INDIA: Pakistán alienta a inmigrantes bangladesíes, dice gobierno

Los servicios secretos de Pakistán alientan el flujo de inmigrantes clandestinos de Bangladesh a India para facilitar actividades subversivas, aseguró este lunes el presidente indio A. P. J. Abdul Kalam.

”El problema de la inmigración ilegal desde Bangladesh adquirió serias proporciones y afecta a muchos estados” indios, dijo Kalam, en una reunión conjunta de las dos cámaras parlamentarias. Las autoridades calculan que 15 millones de bangladesíes residen de manera ilegal en India.

La participación de los servicios de inteligencia pakistaníes ”agrava el problema”, sostuvo Kalam. Las declaraciones del jefe de Estado dejaron en evidencia que las autoridades manejan con seriedad la posibilidad de deportaciones masivas a Bangladesh.

De todos modos, el presidente indio destacó ante el parlamento las afinidades históricas, étnicas y culturales entre India y Bangladesh, más allá de diferencias religiosas, y sostuvo que los dos países están comprometidos en un diálogo político para solucionar el problema migratorio y de seguridad.

Bangladesh se independizó en 1971 de Pakistán, en una guerra en que contó con el respaldo de India. Ochenta y tres por ciento de la población de Bangladesh practica la religión musulmana, así como 97 por ciento de los pakistaníes.

La península india se independizó de Gran Bretaña en 1947. Se constituyeron entonces dos estados, Pakistán, de mayoría musulmana, e India, de mayoría hindú.

La similitud de los rasgos étnicos entre la población de Bangladesh y la de los fronterizos estados indios de Assam, Bengala Occidental y Tripura dificulta la detección de los inmigrantes clandestinos, en especial porque India no cuenta con un sistema de documentos de identidad.

Nueva Delhi comenzó a emitir documentos de identidad en los 13 estados considerados más vulnerables a la inmigración ilegal, en un proceso que continuará en el resto del país.

El viceprimer ministro Lal Krishna Advani, uno de los más hinduistas más radicales del gobernante partido conservador y nacionalista Bharatiya Janata, ordenó a los estados lanzar ”campañas especiales” a partir de abril para detectar y deportar inmigrantes indocumentados.

La inmigración ilegal desde Bangladesh es especialmente importante en el estado de Assam, donde en los años 80 hubo protestas violentas de la Unión de Estudiantes de Todo Assam (AASU, por sus siglas en inglés) contra el flujo de bangladesíes.

Los disturbios terminaron con el Acuerdo de Assam de 1986, que estableció deportaciones masivas a cargo del gobierno central y de los estaduales.

”Assam podría volverse en breve parte de Bangladesh si el gobierno central y los estaduales no toman medidas para aplicar el acuerdo y detener esta infiltración”, advirtió Sammujal Bhattacharyya, asesor de AASU, en una conferencia de prensa realizada en Guwahati, la capital estadual.

AASU planea ahora reactivar la agitación masiva contra ”el influjo de extranjeros que ha cambiado la demografía del estado de Assam”, declaró Bhattacharyya.

La principal dificultad es que Bangladesh no admite oficialmente la migración masiva de bengalíes, por lo que no deja al gobierno indio otra opción que rodearlos y empujarlos hacia el otro lado de la frontera, según funcionarios indios.

”No creo que ningún bangladesí venga a India para vivir aquí”, declaró la semana pasada a la prensa en Nueva Delhi el canciller de Bangladesh, Mohammed Morshed Khan.

Sin embargo, Dacca se mostró más sensible a las quejas de Advani de que en Bangladesh se refugiaban organizaciones fundamentalistas islámicas y bandas criminales que realizaban supuestas actividades subversivas contra India.

La semana pasada, el gobierno de Bangladesh proscribió a Shahadat-e-Hikma, organización radical islámica supuestamente financiado por Dawood Ibrahim, un jefe mafioso indio que opera desde Dubai.

”Luego de observar las actividades de Al Hikma, se concluyó que era una amenaza a la paz y la seguridad, por eso se decidió prohibirlo”, declaró al parlamento el ministro del Interior de Bangladesh, Altaf Hussain Chowdhury.

Se trata de la primera vez que una organización islámica es prohibida bajo el gobierno del Partido Nacional de Bangladesh, socio del Jamaat-e-Islami, abiertamente antiindio. (

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