Estados Unidos, Gran Bretaña y España lanzaron este lunes una ofensiva política para obtener el aval de la ONU a sus planes de atacar Iraq, pero deberán librar antes una batalla diplomática con Alemania, Francia y Rusia, dispuestos a quemar todos sus cartuchos para aplacar las ansias belicistas.
El plan formulado por Berlín, Moscú y París ante el Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) consiste en un desarme escalonado de Iraq a concretar en cinco meses. Informes extraoficiales indican que China apoya la iniciativa.
Mientras Washington, Londres y Madrid presentaron un proyecto de resolución que les deja implícitamente las manos libres para invadir el país árabe.
La propuesta de resolución de Estados Unidos, Gran Bretaña y España advierte que Iraq "no aprovechó la última oportunidad" que le brindó la resolución 1.441, que establece plazos perentorios para completar el desarme del país árabe y que dispuso la reanudación de las inspecciones de armas de la ONU.
El informe que Iraq presentó sobre sus posesiones de armas de destrucción masiva contiene "falsas declaraciones y omisiones, no ha cumplido con esta resolución ni ha cooperado plenamente en la ejecución" de la resolución 1.441, de acuerdo con la iniciativa.
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El proyecto de resolución de Estados Unidos y Gran Bretaña advierte que Iraq no ha cumplido "con las resoluciones del Consejo de Seguridad" sobre la no "proliferación de armas de destrucción masiva y misiles de largo alcance", lo cual constituye una amenaza "para la paz mundial y la seguridad".
Estados Unidos, Gran Bretaña y España necesitan que nueve de los 15 miembros del Consejo de Seguridad aprueben la resolución que lo autorice a atacar Iraq, y que ninguno de los cinco países con derecho a veto en el organismo ejerzan esa facultad.
El proyecto tiene, según fuentes diplomáticas, tiene cuatro votos seguros en el Consejo: el de los tres países que lo proponen y el de Bulgaria.
Se prevé que Alemania, China, Francia, Rusia y Siria votarán en contra del plan británico-estadounidense-español.
Los restantes seis países que integran el Consejo – – Angola, Camerún, Chile, Guinea, México y Pakistán – – no se pronunciaron explícitamente, si bien manifestaron en reiteradas ocasiones su inclinación por una solución pacífica de la crisis. No obstante, sus gobiernos reciben insistentes presiones desde Washington.
Alemania, Francia y Rusia presentaron este lunes al Consejo de Seguridad un memorando, no un proyecto de resolución, según el cual "no hay evidencia que demuestre que Iraq posea armas de destrucción masiva".
Los tres países propusieron dotar de más expertos e inspectores a la misión de desarme de la ONU, así como de unidades de transporte para vigilar vehículos militares iraquíes y de un sistema de control aéreo.
Asimismo, recomendaron que los inspectores de la ONU establezcan un calendario para el desarme total de Iraq en no más de cinco meses.
El presidente francés Jacques Chirac dijo en Berlín, junto con el canciller (jefe de gobierno) alemán Gerhard Schroeder, que pretende "establecer un cronograma para el desarme de Iraq, programa por programa".
"En ese contexto, no vemos razones para cambiar nuestra lógica, que es la lógica de la paz", agregó Chirac.
Berlín y París consideran que "el desarme de Iraq por la vía pacífica es posible", sostuvo Schroeder. Las dos principales economías de Europa están "dispuestas a hacer todo a nuestro alcance para que Bagdad cumpla" con sus compromisos de desarme, sostuvo.
Schroeder coincidió en que no se habían agotado todos los medios para lograr el desarme de Iraq, de acuerdo con la resolución 1.441 del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Esa resolución, aprobada en noviembre por la unanimidad del Consejo, prevé el fortalecimiento de las inspecciones de desarme en Iraq.
Observadores indicaron que las posibilidades de resolver la crisis pacíficamente se están reduciendo, a pesar de la oposición cada vez mayor de Chirac y Schroeder a los planes de Estados Unidos.
Alemania teme que una guerra desate la inestabilidad en todo el mundo islámico. Así, el ataque preventivo que procura Estados Unidos, lejos de crear las condiciones para una paz duradera, alimentaría el odio hacia Occidente en el área, lo cual acarrearía una ola de ataques terroristas.
Ochenta por ciento de los entrevistados por una firma encuestadora en Alemania se oponen a una guerra contra Iraq.
La concentración de fuerzas militares de Estados Unidos y Gran Bretaña en el Golfo – – 150.000 soldados hasta ahora – – ha coincidido con el 58 aniversario del bombardeo de los aliados contra Alemania en las postrimerías de la segunda guerra mundial (1939-1945).
La televisión alemana emitió en los últimos días una serie de documentales para recordar esos acontecimientos.