Fidel Castro seguirá siendo presidente de los consejos de Estado y de Ministros de Cuba, primer secretario del gobernante Partido Comunista y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, al menos por un tiempo más.
”Ahora comprendo que mi destino no fue venir al mundo para descansar al final de la vida”, afirmó Castro, de 76 años, al ser reelecto por sexta vez consecutiva al frente de los máximos órganos de gobierno de este país de régimen socialista.
”Les prometo que estaré con ustedes, si así lo desean, mientras tenga conciencia de que pueda ser útil, si antes no lo decide la propia naturaleza”, dijo el mandatario, descartando así cualquier opción de retiro.
La reelección de Castro echó por tierra versiones que circularon en las últimas semanas, sobre una presunta cesión del máximo líder cubano del cargo de presidente del Consejo de Ministros, al vicepresidente Carlos Lage.
Entre los supuestos ”candidatos” a compartir la máxima responsabilidad al frente del gobierno se encontraba también Ricardo Alarcón, quien conserva su puesto como presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento).
En cualquier caso, la separación de poderes hubiera requerido una reforma de la Constitución que establece que el presidente del Consejo de Estado encabeza también el Consejo de Ministros, órgano a cargo de la administración pública.
La otra opción consistía en ceder ambos cargos, algo mucho menos probable según analistas locales, aunque Castro siempre se mantendría al frente del Partido Comunista y del ejército.
Estos cambios se manejaron en los meses previos a la constitución de la quinta legislatura, en febrero de 1998, como un gesto de La Habana hacia ciertos países, sobre todo hacia la Unión Europea (UE), que alentaban expectativas de modificaciones políticas en el régimen de partido único.
Cuba es el único país latinoamericano que no tiene un acuerdo de cooperación con la UE y las conversaciones para alcanzarlo se congelaron a mediados de la pasada década por pedidos de cambios políticos esgrimidos por el bloque europeo.
Los argumentos ahora señalan síntomas de cansancio y deterioro de la salud de Castro, que podrían convertir la decisión de relevo en una necesidad de carácter interno y no simplemente una concesión hacia fuera.
”Sabemos que el tiempo pasa y las energías se agotan”, dijo Castro en un breve discurso que ratificó el rechazo cubano a una posible guerra de Estados Unidos contra Iraq y prometió nuevas políticas económicas en el plano interno.
La asamblea de 609 diputados ratificó en su cargo como primer vicepresidente del Consejo de Estado al general Raúl Castro, ministro de Defensa, segundo secretario del Partido Comunista y hermano del mandatario.
Los vicepresidentes del Consejo de Estado y su secretario también fueron reelectos. En un total de 31 cargos, aparecen diez nuevos nombres, lo cual constituye una renovación del 32,6 por ciento, según las cifras divulgadas por la Agencia de Información Nacional.
Entre los nuevos integrantes figura el presidente del Banco Central, Francisco Soberón, y las bajas más significativas son la del ministro de Economía, José Luis Rodríguez, y la del de Justicia, Roberto Díaz Sotolongo.
La salida de los dos ministros coincide con una ofensiva oficial contra el tráfico de drogas, la corrupción y otros delitos, impulsada desde enero por el gobierno.
Varios cientos de personas han sido detenidas en las últimas semanas, según fuentes diplomáticas. Cuatro viceministros de Economía fueron destituidos en los últimos días, aunque las destituciones no fueron informadas oficialmente.
El secretario general de la opositora Corriente Socialista Democrática, Manuel Cuesta, dijo a IPS que una separación de poderes en Cuba hubiera significado la ”modernización del Estado cubano”. Otros representantes de la sociedad civil cubana, sin embargo, estiman que tras 44 años en el poder, Castro sigue siendo un elemento de estabilidad social importante y el único capaz de conciliar diferentes tendencias políticas.
Para el sacerdote católico Carlos Manuel de Céspedes, cualquier análisis de la sociedad cubana actual debe tener en cuenta que ”el liderazgo de Fidel Castro emergió de una genuina revolución popular”.
”Si él es quien es todavía en Cuba, esto depende principal, aunque no únicamente, de la voluntad de la mayoría del pueblo cubano”, opinó Céspedes.
Como el resto de los miembros del parlamento, que también integra, Castro fue electo previamente durante los comicios generales del 19 de enero. En las elecciones votaron 8,1 millones de personas mayores de 16 años, en este país de 11,2 millones de habitantes.