China se mostró flexible en cuanto a la postura de Washington hacia Iraq pero intransigente sobre Corea del Norte en conversaciones este lunes con el secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell.
No quedó claro si China votaría en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una resolución que autorice la acción militar contra Iraq, pero sí que no presionará a su vecino y aliado comunista Corea del Norte para que abandone sus ambiciones nucleares.
En público, las autoridades chinas se aferraron a su posición de que las inspecciones de armas en Iraq deben continuar, y Powell dijo que hubiera sido inapropiado presionar a Beijing para que apoye o no vete la resolución que Estados Unidos y Gran Bretaña se disponían a presentar este lunes en el Consejo.
La posición de China sobre Iraq es crucial por su carácter de miembro permanente del Consejo de Seguridad, con poder de veto, al igual que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Rusia.
En cuanto a Corea del Norte, Powell dijo que China está tomando iniciativas que no puede discutir en público, luego de reunirse este lunes con el vicepresidente chino Hu Jintao y el canciller Tang Jiaxuan, en el segundo tramo de su gira por Asia oriental.
La actual gira es una de las más delicadas de la gestión de Powell debido a las preocupaciones en Asia porque Washington maneje de manera inconveniente la crisis de Corea del Norte en momentos en que la administración de George W. Bush está concentrada en recabar apoyo para su campaña contra Bagdad.
Powell comenzó a abordar esas preocupaciones el domingo en Tokio, la primera parada de su primera gira por Asia desde que estalló la crisis de Corea del Norte, en octubre de 2002, cuando Pyongyang admitió tener un programa nuclear secreto en contra de los términos de un tratado bilateral con Estados Unidos.
En Japón, el secretario de Estado prometió que Washington no utilizaría la ayuda alimentaria como arma política contra Corea del Norte, cuya población depende de esa asistencia para no morir de hambre, y anunció que Estados Unidos anunciaría en breve una nueva donación de alimentos.
Este martes, Powell visitará Seúl y asistirá a la toma de mando del presidente electo Roh Moo-hyun, quien también se opone a ejercer demasiada presión sobre Pyongyang.
La misión de Powell en Beijing continuó la campaña de Washington para que la crisis de Corea del Norte se resuelva a través de conversaciones multilaterales que incluyan a China, Japón, Corea del Sur, Rusia y quizá otros países.
Pero el presidente chino Jiang Zeming, con quien Powell se reunió el lunes semanas antes de que Beijing complete una crucial renovación de líderes, reiteró su demanda de que Washington entable negociaciones bilaterales con Pyongyang con miras a un tratado de no agresión.
Estados Unidos aprecia que China envíe a los norcoreanos el mensaje de que espera, al igual que el resto de la comunidad internacional, que Pyongyang cumpla sus obligaciones y promesas respecto de las armas nucleares, dijo Powell en conferencia de prensa luego de reunirse con las máximas autoridades chinas.
Sin embargo, el secretario de Estado insistió en el enfoque multilateral. La crisis norcoreana no puede ser tratada simplemente como un asunto bilateral entre Estados Unidos y Corea del Norte, subrayó.
Washington destacó que si Corea del Norte se transforma en una potencia nuclear, Japón y Corea del Sur se armarán y se unirán al escudo de defensa antimisiles propuesto por Estados Unidos, una iniciativa férreamente rechazada por Beijing.
Aunque China se molestó por la decisión de Pyongyang de reiniciar su programa nuclear, prometió apoyo político al canciller norcoreano Paek Nam-sum cuando éste pasó por Beijing un día antes de la llegada de Powell.
Lo esencial es garantizar la no nuclearización de la península de Corea, y también debe tomarse en cuenta la preocupación de Corea del Norte por su seguridad, declaró Zhang Qiyue, portavoz de la cancillería china, luego de la visita de Paek.
Washington planea presionar a Corea del Norte para que abandone su programa nuclear mediante un embargo comercial, pero China, uno de los principales socios comerciales de Pyongyang, podría bloquear esa iniciativa.
Sin embargo, Powell confía en que China haga valer su influencia sobre Pyongyang para que deje de lado sus aspiraciones nucleares.
Creo que (las autoridades chinas) están ansiosas por ayudar en la manera en que les sea posible, declaró Powell este lunes luego de reunirse con el canciller Tang y el vicepresidente Hu Jintao.
Hu reemplazó a Jiang en la jefatura del gobernante Partido Comunista en noviembre y se prevé que asumirá la presidencia en marzo, cuando Jiang se retire de su cargo en la sesión anual del parlamento chino.
Es improbable que Hu cambie el curso de la política exterior china. Según observadores, el futuro presidente no pondrá en riesgo la reaproximación entre Beijing y Washington luego de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
En cuanto a Iraq, Powell reconoció que habló del asunto con los líderes chinos pero restó importancia a esas conversaciones y destacó que el principal tema de diálogo fue la crisis nuclear de Corea del Norte.
Sin embargo, se sabe que Jiang mantuvo conversaciones telefónicas con sus pares de Francia y Rusia para coordinar una respuesta a la nueva resolución que presentarán Washington y Londres en el Consejo.
Varios analistas vaticinaron que China evitará un enfrentamiento directo con Estados Unidos y se abstendrá en el momento de la votación, porque pretende aumentar su influencia en Washington en cuanto a comercio bilateral y las cuestiones de Taiwan y el Tibet.
Antes de la guerra del Golfo (1991), China se abstuvo de casi todas las resoluciones relacionadas con Iraq en el Consejo de Seguridad, pero el pasado noviembre, votó junto con el resto de los miembros la resolución 1441, que advirtió a Bagdad de serias consecuencias si no destruía sus armas de destrucción masiva. (