La guerra contra Iraq fue este lunes un tópico central de la masiva manifestación realizada en la capital de Argentina para recordar el golpe de Estado militar que impuso en 1976 la dictadura más cruenta de América del Sur.
Encabezados por líderes humanitarios y familiares de desaparecidos durante el régimen dictatorial (1976-1983), más de un centenar de organizaciones de estudiantes y desempleados, sindicatos, partidos de izquierda y asambleas barriales marcharon hacia la Plaza de Mayo, frente a la sede del gobierno.
El motivo era recordar el 24 de marzo de 1976, cuando los comandantes de las Fuerzas Armadas Jorge Videla, Eduardo Massera y Orlando Agosti derrocaron al gobierno democrático de María Estela Martínez de Perón.
Decenas de miles de manifestantes reiteraron una consigna histórica: juicio y castigo a los militares responsables de secuestros, torturas y desaparición de al menos 11.000 personas, o 30.000 según organizaciones de derechos humanos.
Pero esta vez, los convocados se pronunciaron a favor de la paz en Medio Oriente y en contra de la invasión militar unilateral de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Iraq, que busca derrocar por la fuerza al régimen de Saddam Hussein.
Los participantes de la marcha desde la Plaza de los dos Congresos hasta la Plaza de Mayo, reclamaron la derogación de las leyes de amnistía que favorecieron a militares, la eliminación del indulto a los ex comandantes de las Fuerzas Armadas y el castigo a la represión policial desatada desde la restauración democrática en 1983.
Los manifestantes exigieron asimismo la restitución de la identidad a las niñas y niños secuestrados o nacidos durante el cautiverio ilegal de sus padres en el periodo dictatorial.
Muchos de ellos, ahora jóvenes, continúan viviendo con una falsa identidad junto a sus apropiadores vinculados a las Fuerzas Armadas.
Pero al reclamo de justicia se sumó con enorme fuerza el clamor contra la guerra en Iraq, atrayendo la participación de decenas de organizaciones pacifistas.
El pueblo se une en la lucha y dice basta de impunidad, hambre y represión. No a la guerra imperialista contra Iraq, rezaba el lema principal del acto.
Desde que se inició la crisis de Iraq, en septiembre del año pasado, organizaciones de derechos humanos activas durante la dictadura efectuaron diversas movilizaciones por la paz, apelando al recuerdo trágico de la violencia política, agravada desde los años 70 en Argentina.
En diálogo con IPS, Alicia Herbón, coordinadora de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, recordó que la experiencia de Argentina y de los países del Cono Sur (de América del Sur) gobernados por dictaduras fue terrible, y Estados Unidos jugó un papel primordial en apoyo de esos regímenes.
La dirigente subrayó que diversos documentos desclasificadosen los últimos años por el Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos prueban la definitiva incidencia de Washington en la coordinación represiva de las dictaduras de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay desde los años 70, conocida como plan Cóndor.
No podemos estar ajenos a lo que ocurre hoy en Iraq porque nosotros consideramos que la 'guerra preventiva' de hoy no es otra cosa que la continuación de la Doctrina de la Seguridad Nacional que difundió Estados Unidos entre los dictadores latinoamericanos para justificar la represión a los opositores, dijo Hebrón.
A juicio de la activista, así como en aquellos años Estados Unidos quiso imponer por la fuerza un régimen político y económico en América del Sur, ahora hace lo mismo en Iraq.
Se aplasta a los pueblos para imponerles un modelo económico, subrayó Hebrón, en nombre de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
La conmemoración del golpe de Estado se inició el domingo con una manifestación convocada por la Asociación Madres de Plaza de Mayo que lidera Hebe de Bonafini.
Acompañada de otras organizaciones izquierdistas y de desempleados, Bonafini criticó duramente a Washington.
Este lunes, el jefe de gabinete del gobierno argentino, Alfredo Atanasof, recordó que hace 27 años comenzaba una etapa siniestra de la vida democrática argentina que no solo dejó como saldo la pérdida de miles de vidas sino que dio paso a un modelo que sigue causando deterioro económico y social.
En escuelas, parques y en varias ciudades del país, organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles recordaron el aniversario del golpe de Estado y reclamaron justicia y paz.
Finalmente, la mayoría de las organizaciones confluyeron frente a la sede del gobierno, encabezadas por las dirigentes de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, representantes de partidos de izquierda y del movimiento de desempleados que se pronunciaron por la paz. (