VENEZUELA: Atentados explosivos agravan conflicto político

Atentados con explosivos contra sedes diplomáticas de Colombia y España en la capital venezolana aumentaron el grado de violencia asociado al conflicto entre el presidente Hugo Chávez y la oposición, empeñada en desalojarlo anticipadamente del poder.

El gobierno ”expresa su condena de manera inapelable y contundente. Rechazamos cualquier forma de terrorismo, de Estado o individual”, aseveró el vicepresidente José Vicente Rangel, quien encabeza la delegación gubernamental a la mesa de negociación con la oposición.

”Este es un desafío para la comunidad internacional, que debe hacer cumplir el acuerdo contra la violencia firmado por las partes hace una semana y en contra del cual opera el lenguaje hiriente del presidente”, dijo a IPS Timoteo Zambrano, coordinador de la oposición en esa mesa.

Explosivos ”de una potencia sin precedentes en la historia de los atentados en Venezuela”, según los ex comisarios de la policía judicial Leonardo Díaz e Iván Simonovis, causaron cerca de la hora 2.00 de la madrugada local, y en forma casi simultánea, grandes daños a las sedes del consulado de Colombia y de la Agencia de Cooperación española.

Vidrios rotos por las explosiones causaron heridas leves a cuatro personas.

Brasil, Chile, España, Estados Unidos, México y Portugal, los miembros del Grupo de Amigos de Venezuela creado en enero para contribuir a la resolución del conflicto entre Chávez y sus opositores, expresaron su rechazo a los atentados e instaron a investigarlos, pero evitaron amplificar el impacto de la dinamita sobre el debate político venezolano.

”Tenemos una preocupación razonable, como la de toda persona sensata, por la situación de Venezuela, pero no haré ningún comentario sobre estos atentados. Esperaremos las investigaciones y conclusiones del gobierno venezolano”, declaró el presidente del gobierno español, José María Aznar.

”Los repudiamos, como a todo acto terrorista”, pero hay que ”dejar que la policía lleve a cabo su investigación”, dijo la canciller de Colombia, Carolina Barco, desde Kuala Lumpur, donde asistió a la XIII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados.

La embajada de Estados Unidos en Caracas pidió mediante un comunicado una exhaustiva investigación, y condenó los ”cobardes actos, que no sólo producen sufrimiento, sino que también hacen más difícil la búsqueda de una solución pacífica, democrática y electoral para los problemas que enfrenta la gente de Venezuela”.

El reparto de culpas ha sido la primera señal del incremento de la tensión política a causa de los atentados, luego de que policías y periodistas hallaron en las zonas de los estallidos hojas volantes que reivindicaban ”al pueblo armado”, firmadas ”Fuerzas Bolivarianas de Liberación, Coordinadora Simón Bolívar”.

”Bolivariano” es el adjetivo con que se autoidentifican Chávez y sus seguidores.

”Los organismos de seguridad investigarán los panfletos. Hay que ser muy suspicaz, (porque) hay lógicas que funcionan al revés”, dijo el general y vicecanciller Arévalo Méndez, quien insinuó que los atentados se relacionan con la huelga de empresarios, sindicatos y la estatal industria petrolera que en diciembre y enero intentó desalojar a Chávez de la presidencia.

Pero Enrique Mendoza, gobernador del populoso estado de Miranda, al este de Caracas, y uno de los principales líderes de la oposición, dijo que asociar los atentados con la huelga ”es una cretinada”.

”El gobierno, en una vil maniobra de psicopatía, tratará de hacer creer que fue la oposición” la que ejecutó los atentados, pronosticó.

Zambrano aseguró no tener dudas de que ”fue gente afecta al gobierno” la que cometió los atentados, ”porque el presidente, con su lenguaje irritante, influye en grupos o individualidades que han podido ejecutar esas acciones”.

Pero Rangel arguyó que ”los panfletos encontrados en el lugar no pueden considerarse una muestra. A nadie se le va a ocurrir que una gente que va a hacer eso va a dejar allí esos papeles. Me parece una ridiculez, una falta de imaginación, y sólo les restó decir que hallaron una foto del presidente Chávez”.

La Coordinadora Simón Bolívar que reúne a grupos comunales y culturales simpatizantes de Chávez del vecindario obrero 23 de Enero, en el oeste de Caracas, hizo llegar a IPS una declaración que deslinda ”cualquier tipo de vinculación con atentados cuyos responsables pueden buscarse en la oposición golpista”.

Los atentados suceden a una vertiginosa semana de acontecimientos políticos.

El 16 de este mes, fueron asesinados tres soldados que apoyaban a oficiales opositores, en un poblado cercano a la capital al cual habían ido de juerga, en un incidente aún sin esclarecer.

El día 18, gobierno y oposición firmaron su compromiso contra la violencia, por la paz y la democracia, y el día 20 fue arrestado Carlos Fernández, presidente de la central empresarial opositora Fedecámaras, acusado de incitar a delinquir y a la rebelión civil.

Los gobiernos de Colombia, España y Estados Unidos expresaron preocupación por la detención de Fernández, al igual que el secretario general de la Organización de Estados Americanos, César Gaviria, quien preside la mesa de negociación.

La réplica de Chávez fue pedir que ”cada quien se mantenga en su sitio” y que se respeten la soberanía y las leyes de Venezuela.

Gaviria volvió a Caracas tras pasar unos días en Madrid y Washington, y convocó para este miércoles a una nueva sesión de la mesa de negociación. (

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