COLOMBIA: Gobierno y guerrilla miden fuerzas en Arauca

El epicentro de la guerra civil de Colombia se ubica ahora en el nororiental departamento de Arauca, donde el gobierno trata de mostrar su poder de fuego frente a la guerrilla y los paramilitares que se han disputado la zona por más de 20 años.

En Arauca, con gobierno provisional desde mediados de enero, se registraron en lo que va del año tres atentados con coches bomba y varios enfrentamientos armados entre fuerzas de seguridad y la guerrilla izquierdista, que han dejado 20 muertos entre la población civil.

Analistas políticos señalaron que ese departamento, fronterizo de Venezuela y con casi 300.000 habitantes, ha sido elegido por el gobierno de Alvaro Uribe y las guerrillas izquierdistas para dirimir el poder militar que obstentan.

Portavoces oficiales aseguran que en Arauca operan unos 2.000 combatientes de los frentes 10 y 45 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la mayor guerrilla del país, otros 1.000 del también rebelde Ejército de Liberación Nacional (ELN) y unos 800 paramilitares de derecha.

La ofensiva gubernamental está centrada en Arauca, Arauquita y Saravena, las tres principales ciudades de la zona, con fuerte presencia militar, prácticas de requisas, patrullajes y labores de inteligencia, además de acciones sociales destinadas a acercar el ejército a la comunidad.

También se acentuó el accionar de otras dependencias del gobierno central, que tratan de llenar el vacío existente por años en las áreas de justicia, de educación y en la construcción de obras de infraestructura, todo lo cual favoreció la presencia por 20 años de la guerrilla y de los paramilitares.

Los ataques guerrilleros de enero fueron en respuesta a los buenos resultados obtenidos por las fuerzas del gobierno desde septiembre, cuando se declaró la llamada ”zona de rehabilitación” en Arauca, dijo el general Hernando Ortiz, jefe de la Fuerza de Despliegue Rápido (Fudra, un grupo de elite del ejército).

En las llamadas zonas de rehabilitación, creadas por Uribe en el marco del estado de conmoción interior declarado poco después de asumir la presidencia el 7 de agosto, rigen medidas de seguridad especiales y el ejército está habilitado a detener personas y realizar allanamientos sin orden judicial.

Ortiz aseguró que desde la declaratoria de la zona de rehabilitación en Arauca disminuyeron los secuestros y los atentados a los oleoductos, prácticas empleadas con asiduidad por la guerrilla en el pasado, aunque aumentaron los atentados con explosivos.

Explicó que los atentados son realizados por las FARC, que detienen vehículos pequeños, obligan al conductor a bajar supuestamente para investigarlo, momento en el que colocan sin ser visto por éste los explosivos que luego serán activados a control remoto.

En tanto, el ELN, la segunda fuerza guerrillera, se dedica más a los asesinatos selectivos y a la intimidación, dijo a IPS un residente de Saravena, la segunda ciudad en importancia después de Arauca, la capital departamental, que pidió omitir su nombre por razones de seguridad.

El ELN hizo circular el rumor de que tiene milicianos (guerrilleros urbanos) infiltrados en las comunidades, que están elaborando listas de quienes colaboran con el ejército y la policía y que quienes aparezcan en esas listas serán ”hombres muertos”, añadió.

”Nosotros lo que deseamos es vivir en paz y que el gobierno haga lo que dejó de hacer todos estos años en hospitales, educación y autoridad”, reclamó.

Luis Valencia, politólogo de la estatal Universidad Nacional, entiende que Arauca se ha convertido en una zona estratégica, en la que ni las FARC ni el ELN ni los paramilitares se quedarán con las manos cruzadas frente a la ofensiva del gobierno para recuperar el control de ese territorio.

Ese departamento, fronterizo de Venezuela, es clave para el gobierno de Uribe por los inmensos recursos petroleros que posee y que le aportan al fisco sólo en regalías (impuestos regionales) unos 200 millones de dólares anuales.

Además, en esa zona hay extensas plantaciones de coca, de la cual se extrae la pasta básica de cocaína, y la amplia frontera que comparte con Venezuela posibilita, según versiones periodísticas, el tráfico de armas y la libre circulación de guerrilleros colombianos hacia el vecino país.

Los cultivos de coca de Arauca abarcan entre 12.000 y 18.000 hectáreas, de las casi 160.000 existentes en el país, y sus ingresos se reparten entre narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares.

Alfredo Rangel, ex asesor de seguridad del gobierno, expresó que aún es prematuro hacer un balance sobre las posibilidades reales de cada una de las partes para controlar la situación en Arauca y es probable que la indefinición militar se mantenga por un tiempo indeterminado.

”Pero, como en toda guerra irregular, la balanza se inclinará hacia quien logre el apoyo activo y voluntario de la población”, precisó Rangel. (

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