En la meridional ciudad guatemalteca de Antigua, joya de la arquitectura colonial, se enfrentan conservacionistas y promotores de la construcción de un complejo comercial en las afueras de la ciudad.
El responsable del proyecto, Rodolfo Solares, aseguró a Tierramérica que las obras se iniciarán a mediados de abril, durante la Semana Santa, y que el estudio de impacto ambiental está en manos del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales.
Según Solares, el propósito es resolver la saturación vehicular de los fines de semana, cuando aumenta el flujo de visitantes al casco histórico de la ciudad.
El proyecto está acorde con el plan regulador de Antigua. Es un trabajo de urbanización que abarcará ocho manzanas para ubicar en las afueras de la ciudad comercios que no son deseados en el casco histórico, y cerca de 1.400 vehículos, aseguró Solares.
En cambio, el presidente de la Asociación de Vecinos Salvemos Antigua, José Magaña, estimó que se trata de un nuevo pretexto de los planificadores de un centro comercial, que por nuestra presión fue abortado hace dos años.
El proyecto va, y no importa lo que diga Magaña, porque él no es ninguna autoridad. No es cierto que vaya a afectar a Antigua, sino a resolver sus problemas, replicó a Tierramérica el alcalde de la ciudad, Víctor del Pozo.
El alcalde exhibió cifras diferentes a las de Solares. El estacionamiento y centro comercial tendría 20 manzanas y espacio para 3.000 automóviles, así como cinco autobancos, un espacio cultural, un par de cines, oficinas de telefonía, un área de deportes y algunos bares, dijo Del Pozo.
Según el funcionario, las calles estrechas y empedradas de la ciudad colonial de 22.000 habitantes deben soportar cada fin de semana el paso de unos 10.000 vehículos.
Considerada un valioso ejemplo de urbanización colonial, Antigua fue fundada en 1543 y hasta 1776 fue capital de la capitanía general de Guatemala, bajo jurisdicción de la corona española. Tras una sucesión de terribles terremotos, España dispuso su desalojo.
Restaurada en 1944, dos años después fue declarada monumento de América por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia. En 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la declaró Patrimonio de la Humanidad.
Peleamos por conservar monumentos declarados patrimonio mundial por la Unesco. Hablamos de iglesias, capillas, viviendas, la cárcel y otros edificios que se preservaron de forma natural hasta su restauración, explicó Magaña.
El conservacionista arremetió contra el concepto totalmente gringo (estadounidense) del proyecto de Solares, que considera diversión recorrer un centro comercial, relegando el valor de lo cotidiano, encontrarse y saludar a la gente en las calles.
La campaña halló eco en México: el artista plástico Francisco Toledo encabeza un movimiento contra el centro comercial, del que participa la Fundación Cultural Rodolfo Morales.
Los activistas mexicanos enviaron una carta al director general de Gestión Ambiental del Ministerio de Ambiente guatemalteco, Carlos Morales, apoyando la resistencia contra un centro de actividades recreativas y deportivas que no es más que un desarrollo comercial injustificable, que vendría a destrozar una ciudad Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Toledo ganó hace unos años una batalla contra la instalación de una sucursal de la cadena estadounidense de comida rápida McDonald's, en el centro histórico de Oaxaca, capital de su natal estado del mismo nombre, en el sur mexicano.
* Publicado originalmente el 15 de febrero por la red latinoamericana de Tierramérica. (