la solicitud de adhesión que en enero elevó el gobierno de Castro, luego de evaluar que algunas condiciones humillantes de la UE habían sido atemperadas.
Precisamente, las contradicciones en materia de democracia y derechos humanos llevaron a Cuba a retirar una petición similar en abril de 2000, perdiendo así la posibilidad de firmar el Acuerdo de Cotonou junto con los demás países de ACP y eludir una negociación individual.
El comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria de la UE, Poul Nielson, además de instar a La Habana a trabajar hacia la democracia, dejó claro que Cuba tiene condiciones y es elegible para integrar Cotonou.
El gobierno cubano aceptó integramente el texto de la Convención de Cotonou al hacer su segunda solicitud, precisó Perera, del Centro de Estudios de Europa, una institución cubana con personería jurídica propia.
Perera opinó que Cuba estuvo dispuesta a firmar el acuerdo siempre y cuando la UE renunciara a sus presiones políticas y a la imposición de condiciones previas, juzgadas como inaceptables.
El propio Nielson admitió, durante su estancia en Cuba este mes, que en el pasado hubo desencuentros entre ambas partes, ya que se impusieron precondiciones antes de que pasara algo. Ahora no quiero cometer el mismo error, explicó.
El comisario europeo dijo que constituye un error ver en el ingreso cubano al Acuerdo de Cotonou algo así como el juicio final, pues ese convenio es una buena base para discutir.
Añadió que la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, recomendará la aprobación del ingreso de la Cuba al convenio. Empero, la aprobación definitiva requiere el voto unánime de los 15 estados miembros del bloque europeo.
Esa eventualidad dejaría prácticamente sin efecto la resolución conocida como posición común, vigente desde 1996, en la cual se considera que la plena cooperación de la UE dependerá de los progresos en derechos humanos y libertad política en Cuba.
Entre los objetivos del Acuerdo de Cotonu figura el de promover y acelerar el desarrollo económico, cultural y social de los estados del Grupo ACP, contribuir a la paz y a la seguridad y propiciar un clima político estable y democrático.
Asimismo, obliga a los signatarios a mantener con carácter periódico, un diálogo político global, equilibrado y profundo que conduzca a compromisos mutuos.
Ese diálogo incluye también una evaluación periódica de la situación relativa al respeto de los derechos humanos, los principios democráticos, el estado de derecho y la buena gestión de los asuntos públicos.
Otro de los artículos subraya el compromiso de los firmantes de promover y proteger todas las libertades fundamentales y todos los derechos humanos, ya se trate de derechos civiles y políticos o económicos y culturales.
Para Manuel Cuesta Morúa, de la opositora Corriente Socialista Democrática Cubana, al contrario de un retroceso, el ingreso al Acuerdo de Cotonou ayudará a adelantar la agenda de derechos humanos y democratización en el país.
Por primera vez, Cuba va a firmar un acuerdo vinculante, es decir que es de estricto cumplimiento, en el cual se habla de estos conceptos y eso es muy importante, pues establece una sombrilla más a este proceso, señaló Cuesta a IPS.
Esto es un desafío que el gobierno cubano acepta y creo que nosotros también debemos aceptar, sentenció.
En cambio, Vladimiro Roca, un ex preso político que hoy milita en la coalición disidente Todos Unidos, insistió en que esa integración significaría una luz verde a la violación de los derechos humanos en Cuba.
El gobierno de Castro califica a los disidentes, organizados en centenares de pequeñas organizaciones, de traidores y mercenarios al servicio del imperio (Estados Unidos).
A falta de un acuerdo, la colaboración de la UE con Cuba se basa hasta el momento en acciones de tipo puntual, en esferas como la seguridad alimentaria y el ambiente o ante desastres naturales.
Estimaciones oficiales sitúan en unos 116 millones de dólares el total de los recursos financieros canalizados por la UE hacia Cuba en la últimas década, 66 por ciento de los cuales fueron en ayuda de tipo humanitario.
La asistencia de poco más de 16 millones de dólares anuales que la UE otorga a Cuba será administrada ahora por la delegación de ese bloque que dejó inaugurada Nielson durante su estancia en La Habana. (