El primer ministro de Australia, John Howard, permanece inflexible en su respaldo al plan de invadir Iraq del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a pesar de la creciente oposición de la opinión pública a una guerra.
Al menos 400.000 personas se manifestaron el fin de semana contra la guerra, en los actos callejeros pacifistas más grandes registrados desde la guerra de Vietnam (1965-1975) en Australia, un país de 20 millones de habitantes.
Esta es la única nación que hasta ahora ha confirmado su apoyo con tropas a la ofensiva que encabezarían Estados Unidos y Gran Bretaña.
Lo que estoy haciendo es lo que creo bueno para Australia. No sé si se puede conocer la opinión pública sólo en base a unas personas que salen a hacer manifestaciones, afirmó el domingo el primer ministro.
Odio la guerra tanto como cualquiera, pero sé que si la comunidad internacional trata de evitarla en este momento vamos a tener que afrontarla en el futuro a un costo mucho mayor, dijo Howard al canal Seven TV a su regreso de una gira de una semana por Estados Unidos, Gran Bretaña e Indonesia.
Esta es la lección que nos da la historia, y esto es lo que la gente debe entender, añadió.
Canberra prometió enviar 2.000 soldados que se unirán a los 20.000 británicos y estadounidenses que ya están en el Golfo o en rumbo hacia esa zona.
El viernes, 150.000 personas bloquearon las calles del centro la sudoccidental ciudad de Melbourne, en protesta por el apoyo de Howard a Bush. El sábado, otras 10.000 tomaron las calles de la occidental ciudad de Perth, 15.000 en la sudoriental de Newscastle y 16.000 en la capital, Canberra. El domingo, se concentraron 200.000 en la sudoriental ciudad de Sydney.
En la meridional ciudad de Hobart, miles de personas cerraron las principales calles de la ciudad y marcharon hacia la sede del parlamento del estado de Tasmania.
Las críticas contra Howard aumentaron el fin de semana cuando periodistas le preguntaron qué le diría a los padres de iraquíes que pierdan sus hijos en la guerra. Bueno, que no habrían muerto si su presidente (Saddam Hussein) hubiese respetado a la comunidad internacional, respondió el primer ministro.
Me asombra que (Howard) diga a los australianos que no le preocupan las encuestas ni la opinión pública, y diga que está haciendo lo correcto para Australia, señaló el ex jefe de inspectores de desarme de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el ex veterano estadounidense de la guerra del Golfo de 1991, Richard Butler.
Hay una encuesta que puede considerar, si quisiera: la reflejada en esas protestas que ahora conmueven el mundo. Y también podría convocar a un referendo sobre si apoyar o no una guerra de Estados Unidos, añadió Butler.
El ex inspector de desarme también acusó a Howard de insultar la inteligencia del pueblo australiano con sus comentarios.
El portavoz de asuntos exteriores del opositor Partido Laborista, Kevin Rudd, dijo que Howard manejaba la crisis iraquí con cada vez más arrogancia y que así perdía apoyo de la opinión pública.
Los australianos le están enviando al señor Howard un mensaje muy claro: que todavía no han sido convencidos de que Australia tenga que ser parte de una acción militar contra Iraq fuera de la esfera de la ONU, dijo Rudd al canal Nine Network's TV.
La representante del opositor Partido Verde en el Consejo Legislativo de Australia Occidental, Dee Margetts, dijo que las marchas pacifistas del sábado y domingo fueron todo un éxito.
Howard dice que no será conmovido por las grandes movilizaciones, pero debería. Cualquier gobierno que vea este tipo de manifestaciones debería tomarlas en serio, afirmó.
Margetts sostuvo que hay varias alternativas a la guerra, y acusó a Howard de comprometer la credibilidad de las fuerzas de Australia en una futura operación de paz en Iraq.
La credibilidad de Australia como un honesto auspiciador de la paz está en peligro luego de que Howard se comprometiera a enviar soldados a Iraq. Me gustaría pensar que Australia todavía tiene tiempo de tener un papel positivo y de dejar de ser parte del problema, subrayó la legisladora.
Mientras, el fundador de la organización Parlamentarios por la Paz, Brian Greig, dijo a manifestantes en Perth el fin de semana que los australianos están enviando un mensaje al mundo de que no están representados por el primer ministro en este asunto.
John Howard se comprometió a enviar nuestros soldados a una guerra, pero tomó la decisión sobre la base de los deseos de alguien que nunca fue votado por el pueblo australiano, George W. Bush, afirmó
La semana pasada, Howard se reunió con Bush y con el primer ministro británico Tony Blair. En Indonesia, negó tener una posición antimusulmana y señaló que eso era una monstruosa y absurda distorsión de lo que está en juego.
Las declaraciones de Howard fueron una respuesta al canciller indonesio Hassan Wirajuda, quien días antes criticó a Canberra por ser demasiado entusiasta en su respaldo a Estados Unidos.
Es muy fácil para la población del mundo islámico concluir que esta guerra, al final de cuentas, es una guerra contra los musulmanes, había dicho el ministro indonesio. (