MEXICO: Guerra en Iraq golpeará a familias de soldados de EEUU

Miles de familias de México sufrirán de manera directa la guerra que Washington promueve contra Iraq por tener entre sus miembros a integrantes de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.

”Estamos nerviosos, pues mi hijo nos avisó que estará en la guerra”, dijo a IPS Manuel Ramírez, un anciano agricultor del estado de Puebla, vecino a la capital.

Ricardo Ramírez emigró hace 10 años a Estados Unidos en busca de empleo y desde 2000 forma parte del ejército de ese país.

En las Fuerzas Armadas estadounidenses hay 107.566 latinoamericanos, cifra equivalente a 7,3 por ciento del total de sus miembros. Los soldados mexicanos como Ricardo Ramírez son los más numerosos en el grupo de militares de ascendencia latinoamericana.

”Aquí (en casa) tenemos su foto con el uniforme y lo vemos muy joven para estar en una guerra, pero él escogió ese camino y rezamos para que salga de ahí (Iraq) pronto”, señaló el padre del soldado en entrevista vía telefónica.

Dueño de un terreno de cinco hectáreas donde siembra maíz, el agricultor de 75 años confesó que no sabe con claridad cuál es el origen de la posible guerra en Iraq y desconoce si existe o no una fecha para su inicio.

Tampoco sabe cuál es la postura de México frente a la guerra. Al ser informado de que la rechaza, manifestó que ”ojalá eso no traiga problemas”.

El gobierno de México, que ocupa un puesto rotativo en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, tiene una posición ”contraria al unilateralismo y contraria a la guerra” en Iraq, dijo el miércoles el presidente Vicente Fox.

Ramírez, padre de Ricardo, Javier y Guadalupe, quienes viven en Estados Unidos y rara vez visitan a su progenitor, lamenta que uno de sus hijos, mexicano de nacimiento pero naturalizado estadounidense, participe en una guerra.

Casi una de cada ocho personas que residen en Estados Unidos es de origen latinoamericano y la mayoría, unos 20 millones, son mexicanos, cuatro millones de ellos indocumentados.

”Cientos de mexicano-estadounidenses han sido condecorados por su valor en numerosos conflictos, incluyendo la segunda guerra mundial, la guerra de Corea, la guerra de Vietnam y la operación Tormenta del Desierto”, apuntó en un comunicado la embajada de Estados Unidos en México.

”Los militares estadounidenses reconocen la importante contribución de los mexicano-estadounidenses en las Fuerzas Armadas”, añadió la embajada.

Pero Ricardo Monreal, gobernador del estado central de Zacatecas, afirmó esta semana que los primeros que morirán en Iraq serán los soldados estadounidenses de origen mexicano, pues irán en las primeras incursiones.

Cada año, cientos de jóvenes mexicanos emigran hacia Estados Unidos desde Zacatecas.

”Históricamente, los mexicano-estadounidenses hemos ingresado en el ejército para demostrar nuestro patriotismo. Es una manera de ser aceptados en una país que no ha querido aceptarnos”, sostuvo Jorge Mariscal, experto en asuntos migratorios de la Universidad de California.

Ochenta y dos por ciento de los habitantes de Estados Unidos de origen latinoamericano sostienen que la discriminación es un problema que les impide tener éxito, indicó una encuesta realizada el año pasado por los centros de investigación estadounidenses Pew Hispanic Center y Henry J. Kaiser Family Foundation.

El campesino de Puebla reconoció que sus hijos emigraron a Estados Unidos como indocumentados en busca de mejores oportunidades, lo que finalmente consiguieron.

”De ahí (Estados Unidos) me envían cada tiempo algo de dinero y eso ayuda”, declaró Ramírez.

El problema de los mexicanos residentes en el vecino país del norte y el flujo de emigrantes alcanzó en 2001 el primer plano de las relaciones entre México y Estados Unidos, cuando el gobierno de Fox propuso a Washington legalizar la estancia de quienes emigraron sin documentos.

Sin embargo, la cuestión quedó relegada por los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, el edificio del Departamento de Defensa, en Washington.

A raíz de esos ataques terroristas, Estados Unidos endureció sus normas de inmigración.

México desea que el problema de la migración se mantenga en el centro de las negociaciones con Washington, pero reconoce que la lucha contra el terrorismo y la posible guerra con Iraq impiden avanzar en esa dirección. (

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